El pasado domingo 6 de diciembre se celebraron las elecciones parlamentarias de 2020 y, de acuerdo con el segundo boletín emitido este martes por el Consejo Nacional Electoral (CNE), 69,5% del padrón se abstuvo de participar en dichos comicios para elegir a los nuevos diputados y diputadas de la Asamblea Nacional del período 2021-2026.
La alta abstención es un llamado de atención a toda la clase política venezolana. La gente está agotada. El mensaje es claro y se debe comprender: la crisis económica articulada a la política que se desliza por un momento complejo, donde el pueblo no ve mejoras en su calidad de vida. El ausentismo es un modo de protestar contra Maduro, y puede ser extensivo al G4, dijo el sociólogo y director de Hercon Consultores, Marcos Hernández.
Explicó que la abstención no debe ser interpretada como un liderazgo del llamado G4, donde participan los partidos de oposición más votados en los anteriores comicios: Primero Justicia, Voluntad Popular, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo.
La investigadora del Centro de Investigaciones Populares, Mirla Pérez, indicó que sobre los resultados electorales del 6D hay varias cosas que hay que considerar. La gente ya no confía en el sistema electoral. Las elecciones desde el sistema están hechas para no elegir y este movimiento preelectoral de tomar todas las agrupaciones políticas y hacerlas afines al sistema, la gente lo interpreta como una imposibilidad de elegir. Eso visto desde la percepción de la población y desde el propio sistema las elecciones están hechas para mantenerse en el poder.
El pasado domingo, Pérez publicó en su cuenta en Twitter el comentario que le había hecho una vecina sobre las amenazas que había recibido del consejo comunal, donde se le informaba que si no acudía a votar no recibiría el pernil del bono navideño. El régimen se sabe minoría. De hecho, dentro de las entrevistas emitidas por algunos sujetos de ese partido dicen que ´no son muchos, pero están donde deben estar´. Eso significa que han ido perfeccionando el sistema de control a través de dispositivos como los CLAP y consejos comunales. El sistema ha ido creando unas condiciones que se observan en la estructura de dominación que les permita permanecer en el poder siendo pocos.
La comparación entre el 74% de los votantes que en 2015 eligió al Parlamento saliente y el 30,5% que participó en esta ocasión, le permite Hernández decir que: El domingo ganó la crisis política, desesperanza hacia una revolución que ilusionó, pero no concretó el sueño de los desposeídos. Además, el socialismo siglo XXI no fue el redentor esperado.
Añadió que la desconfianza en el ente comicial y una fractura dentro de la oposición pudieron ser otros motivos por los que la población no acudió al llamado electoral del pasado domingo. La oposición está dividida en niveles de contradicciones, y sin una propuesta de unidad que pueda por ahora encender esa luz al final del túnel. Son cuatro grupos cada uno visión diferente de lograr el cambio político en Venezuela. El domingo 6D ganó la interpelación a la clase política venezolana.
En lo que coincide Pérez: La población viene de una tradición democrática, así como me dice esta vecina que sabe que no va a tener el pernil porque decidió no votar. A pesar de todo el control que el sistema ejerce sobre ella, aún tiene una nostalgia de libertad y se atreve a decidir y decide por decir ´no voto´. Esa decisión está enmarcada en una tradición democrática en cuanto a huella y memoria, pero no en cuanto a estructura.
Una decisión arriesgada porque las comunidades populares están bastante penetradas por las estructuras comunales y se van dando cuenta que las elecciones son un dispositivo para engranar las distintas maquinarias, y es un mensaje permanente hacia los más comprometidos con el régimen. La gran mayoría de las comunidades están al margen, es decir, están afuera de las estructuras comunales, afirmó.
El director de Hercon Consultores advirtió que el panorama del próximo año, no está fácil. Se torna por ahora muy abstracto. Sin unidad no se visualiza una pronta transición política. El gobierno mantendrá una postura radical para forzar una negociación de ganar-ganar. Vienen escenarios electorales e incluso el momento para activar el referéndum presidencial.