Cómo burlar las sanciones internacionales para mantenerse en el poder. Este ha sido el foco de régimen de Nicolás Maduro en los últimos tiempos. Desde hace dos años, Miraflores ha fortalecido su relación con los países que desde la época de Hugo Chávez apoyaron su proyecto y ha creado nuevas alianzas para saltarse las restricciones que buscan el restablecimiento de la democracia en Venezuela.
Un nuevo informe, esta vez del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS por sus siglas en inglés), describe detalladamente las relaciones de Venezuela con Rusia, Irán, China, Cuba y Turquía, denominados Los 5 Fabulosos y cómo estos Estados han ayudado al régimen a burlar las sanciones.
El reporte enfoca el tema venezolano como un asunto que pasó de ser un problema local a uno regional, y ahora se ha convertido en uno con altas implicaciones globales. Además, centra sus recomendaciones puntualizando cómo las relaciones con estos aliados clave pueden aclarar el panorama para una transición a la democracia.
En este punto coincide el expresidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Diego Arria. Estados Unidos y algunos países europeos fundamentales como Inglaterra, Alemania y Francia, han notado que ya Venezuela no es un país inserto en la cultura occidental afecto a ellos, sino que ha tomado una distancia no solo políticamente, sino también económica y estratégicamente, y comienza a ser un elemento disonante en la región, aseguró en entrevista para HispanoPost.
Si no fuera por el respaldo brindado por estos cinco aliados, Maduro no seguiría en el poder, según lo detalla el reporte. El mandatario venezolano se ha mantenido con el apoyo financiero, diplomático y de inteligencia que le dan los 5 Fabulosos.
Cada uno de estos países tiene una motivación geopolítica o financiera distinta para apoyar el régimen de Caracas.
Petróleo, el pilar de las relaciones
Por ejemplo, en el caso de Rusia, la relación se ha basado más que todo en el apoyo en los sectores petrolero y militar. La empresa Rosneft, en parte propiedad del gobierno ruso, invirtió alrededor de 9 billones de dólares entre 2010 y 2015, según detalla el informe del CSIS, dinero que aún no han podido recuperar en parte por la baja en la producción petrolera y por la gran corrupción que rodea a la industria en Venezuela.
Y recientemente Rosneft ha sido el vehículo para saltar las sanciones de Petróleos de Venezuela. En 2019 compró un tercio del petróleo exportado por Venezuela durante ese año, llamando tanto la atención que el gobierno de Estados Unidos le impuso sanciones directas en marzo de 2020 para frenar su colaboración con Maduro.
En el área militar, Rusia ha vendido armamento, aviones y helicópteros a Venezuela desde el gobierno de Chávez. La deuda por este concepto asciende a 10 billones de dólares. Pero según el informe del CSIS, una de las máximas preocupaciones en este respecto es la presunta presencia de grupos paramilitares o mercenarios semiprivados enviados por Rusia para proteger a Maduro. La misma táctica que han utilizado en Siria para proteger a Bashar Al-Assad.
En el caso de China, si bien en los últimos años ha disminuido su apoyo financiero al régimen, la relación se ha enfocado en préstamos a cambio de materias primas necesarias para su rápido crecimiento económico. En la actualidad, Venezuela le debe al país asiático alrededor de 20 billones de dólares.
Los chinos son más pragmáticos, vinieron a hacer operaciones comerciales en Venezuela. La deuda la han venido cobrando con petróleo y con concesiones, aseguró el también excandidato presidencial, quien afirmó que actualmente Venezuela no es atractiva para estas actividades.
Desde el gobierno de Chávez se han firmado acuerdos que van desde colaboración en el área petrolera, pasando por proyectos de transporte e infraestructura, minería, agricultura y telecomunicaciones. En este último sector, China apoyó a Venezuela para lanzar tres satélites propios.
La mayoría de estos proyectos también se han retrasado o simplemente han sido abandonados. En el caso de la que se suponía sería la planta de arroz más grande de Latinoamérica, esta solo está produciendo 1% de su capacidad, asegura el informe.
Maduro ha sido hábil en mantener esta relación, que es su pulmón financiero. Este año renegociaron un período de gracia para un pago de 3 billones de dólares que se suponía que debía ser cancelado en 2020.
De cara a las sanciones, China ha seguido importando petróleo venezolano, haciendo transferencias de buque a buque en altamar para tratar de despistar a la comunidad internacional. Y, diplomáticamente, el gigante de Asia ha vetado resoluciones auspiciadas por Naciones Unidas para exigir elecciones libres en Venezuela, relata el informe.
Si bien las relaciones con Rusia y China han tenido una base geopolítica y financiera, cuando se habla de Cuba esta pasa al terreno de lo ideológico. Desde principios del gobierno de Chávez, la relación con el régimen de los Castro en la isla caribeña ha sido una simbiosis en la que se ha basado el llamado proyecto bolivariano.
Aquí el elemento fabulosamente dominante es Cuba. En Naciones Unidas el término sería que la potencia ocupante de Venezuela es Cuba, que no tiene mucho sentido por su tamaño, pero es así, indicó Arria.
Hoy en día Cuba recibe 53.000 barriles de petróleo al día, lo que representa un tercio del consumo de la isla. Como contraprestación, el régimen cubano ha enviado a más de 40.000 funcionarios a Venezuela a cumplir funciones en el sistema de salud, educación y, sobre todo, en el área de inteligencia.
El reporte del CSIS asegura que Cuba provee el control de la inteligencia al régimen de Maduro y ha instaurado como base la política de torturas a disidentes y opositores detenidos.
Arria añade mayores detalles: Cuba tiene un papel de contrainteligencia importante. Los cubanos en todos los lugares del mundo espían a la diáspora venezolana. Además, ejercen un control sobre el comportamiento de los altos oficiales de la Fuerza Armada, que no sé en qué dimensión, pero los militares tienen miedo de hablar entre ellos mismos porque han generado un temor de que están permanentemente vigilados por los cubanos en Venezuela.
Por otra parte, Irán estableció una relación más retórica que efectiva con Venezuela desde los tiempos de Chávez. Sobre todo, en la búsqueda de aliados en contra de Estados Unidos en la región. Pero de acuerdo con el CSIS, la nación islámica ha sido clave para desafiar las sanciones internacionales.
Irán, también sancionada por Estados Unidos y Europa, ha conseguido en el régimen de Maduro un aliado fuerte. Durante 2020 ha enviado buques con gasolina a Venezuela, aunque algunos han sido interceptados por Estados Unidos, y colaborado con insumos para la reparación de las refinerías, a cambio ha recibido pagos en oro, también burlando el sistema internacional.
Según el informe del CSIS, la preocupación está en las posibles actividades ilícitas que estarían detrás de esta relación bilateral y en el hecho de que ahora que se ha vencido el embargo de armas que Naciones Unidas mantenía contra Irán, Venezuela se convierta en un posible receptor de sus misiles de corto alcance.
Arria indicó que, para él, esta es la relación más peligrosa de todas. Irán es el más indisciplinado y el menos pronosticable, por la dirigencia de los Ayatolá que tienen, que van más allá de consideraciones políticas, van más hacia lo religioso, indicó el exembajador.
Y un nuevo amigo se ha unido a la lista de los fabulosos según el reporte. Se trata de Turquía, un país con el que Venezuela había tenido poca relación, pero que luego del intento de golpe de Estado contra Recep Tayyip Erdogan en 2016, Maduro fortaleció lazos al apoyar al mandatario turco y al acusar a Estados Unidos de injerencia. A cambio, Turquía no reconoce a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.
Luego de las sanciones, el régimen venezolano anunció que movería su oro de Suiza a Turquía. Este país se ha convertido en el mayor importador de este mineral de Venezuela alcanzando cifras de hasta 900 millones de dólares entre enero y noviembre de 2018, según el informe.
A cambio, Turquía ha pagado con comida. De hecho, a través del agente del gobierno de Maduro, Alex Saab, hoy detenido en Cabo Verde, se habrían establecido nexos para enviar insumos alimenticios para el programa de las cajas CLAP repartidas por Maduro en sectores populares de Venezuela.
Y en el sector petrolero también han colaborado para evadir sanciones. El reporte del CSIS asegura que a través de la empresa turca Iveex Insaat Group, que sería propiedad de un exministro de vivienda venezolano, Turquía compró 8% del total de petróleo exportado por PDVSA durante 2019.
¿Cómo frenar estos apoyos?
El informe del CSIS brinda una serie de recomendaciones para frenar o al menos disminuir el apoyo de estas naciones al régimen de Maduro.
Más allá de las sanciones impuestas, recomiendan a Estados Unidos abrir imputaciones personales en contra de ciudadanos rusos que violen las restricciones haciendo negocios con Venezuela. Además, sugieren crear una base de datos pública que detalle el personal diplomático y militar ruso presente en Venezuela.
Sobre los envíos de petróleo vía marítima, el CSIS recomienda abrir un sistema de seguimiento de estos buques rusos o iraníes para que de forma pública se evidencie la violación de las sanciones.
Arria va más allá. Considera que para que la política sea realmente de máxima presión, tal y como la define Estados Unidos, se debe ir más allá de las sanciones.
¿Cuáles son las presiones máximas? Pues bloqueas a Venezuela, cualquier barco que ingrese lo paras en la zona contigua del mar territorial ( ) le cortas las comunicaciones a las Fuerzas Armadas venezolanas, Maduro no puede hablar por teléfono y esto puede crear una situación que genere una participación local, puntualizó.
Con respecto a Irán, el reporte aconseja que se mantenga la presión en contra de este país confiscando bienes civiles a través de sanciones personales a aquellos que colaboren con esquivar las restricciones.
El CSIS asegura que el rol de China y Rusia es fundamental para la transición a la democracia en Venezuela, por lo cual recomiendan a la Asamblea Nacional democráticamente electa respetar y saldar los acuerdos con estos países para poder ganar su apoyo de cara a la salida de Maduro del poder.
Arria confesó que él pensaba igual, pero que a medida que crecen las tensiones entre Estados Unidos y China, cree que este rol esperado de parte del gobierno chino se aleja de sus prioridades.
En el caso de Turquía, el informe recomienda que a través de Estados Unidos y Europa se presione al presidente Erdogan para que juegue un rol constructivo en la resolución de la crisis política de Venezuela.
Y con respecto a Cuba, el CSIS considera importante asegurarles algunos puntos vitales para la isla en caso de una transición política. Por ejemplo, mantener el cable submarino, ALBA, del cual depende en gran medida el sistema de telecomunicaciones de la isla y asegurar la permanencia de personal cubano en la reconstrucción de Venezuela, específicamente en el sector salud.
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