«Estoy racionando al máximo los reales porque no se si mi hijo podrá enviarme dinero desde Ecuador, donde es muy difícil trabajar por el toque de queda con el coronavirus», contó un ama de casa de la tercera edad.
La pandemia ha tenido un fuerte impacto sobre los puestos de trabajo en los países como consecuencia de la brusca caída de la actividad económica por las cuarentenas. «Esta situación afecta severamente a los venezolanos que reciben remesas de sus parientes en el exterior», aseguró el economista Asdrúbal Oliveros.
El director de Ecoanalítica indicó que los cálculos de esa firma sobre el ingreso a Venezuela de remesas apuntaban a 4 millardos de dólares en 2020, frente a 3,5 millardos en 2019. «Sin embargo, parte del flujo de las remesas de este año se verá impactado porque muchos de los venezolanos en el exterior se han quedado sin trabajo, pues no tenían un empleo fijo», dijo.
Explicó que con la cuarentena los empleos en restaurantes y tiendas, así como el cuidado de niños, paseo de perros o llenar bolsas en los supermercados, han caído significativamente porque la población debe mantenerse recluida en sus casas bajo severas medidas sanitarias.
Oliveros aseveró que la situación del COVID-19 implica un fuerte retroceso en las fuentes de trabajo por la recesión económica mundial que genera la pandemia por la parálisis de las actividades y los trabajadores más afectados son los inmigrantes.
La preocupación de no recibir las remesas fue manifestada por beneficiarios en Venezuela que pidieron no mencionar sus nombres.
Otro afectado narró que su hijo le comunicó que tenía dificultades para mandarle dinero porque había perdido el empleo y estaba viviendo de los ahorros para cancelar el alquiler y medio mantenerse en España.
Desde Italia, una joven madre venezolana refirió su angustia para cubrir los gastos de comida y alquiler en su hogar donde vive con sus dos hijas. «Soy mesera en un restaurante que cerró por el coronavirus y me quedé sin ingresos porque me pagan por día laborado», señaló.
En Tenerife, España, otra venezolana que recién consiguió un puesto de camarera en un hotel narró: «El turismo cayó muchísimo en la isla y el hotel procedió a despedir gente y los que entramos de último fuimos los primeros afectados por la reducción de personal», dijo.
Oliveros destacó que en estos momentos es difícil tener cálculos estadísticos de cuantos venezolanos en el exterior perderán sus puestos de trabajo por el impacto del COVID-19.»La situación de Venezuela también la viven otros ciudadanos de América Latina como El Salvador, México y Ecuador, que son los países líderes en la percepción de remesas de familiares en el exterior».
No olvide ver nuestros reportajes en: www.hispanopost.com