El nuevo esquema de precios de la gasolina se traduce en mayor desabastecimiento para las estaciones de servicio que venden el combustible al precio subsidiado de 5.000 bolívares el litro, aseguraron fuentes del mercado interno de derivados de hidrocarburos que pidieron no mencionar sus nombres.
«El lunes, día en que entró en vigencia el sistema de precios, solo contaba con 9.000 litros de gasolina que la bomba despachó totalmente entre las 8 de la mañana y 2:30 de la tarde y todavía quedaron muchos vehículos en cola», contó un concesionario de un expendio en el centro de Caracas.
En igual situación de escasez se encontraban el martes la mayoría de las 175 de 1.350 gasolineras del país que contaban con combustible este lunes.
Los concesionarios alertaron que Petróleos de Venezuela (Pdvsa) estaba entregando mayores volúmenes del carburante a las 200 estaciones premium que venden la gasolina a precio internacional de 50 centavos de dólar el litro y sin restricción a los conductores para llenar el tanque.
«Esto evidencia de nuevo que para el régimen de Nicolás Maduro hay venezolanos de primera y de segunda», deploro uno de los consultados.
Recordó que después del lunes a muchas bombas que venden con el precio subsidiado no les llega gasolina y estaban a la espera de nuevos despachos y enfrentando las enormes filas de carros y motos que aguardan la llegada del combustible.
«A las bombas premium les llega, por lo general, una gandola diaria con 20.000 o 30.000 litros, mientras que a las de precios subsidiado Pdvsa les reparte un camión para tres expendios y de forma alterna», destacó otro concesionario.
Una de las fuentes sostuvo: «No hay que ser adivino sobre la intención del gobierno de vender mayoritariamente la gasolina a precio internacional, pues los conductores desesperados por la falta de combustible acuden a las bombas premium para llenar el tanque».
Sin embargo, muchos usuarios que no pueden pagar ese precio deben someterse a colas de más 24 horas y muchas veces regresarse a casa porque paso el día correspondiente al terminal de la placa del carro.
«El martes los usuarios nos retuvieron en la bomba hasta las 11 de la noche exigiendo que les vendiéramos combustible, pero se nos había acabado. Luego de muchas explicaciones nos dejaron cerrar la bomba», narró un concesionario.
Los propietarios de estaciones de servicio temen por la seguridad de ellos y de los bombero,s porque la gente se pone muy nerviosa y agresiva si no hay gasolina. A esto se suma la posible acción del hampa, ya que muchos pagos son en efectivo, principalmente dólares, debido a que las máquinas de biopago fallan constantemente.
Los concesionarios precisaron que deben pagar por adelantado el volumen de gasolina provisto por la gandola- por ejemplo, 9.000 litros cuestan 18.000 dólares- y todavía Pdvsa no les ha pagado el margen de comercialización de un centavo de dólar por litro de carburante vendido al consumidor final.
Una fuente advirtió que ante la situación de precariedad económica de los concesionarios para mantener los costos de operación -compra de la gasolina a Pdvsa, pago de la nómina, impuestos y servicios y ahora el mantenimiento y reposición de equipos- «han surgido en los últimos días personas que quieren comprar los expendios a un precio inferior al que realmente valen».
Agregó que otro grupo de personas ha solicitado a Pdvsa su intención de operar estaciones de servicio premium adicionales a las existentes.
Con el nuevo esquema de precios de la gasolina, la administración de Maduro persigue recuperar para el Fisco Nacional las pérdidas de 7 millardos de dólares anuales que le ocasionaba la venta de un combustible súper subsidiado.