Cargill, DirecTV, Corimon y otras empresas cuyos nombres se reservan quienes están estructurando las transacciones son solo una muestra de los cambios que dentro del sector privado está sucediéndose en Venezuela de manera discreta, pero imparable. “Capital fresco que llega de mano de un perfil de empresarios totalmente distintos a los tradicionales. Los nuevos más avezados en la ingeniería financiera y sin miedo a la inversión en mercados de alto riesgo. Y es esa asimetría riesgo-rendimiento la que hace actualmente a Venezuela tan atractiva para ellos”, afirma el reporte Exclusivas Económicas.
El semanario hace referencia a la nota de la agencia Bloomberg sobre la venta de Corimon a un grupo en el que están involucrados los nietos de Cisneros, pues despertó la atención del mercado. Se trata de la tercera generación de una familia tradicionalmente involucrada con la industria de manufacturera que regresa a invertir en el país.
“El análisis de entorno que han hecho es clave para que este tipo de acuerdos se haya establecido y estén en marcha otros: la certidumbre de que la administración de Nicolás Maduro se quedará al menos hasta 2024 y el descalabro del plan opositor por acercarse al poder. A estos se le suma un ambiente para la inversión algo menos tóxico dentro de una economía un poco más abierta y sin controles”, sostiene Exclusivas Económicas.
El reporte agrega que Venezuela hace ya mucho tiempo que se desacostumbró a recibir inyección de capital privado. “De hecho, durante el gobierno de Hugo Chávez las únicas inversiones fueron especulativas a través de emisores de bonos. No existía incentivo ni ambiente alguno para acercar un solo dólar a la economía venezolana en medio de nacionalizaciones y expropiaciones. Hoy ese ambiente ha cambiado y también el tipo de inversionistas que está interesado en acercarse. Otro ejemplo son las inversiones que se están llevando a cabo en la isla de Margarita en el ramo hotelero en plena pandemia”.
De acuerdo con el semanario, algunos lo han ido entendiendo y de allí que haya iniciativas como Venecápital, una organización de afiliados de varios sectores de la economía que buscan atraer capital privado a Venezuela. “Ciertamente, su arranque ha despertado algunas críticas por la falta de un mensaje bien estructurado entre sus directivos y por utilizar formas en su discurso divorciados del bienestar social, pero sin duda alguna es una iniciativa que podría perfeccionarse”.
Otra propuesta que debe tomarse en cuenta para el análisis, indica Exclusivas Económicas, es el proyecto que elabora el Grupo de Boston con la colaboración de la Organización de Naciones Unidas. “Es el mecanismo humanitario para la venta de petróleo, por parte de las empresas mixtas, para adquisición de insumos para la población. Este es un esfuerzo que sigue andando y que de aprobarse podría desembocar en el tiempo en cambios inimaginables”, puntualiza el reporte.