Luego del ataque a una embarcación de migrantes venezolanos en Trinidad y Tobago, donde resultó un un bebé de un año fallecido, y su madre herida, el primer ministro, el Dr. Keih Rowley, se acercó a Venezuela por el asesinato del bebé, y señaló que «acabo de hablar con el vicepresidente del Gobierno de Venezuela. Transmití nuestro más sentido pésame a la familia y a la comunidad venezolana en general en este momento de dolor por la pérdida de la vida del niño pequeño, en el mar, durante las operaciones de seguridad que involucraron a la Guardia Costera TT y a los traficantes que transportaban personas ilícitas».
Prometió acelerar la presentación de credenciales del Embajador Mayor General (Retirado) Edmund Dillon, Embajador en la República Bolivariana de Venezuela.
«Eso facilitará una reunión temprana entre los oficiales superiores de la Guardia Costera de TT y los oficiales superiores de la Guardia Nacional, para lograr una colaboración mejor y más efectiva contra los negocios ilícitos de tráfico de personas, armas y drogas, etcétera, que son perjudiciales para ambas naciones», destaca una nota de Daily Express.
Por su parte, el líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó, señaló a través de su cuenta en Twitter que «la muerte de un niño venezolano, que junto a su madre huía de la dictadura, nos duele en el alma como país. Los disparos realizados por la Guardia Costera de Trinidad y Tobago no tienen justificación, lo mataron. Desde el Gobierno Legítimo de Venezuela pedimos justicia».
Asimismo, David Smolansky, Comisionado de la Secretaría General de la OEA para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos, y Carlos Vecchio, embajador de Venezuela ante los Estados Unidos, piden que se esclarezca el caso.
Por su parte, Maria Teresa Belandria, embajadora de la República Bolivariana de Venezuela en la República Federativa de Brasil, sostuvo que esta acción es una violación a los derechos humanos y tratados internacionales.
Los hechos
Una embarcación de migrantes venezolanos proveniente de Tucupita, Delta Amacuro, fue interceptada por la guardia costera de Trinidad y Tobago poco antes de la medianoche del sábado en las aguas frente a la costa sureste de Trinidad.
El grupo de personas fue baleados y uno de los proyectiles le quitó la vida a un bebé de un año y dejó a su madre, Darielvis Sarabia, gravemente herida.
«En el viaje iban también otros niños y adultos, sobre los cuales no se tiene información hasta ahora. Esta es la realidad de nuestras costas. Es una tragedia permanente con rostros, historias, familias, y dolor», lamentó Orlando Moreno, coordinador del Foro Penal en la entidad, reseña Alberto News.
Grevic Alvarado, periodista venezolano en Trinidad y Tobago, trabajando para el diario Newsday, aseguró que en estos momento, la madre del menor se encuentra en un hospital trinitario en espera de decisiones sobre su estatus migratorio, al igual que el de los otros venezolanos que se encontraban en la embarcación, reseña Unión Radio.
Por su parte, la guardia costera de Trinidad y Tobago dijo que dispararon contra los motores de la embarcación de migrantes porque intentó embestir su embarcación, y que temían por sus vidas y actuaban en defensa propia, según un comunicado.
“Se utilizaron todos los métodos disponibles, incluido el uso del megáfono, la bocina del barco, el reflector y las bengalas, para tratar de detener la embarcación sospechosa, sin embargo, la embarcación continuó intentando evadir TTS SCARBOROUGH. De acuerdo con los protocolos estándar, a continuación se emplearon disparos de advertencia delante de la embarcación”, explica el texto.
La guardia costera dijo que el barco de migrantes finalmente se detuvo “y solo entonces se descubrió que había inmigrantes ilegales a bordo que habían permanecido ocultos y, por lo tanto, no se los había visto antes. Más controles descubrieron a una migrante ilegal adulta que sostenía a un bebé y que indicó que estaba sangrando”.