Alejandra Conde Licón ganó hace año y medio la posibilidad de representar a Venezuela en el Miss Mundo 2020. No obstante, la pandemia hizo que sus sueños se diluyeran cuando se optó por suspender el concurso en ese año.
En noviembre de 2021, la joven nativa de Maracay viajó a Puerto Rico, donde el 16 de diciembre se vería la cara con más de 90 chicas de todo el mundo. Durante el mes de permanencia en San Juan, Alejandra despuntó como una de las candidatas más fuertes. Su nombre estuvo en los principales rankings de belleza.
Pero, nuevamente, su sueño de desfilar por una pasarela se esfumó. Así como no pudo hacerlo en la competencia local (en 2020 por el coronavirus la elección fue grabada y sin público), tuvo que posponerlo nuevamente. A tan solo cuatro días de la elección, un brote de covid entre más de 20 concursantes acabó con la edición 70 del Miss Mundo.
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Sin embargo, ella no perdió las esperanzas. Metió todas sus expectativas en las mismas maletas que llevó y volvió a casa. El próximo viernes 11 estará nuevamente volando a San Juan, como una de las 40 candidatas que el 16 de marzo disputarán por fin la corona 7 para Venezuela. «Soy una Miss en pandemia. Tengo para escribir un libro con todo lo que he tenido que postergar por ella. Sin embargo, creo que esas mismas razones me hicieron una mujer fortalecida”, aseguró.
Las metas de Alejandra Conde
No lleva muchos cambios en comparación a lo que fue su preparación anterior. Espera, también, que la anfitriona, Miss Puerto Rico vuelva a ser nuevamente su roommate. “Ojalá me vuelva a tocar con ella. Es impresionante como en tan poco tiempo creas una hermandad. Una amistad que va más allá de lo que es un certamen”.
Los pocos cambios incluyen mantener el mismo traje típico y el de gala. “Después de tenerlo tanto tiempo guardado merece ser lucido. Es un vestido con toque maracucho. No voy a cambiar nada. Por eso utilizaré el vestido que tenía previsto. La misma causa social. Lo que voy a hacer es potenciar lo que ya llevé”.
Alejandra Conde aprovechó, no obstante, algunas de las experiencias adquiridas con el concurso para ponerlas en práctica en la comunidad que ayuda y atiende desde hace dos años en el estado Aragua. “Mi trabajo en Río Blanco no ha terminado. En el concurso aprendí que la forma cómo comunicas es clave. Por eso quiero enfocarla, al igual que mi participación, en eso”.
Aunque tuvo que suspender sus estudios de medicina por sus compromisos con la organización Miss Venezuela, Alejandra aseguró que los retomaría. No obstante, su sueño es “ser una gran animadora. Igualmente, me mantendré con mi labor social. Me costó mucho concebirlo, hacerlo, implementarlo para que se quede en el aire. Mi compromiso es con la comunidad, sobre todo con los niños. Si gano, tendré todas herramientas en mis manos. Y si no, buscaré la manera de mantenerlo vigente”.