Recientemente se viralizó un vídeo en redes sociales del sistema Metro de Caracas, ya que un pasajero captó el momento justo, cuando varios roedores caminaban libremente por uno de los andenes del subterráneo capitalino.
Ante este hecho, HispanoPost decidió realizar un viaje para conocer de primera mano la situación real en que se encuentra la línea tres del subterráneo, lugar donde presuntamente fue grabado el material audiovisual referido anteriormente.
La odisea comenzó este domingo 28 de agosto a las 7:10 AM. La estación elegida para iniciar la travesía fue El Valle. La primera imagen que uno puede apreciar al ingresar al sistema por la entrada de la Plaza El Valle, es una gran armatoste que cubre las escaleras mecánicas, las cuales se encuentran fuera de servicio desde hace “años”, según usuarios con quien pudimos conversar y que prefirieron mantener su nombre en reserva.
Al ingresar al andén en sentido Plaza Venezuela, se puede ver la suciedad y el mal estado de la infraestructura. En la estación reposan vagones que se encuentran estacionados totalmente llenos de tierra, y que a simple vista, se puede concluir que llevan bastante tiempo estacionados en ese lugar.
Otro factor que llamó la atención, es la gran cantidad de personas sentadas en el piso y en las escaleras que bajan hacia los andenes. Al consultarles por qué no cumplían con las normas del subterráneo, las cuales establecen que por seguridad nadie puede utilizar las instalaciones como asientos, las respuestas fueron iguales en todo momento, “por la medida pequeña debemos esperar media hora para que llegue el metro, así que es mejor esperar sentado”, comentó una señora quien debía entrar a su trabajo a las 9:00 AM.
“Trabajo hacia el este de la ciudad y la única manera de llegar directo es en Metro. Debo salir por lo menos dos horas antes, porque aquí en El Valle, el metro puede tardar hasta 45 minutos para que llegue y esperando que venga vacío, porque a veces viene lleno y debo esperar otra media hora más a que pase otro de los trenes”, comentó.
Tras esperar los primeros 10 minutos un tren aparece en el andén con sentido Plaza Venezuela, sin embargo, fueron pocos los usuarios que se movilizaron para abordar los vagones y el motivo es que su destino era la estación de La Rinconada.
Después de 29 minutos, cronometrados con un reloj, aparece un tren con sentido hacía Plaza Venezuela. Al ingresar al mismo, se puede constatar que no posee aire acondicionado. Algunos usuarios que iban sentados disfrutaban de su desayuno e incluso tomando líquidos, algo que era impensable en años anteriores.
Luego de aproximadamente un minuto de espera se cierran las puertas y el calor hace de las suyas. Al iniciar el recorrido, los usuarios saben que algo anda mal, pero no tienen certeza de la razón y es que el tren realizaba el trayecto hasta la estación de La Bandera a una velocidad sumamente baja, lo que hizo perder la paciencia a más de un usuario que comenzó a quejarse y a despotricar del sistema con toda razón.
Por otra parte, los usuarios además de lidiar con el calor, los malos olores y la lentitud del metro, deben esquivar una plaga de zancudos que habita dentro del vagón, pero no son solo mosquitos, sino que alguna mosca también decidió viajar en el sistema.
La velocidad del tren mejoró al salir de La Bandera y llegó relativamente con buen tiempo a las estaciones Los Símbolos y Ciudad Universitaria. Todo parecía mejorar, cuando el tren inició su camino final hasta Plaza Venezuela, no obstante, a pocos metros de llegar a la estación final, el tren vuelve a tomar la velocidad de “tortuga”, como lo mencionó un niño que iba ansioso a un juego de futbol.
Un trayecto que se debe hacer en aproximadamente unos 10 minutos, se convirtió en casi una hora, gracias a la velocidad y la espera de los trenes que cubren esta ruta que cuenta con solo 8 estaciones.
El trayecto de vuelta fue peor
Tras salir del largo viaje entre El Valle y Plaza Venezuela, logramos llegar a la línea 1 y abordar un tren con sentido Propatria, la estación de Gato Negro fue el lugar de destino y solo tardó unos 15 minutos en realizar todo el trayecto en un tren moderno y con el aire acondicionado funcionando, eso sí, con algunas goteras en varias partes del vagón. La presencia policial fue una constante en todas las estaciones del metro, lo que demuestra que desde el Ministerio de Interior y Justicia están cumpliendo con el operativo de seguridad recientemente activado, luego de una riña entre vendedores informales que dejó un muerto.
El trayecto de regreso se hizo a las 6:21 de la tarde cuando el tren abrió sus puertas en la estación de Gato Negro. Igualmente ingresamos en un tren con aire acondicionado y relativamente limpio. Tan solo 16 minutos después llegó a Plaza Venezuela.
Al bajar a la transferencia de las línea 3, nuevamente el panorama era desolador. El andén se encontraba bastante lleno, personas sentadas en el piso y las escaleras comentaban igualmente sobre la tardanza del sistema.
Cuatro efectivos de la Policía Nacional Bolivariana, escoltaban a una persona que se encontraba en estado de indigencia y que entró de manera gratuita al metro, ya que los torniquetes no se encontraban prestando servicio comercial.
Un niño abría y cerraba su morral y la gran sorpresa para todos, es que jugaba con un perro de unos pocos días de nacido, a pesar de la prohibición expresa que no pueden ingresar animales al sistema de trenes.
La espera en esta oportunidad fue mayor, 32 minutos se tardó el tren en llegar al andén con sentido La Rinconada. Los pasajeros que descendían recibieron golpes y empujones por parte de los que ingresaban, sin contar, una pequeña estampida de personas que corrió de forma desesperada, porque los primeros dos vagones del tren no fueron abiertos para el ingreso de pasajeros.
La escena se repitió, luego de aproximadamente dos minutos de espera, se cerraron las puertas del tren el cual no tenía aire acondicionado. La velocidad de Plaza Venezuela a Ciudad Universitaria fue extremadamente lenta. Luego de Los Símbolos hasta La Bandera, el transporte alcanzó una velocidad normal, pero al ingresar al trayecto de la estación El Valle, volvió a bajar la velocidad.
Como en la mañana, el tren llegó por el andén vía Plaza Venezuela y mucha gente se bajó confundida, porque estaba llegando por la puerta contraria.
Eran más de las 7:30 PM cuando salimos de la estación del Metro de El Valle, a esa hora solo había un miliciano resguardando las instalaciones y un operador que se encontraba en la caseta de boletería.
El recorrer la línea 3 del Metro de Caracas es algo desgastante, que agota tanto mental como físicamente a cualquier persona.
Sin duda, este sistema de transporte ya no es una solución para los habitantes del Sur de Caracas, porque presta un servicio comercial totalmente deficiente, inseguro y sobre todo impuntual.