El nuevo representante de la oposición de Venezuela en los Estados Unidos, está instando a la administración de Biden a que relaje las paralizantes sanciones petroleras contra el gobierno de Nicolas Maduro, o se arriesgue a ver que el país administrado por los socialistas se convierta en otra Cuba con Washington como chivo expiatorio por aumentar el autoritarismo y las dificultades económicas.
Los comentarios de Fernando Blasi a The Associated Press representan una ruptura brusca de la campaña de presión máxima “de la oposición” de los últimos cuatro años cuando confiaba en los EEUU para sacar a Maduro del poder.
El fracaso de ese enfoque de línea dura fue la excusa para que la oposición en enero expulsara al asediado ex legislador Juan Guaidó de su papel como presidente interino, un título que reclamó como jefe de la Asamblea Nacional elegida en 2015. La oposición ha reemplazado ese acuerdo con un estilo de liderazgo más horizontal de políticos en su mayoría exiliados.
“Si continuamos por este camino, Venezuela está destinada a ser otra Cuba, ” dijo Blasi en la entrevista el viernes en Miami. “Se convertirá en un problema para los políticos en Florida ganar elecciones.Ese sería un destino extremadamente triste para un país”.
Blasi, discutió el futuro de las sanciones de EEUU en reuniones recientes con miembros del Congreso principalmente demócratas, incluido el representante Gregory Meeks, el miembro de mayor rango en el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara.
Si bien fue designado en enero como enviado de la Asamblea Nacional en los Estados Unidos, advirtió que no habla por la opositora Plataforma de Unidad en su conjunto. Reconoció que muchos de sus aliados en la coalición opositora se erizan ante la idea de recompensar a Maduro sin compromisos iniciales para nivelar el campo de juego antes de las elecciones presidenciales del próximo año.
La administración de Biden ha señalado que está preparada para proporcionar alivio de sanciones a cambio de pasos concretos por parte de Maduro, como la promesa de no prohibir a cualquier candidato que surja de las primarias de la oposición a finales de este año. Pero aparte de emitir una licencia a Chevron para que pueda reanudar la producción limitada de petróleo en Venezuela en una prueba de seis meses, ha dejado en su lugar una serie de sanciones punitivas heredadas de la administración Trump, lo que hizo que forzar el cambio de régimen en la nación de la OPEP fuera una de sus principales prioridades de política exterior.
Blasi dijo que el ritmo de alivio de las sanciones se está moviendo demasiado lento. Las negociaciones en México, donde se suponía que el gobierno y la oposición debían establecer las condiciones para las elecciones del próximo año, no han tenido lugar durante meses, aunque las conversaciones informales han continuado en Caracas. Dijo que cualquier alivio de las sanciones proporcionaría un alivio muy necesario a los venezolanos regulares maltratados por alta inflación y escasez. Si Maduro no cumple con sus compromisos, las concesiones pueden revertirse rápidamente, dijo.
“El tiempo se acaba», dijo Blasi. “Tenemos que comenzar ahora con un plan coherente mediante el cual damos algo y el gobierno corresponde … para tratar de generar el mejor escenario posible para 2024. ”
La administración de Biden dijo que, con la licencia de Chevron, se había mostrado dispuesto a proporcionar un alivio de sanciones específico por tiempo limitado.
Respondiendo a una consulta de AP, El Departamento de Estado dijo en un correo electrónico que “la política de los Estados Unidos es calibrar las sanciones sobre la base de la necesidad humanitaria y los resultados democráticos positivos y siempre en estrecha coordinación con el Plataforma de unidad”.
A diferencia de muchos activistas exiliados en la oposición, que huyeron de un posible arresto en Venezuela luego de protestas antigubernamentales, Blasi dejó su tierra natal antes de que Maduro tomara el poder en 2013, escapar de lo que dijo fue un intento de las fuerzas de seguridad de extorsionar a su compañía de servicios médicos. Se instaló en Miami, donde construyó una compañía de financiamiento inmobiliario.
Debe su nueva prominencia a su afiliación con el partido Un Nuevo Tiempo (UNT), un movimiento político centrado en su ciudad natal de Maracaibo, el centro petrolero en el oeste de Venezuela gobernado por Manuel Rosales, quien en los últimos días también se puso del lado de Maduro al pedir el fin de las sanciones. UNT es el más pequeño de los cuatro partidos políticos que dominan la extensa coalición anti-Maduro. Cuando Guaidó fue reconocido en los Estados Unidos como el líder legítimo de Venezuela, Blasi fue acreditado como el consejero económico de Venezuela en su embajada de los Estados Unidos.
Como reflejo del nuevo enfoque realista de la oposición, Blasi dijo que no buscará tomar el título de embajador de Venezuela en Washington, como fue el caso en los últimos cuatro años. El presupuesto para misiones diplomáticas aprobado el mes pasado por los legisladores de la oposición elegidos para la Asamblea Nacional en 2015 fue $ 646,800 — en comparación con un promedio $ 5.8 millones en los últimos tres años.
Aún así, para operar legalmente en los EE. UU., Blasi y un pequeño equipo buscan cobertura diplomática. También necesitarán algún tipo de reconocimiento oficial para acceder a los $ 144 millones que el Banco Central de Venezuela ha depositado en la Reserva Federal de los EE. UU. y en la que depende la oposición para financiar el llamado Freedom Fund para acelerar una transición política.
Como parte de su alcance en los Estados Unidos, Blasi quiere mejorar las relaciones con los demócratas y garantizar un apoyo bipartidista continuo a la oposición. Dijo que el abrazo único de la administración Trump a los venezolanos ’ lucha por la libertad llevó a muchos en la oposición a unirse a los políticos republicanos de línea dura en Florida y dejar de lado las opiniones de los demócratas.
“No quiero hacer lo que sucedió en el pasado y simpatizar con un partido político para boicotear los esfuerzos del otro, ” dice.
Fuente: AP