Por primera vez en 36 años, Argentina se consagró campeona de la Copa Mundial de la FIFA, lo hizo en Qatar, en la edición de 2022 que también se celebró por primera vez en estas épocas del año. Por su puesto que con la consagración, toda la atención se concentró en una sola figura, la de su capitán Lionel Andrés Messi Cuccittini.
Sin embargo, a pesar de que el jugador del París Saint-Germain colocó la guinda que le faltaba a su extraordinaria carrera, alcanzando la gloria absoluta al conquistar el único trofeo que faltaba en sus vitrinas, además de él hay otro héroe oculto, uno que siempre está, uno que siempre aparece aunque no sea un superastro con siete balones de oro en sus espaldas.
Se trata de Ángel Di María, ‘El Fideo’, a quien hoy también vale la pena y se merece que se le reconozca su trayectoria, porque él también vivió en carne propia cada derrota y cada fracaso de los últimos años, pero de igual forma supo y se las arregló para ser figura en cada triunfo, en cada caricia de la gloria que ha pasado por las manos de la Argentina.
Nacido el 14 de febrero de 1988, Di María es apenas unos cuantos meses menor que Leo, por lo que claramente conforma la misma generación que entre una cosa y otra, lo ha ganado todo vistiendo la elástica albiceleste; de hecho, ambos jugadores son naturales de la ciudad de Rosario.
Como marcados por el destino, después de consagrarse como jugador en Portugal con el Benfica (2007-2010), Ángel llamó la atención de –nada más y nada menos– el Real Madrid, el más acérrimo rival del Fútbol Club Barcelona, donde Lionel ya era figura; llegó en una etapa en la que las relaciones entre ambos clubes estaban al rojo vivo, mientras luchaban por ser el mejor equipo, de la mano de José Mourinho y Pep Guardiola.
Angelito formó parte de aquel equipo que fue subcampeón en el Sudamericano Sub-20 de 2007, marcando par de goles en el empate (3-3) contra Uruguay; Argentina consiguió allí la clasificación al Mundial Sub-20 de ese mismo año y a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
En el mundialito volvió a aparecer, con goles a Panamá (fase de grupos), Polonia (octavos) y Chile (semifinales), pero se perdió la Gran Final por lesión, luego de chocar con Arturo Vidal en el partido anterior, pero la selección argentina se tituló al imponerse (2-1) sobre la República Checa.
El rosarino tuvo su revancha en la cita olímpica, a pesar de haber comenzado como suplente; en el segundo partido entró en reemplazo de Sergio Agüero y sirvió el pase para que Ezequiel Lavezzi marcara el único tanto de la victoria sobre Australia. En cuartos de final jugó de titular, contra Países Bajos, marcando el gol de la clasificación a los 104 minutos, cuando ya se jugaba el alargue.
La leyenda de Ángel Di María, como el talismán de las finales, comenzó en el partido donde se disputaban la medalla de oro de aquel evento, donde el rival serían sus similares de Nigeria. Di María fue titular y marcó el único tanto del encuentro.
Después de eso, fueron muchos los goles y los títulos que ambos jugadores consiguieron a nivel de clubes, en caminos separados, y de ven en cuando juntos con la selección. Además, Ángel se convirtió en un experto en pegarle al balón de rabona, con lo que se mandó más de un gol exquisito, digno de mandarlo a enmarcar; al mismo tiempo, se fue acercando a la figura de Cristiano Ronaldo –compañeros en el Real Madrid– que a lo largo de los años se ha considerado como el némesis de Lionel en cuanto a fútbol se refiere.
Con el club merengue, conquistó dos Copas del Rey, una Liga Española y una Supercopa de España, así como, ‘La Décima’ Champions y una Supercopa de Europa; su participación en las finales seguía siendo épica, puesto que en 2011 puso un bonito centro para que CR7 se elevara por los cielos y cabeceara para batir las redes blaugranas en Mestalla, venciendo por 1-0 al Barcelona.
Asimismo, cuando el Madrid ganó su 10° Liga de Campeones, que por tantos años había sido ansiada, Di María fue reconocido como el Mejor Jugador de aquella final, generando bastante peligro e incluso creando la ocasión en la que Gareth Bale rompía el empate (110’) en un rebote, tras un disparo del argentino que fue detenido por el guardameta Thibaut Courtois, que pertenecía al Atlético de Madrid en aquel entonces.
Di María, junto con Messi y compañía, fue subcampeón del Mundo en Brasil 2014, y de América en Chile 2015 y Estados Unidos 2016, terminando en el tercer lugar en la Copa América de 2019, que también se jugó en Brasil.
La suerte comenzó a sonreírles, finalmente, en la Copa América 2021; donde ciertamente Lionel Messi fue reconocido como el mejor del torneo, y empatando como máximo goleador (4) con el colombiano Luis Díaz, mientras que Emiliano ‘Dibu’ Martínez también se llevaba el premio al mejor cancerbero.
Di María disputó cinco partidos, con un solo gol y una sola asistencia. Sin embargo, su tanto fue el más importante de todo el torneo, ya que fue el que sirvió para que Argentina se consagrara campeón de América, nada más y nada menos que en el mítico estadio Maracaná y ante la selección anfitriona, Brasil.
Con este título, ‘La Albiceleste’ cortó una racha de 28 años sin conquistar ningún trofeo en la categoría absoluta, y con su 15° copa continental, igualó a Uruguay como los máximos ganadores del evento.
Posteriormente, se programó un torneo entre el campeón de América y el de Europa, que en este caso sería la selección de Italia; el mismo fue bautizado como Copa de Campeones Conmebol-UEFA, pero mejor conocido como la “Finalissima”.
Antes se le conocía como Campeonato Intercontinental de Selecciones, pero dejó de disputarse en 1993. Hubo un intento de retomarla en 2018, pero al final se descartó.
Lo cierto es que Argentina goleó a una Italia venida a menos, luego de oficializarse que se perderían su segunda Copa del Mundo consecutiva, después de la ausencia de Rusia 2018; el partido se llevó a cabo en el estadio Wembley de Londres, con goles de Ángel Di María, Lautaro Martínez y Paulo Dybala.
En Qatar 2022 Angelito estuvo alternando entre la suplencia y la titularidad, disputando un total de cinco partidos de los siete que vio Argentina. Sin embargo, no faltó a su cita y aportó con un gol y una asistencia.
El pase de gol lo sirvió para Leo Messi, en el primer tanto de la victoria (2-0) sobre México, con el que ‘La Albiceleste’ consiguió sus primero tres puntos de la fase de grupo, importantísimos después de haber sido sorprendidos en el debut por Arabia Saudí.
Por su parte, el tanto de sus botas se lo guardó –literalmente– para el final; y a los 36 minutos, a pase de Alexis Mac Allister, dejó tendido a Hugo Lloris para poner en ventaja a la Argentina, por 2-0 para irse al descanso con la tranquilidad parcial de ir ganando. En fin, si este es el Mundial de Messi, como a todos les gusta decirle; es también el Mundial de Ángel Fabián Di María, el héroe oculto entre las sombras, el conquistador de finales y uno de los arquitectos detrás de aquella medalla de oro de 2008 y de la tercera estrella que desde ahora portarán los argentinos en el pecho.