Este lunes París amaneció con cientos de kilómetros de atascos y un paro indefinido en el transporte público, dando inicio al quinto día de la huelga en Francia contra la reforma de las pensiones que intenta implementar gradualmente a partir del año 2020 el presidente Emmanuel Macron.
Nueve de las 15 líneas de la capital francesa se encuentran cerradas y tan solo dos están completamente automatizadas, es decir, que circulan sin conductor y son las que se encuentran funcionando normalmente.
«Hay aún menos transportes que la semana pasada… El viernes pude tomar un autobús para ir a trabajar, pero hoy es imposible», declaró Raffaella, una funcionaria pública que esperaba poder subirse a un autobús junto a varias decenas de personas, según informó a la agencia AFP.
Asimismo, siete de los 25 depósitos de autobuses que se encuentran en París amanecieron bloqueados por manifestantes, lo que causo que apenas un tercio de los autobuses que circulan en tiempo normal en la ciudad pudieran salir a las calles sin problema.
Para el día martes 10 de diciembre, los sindicatos convocaron una nueva jornada de huelgas y manifestaciones, tras el éxito obtenido en la primera jornada en la que participaron 800.000 personas.
A pesar de la tensión en las calles, el presidente Macron presentará la reforma de pensiones ante la Asamblea Nacional de Francia este 11 de diciembre, de la cual hasta los momentos solo se conocen las líneas generales.
Según la Alianza de Comercio, el primer día del paro de trabajadores provocó una caída promedio de 30% en las ventas, que representa a 27.000 supermercados y tiendas de ropa y calzado con casi 200.000 trabajadores.
El turismo también se ha visto afectado por la movilización. La Unión de actividades hoteleras constató en la región parisina una caída de 30 a 40% en las reservaciones en el primer día de huelga.
Con información de AFP