Beneficiarios de las bolsas de alimentos de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) cuestionan la subida constante del precio del combo, así como de la calidad de los productos.
Habitantes de parroquias de Caracas que solicitaron guardar sus nombres en reserva aseguraron que a lo largo de 2023 la bolsa se incrementó de entre 15 y 18 bolívares a entre 45 y 50 bolívares.
«El aumento de 5 bolívares primero fue cada tres meses, después pasaron a cada dos meses y desde julio es mensual. Lo peor es que no te avisan y te ponen a correr a última hora», contó una vecina en Candelaria.
Un usuario de un edificio en San José señaló que «si no pagas esa diferencia no te entregan la bolsa».
Residentes de otras zonas de Caracas se quejaron también de que el combo no llega al edificio, pese a que cada uno cancela 10 bolívares por concepto de transporte.
«Por ejemplo, en San Bernardino y Sarria, los usuarios -muchos de ellos de la tercera edad y con discapacidades- deben ir a la avenida donde se estaciona el camión con los CLAP y allí es donde se los entregan», narró un consultado.
Voceros de consejos comunales, que pidieron no mencionar sus nombres, revelaron que a ellos les notifican sobre el aumento del precio de la bolsa cuando ya recogieron el dinero cobrando al precio sugerido original.
«En los Comités hay órdenes y contra órdenes respecto a la fecha del cobro y monto de la bolsa. Generalmente, la culpa se la echan a una», dijo una vocera comunal.
Por otra parte, vecinos caraqueños manifestaron que «siguen la corrupción y el clientelismo político en toda la red de distribución de los CLAP».
Precisaron que «esas personas aprovechan cualquier oportunidad» de negocio paralelo e irregular.
Como ejemplo citaron a los compradores y truequistas de productos CLAP, que se ubican en las cercanías luego de la entrega de la bolsa en los edificios y casas, para luego entregarlos a centros de acopio de los CLAP donde vuelven a ser incorporados a las bolsas.
«Otro negocio es limpiar de gorgojos la harina de maíz, granos y arroz para reempaquetarlos e incluirlos de nuevo en las bolsas CLAP», denunció un consultado.
Para esta actividad, agregó, contratan gente de las comunidades pagandoles entre 30 y 50 dólares por jornada.
La calidad deja mucho que desear
Los beneficiarios indicaron que excepto la leche en polvo, la calidad de los productos CLAP es deficiente.
En ese sentido, exigieron que les entreguen los productos de marcas reconocidas por su calidad, los mismos que incluyen en las bolsas de comida recibidas por los trabajadores activos y jubilados de algunas instituciones de la administración pública, quienes reciben además huevos, carne de res y pollo, queso y margarina.
«Los productos de la bolsa CLAP son malos y de marcas desconocidas, empezando por la harina de maíz amarillo y las arvejas partidas amarillas llenas de piedras y a veces con bichos», sostuvo un vecino en la avenida Panteón.
Otro usuario advirtió que «el litro de aceite -que entregan cada dos o tres meses- es de palma y los nutricionistas aseguran que no es saludable».
Actualmente, el combo CLAP contiene dos bolsas de 250 gramos, cada una, de leche en polvo y bebida láctea tipo chicha además de un kilo de azúcar y otro de granos.
La bolsa también incluye dos kilos de arroz y pasta, respectivamente, y tres kilos de arepaharina amarilla así
como tres latas pequeñas de sardinas y el litro de aceite alternado con una lata de 320 gramos de mortadela de pollo.
Según cifras oficiales, en el país existen 45.510 CLAP que distribuyen las bolsas de comida a 7,3 millones de beneficiarios.
Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción fueron creados en abril de 2016. Hasta 2020, la totalidad de los productos de los combos era de origen importado de países como México, Panamá, Colombia, China y Turquía. De esta última se sigue importando la pasta alimenticia.
En 2020, se anunció la sustitución de productos importados por los de fabricación nacional. Nicolás Maduro anunció en marzo que 95% de los productos de las bolsas es hecho en Venezuela.