La mañana del martes pasado, desde la administración de Nicolás Maduro se divulgó la información de la supuesta dada de baja del líder criminal Carlos Luis Revete, alias el ‘El Koki’, quien desde hace aproximadamente seis años era el cabecilla de la megabanda que operaba desde el oeste de la ciudad capital, azotando especialmente los sectores de la Cota 905, El Valle, El Cementerio, Quinta Crespo, El Paraíso y La Vega.
Pese a que se ha dudado sobre la veracidad de su muerte, ya que no se presentado aún un registro oficial -solo se ha filtrado una fotografía de su cadáver en la morgue- el Estado siempre ha mostrado los resultados de este enfrentamiento armado entre los cuerpos de seguridad y grupo delincuencial como un triunfo para la estabilidad y la paz en Venezuela.
Sin embargo, no es tan así, dado que, de acuerdo con cálculos de especialistas en criminología, en el país operan al menos 50 megabandas dedicadas al crimen organizado.
“La muerte de alías ‘El Koki’, si es que realmente se comprueba porque hasta ahora hay un dicho oficial, no afecta el funcionamiento de esas megabandas que aún operan en Venezuela”, indicó Luis Izquiel, abogado penalista, criminólogo y profesor de Criminología en la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Explicó que el ecosistema hamponil de las megabandas opera bajo el esquema de sucesión, una vez que el líder es desarticulado lo sustituye un lugarteniente. “El Koki’ es un individuo mediático que se convirtió como en el emblema de las megabandas en Venezuela, pero las otras tienen un funcionamiento autónomo”.
Agregó que, según los cálculos que maneja, en Venezuela existen unas 40 o 50 megabandas criminales, “entendiéndose como tales aquellas grandes pandillas que tienen más de 50 integrantes, que tienen armamento de guerra -fusiles, granadas, ametralladoras- que controlan un territorio determinado y que tienen una estructura jerárquica”.
Así que mientras haya miembros con poder dentro de la organización criminal que gocen de libertad o impunidad, esta banda tiene la capacidad de continuar actuando. “Para nada significa que se ha recuperado la seguridad en el país. ‘El Koki’ era el líder de una megabanda que operaba en la Cota 905 y afectaba al oeste de la ciudad, y en algunas oportunidades al este por el hecho de que cometía secuestros y otros delitos en el este de la capital. Generalmente, ocurre una sucesión en el mando, algún lugarteniente ocupa el lugar del líder que falleció. De hecho, ‘El Koki’ había sucedido a alias el ‘Chavo’, que era el jefe de la megabanda de la Cota 905 hasta que lo mataron cobrando un secuestro en San Bernardino”.
Es de recordar que en la organización hamponil comandada por ‘El Koki’ también sonaban los apodos de ‘El Vampi’ y ‘El Galvis’, lugartenientes del cabecilla, quienes están en fuga desde mediados del año pasado tras una actuación conjunta de los cuerpos de seguridad en la Cota 905, como parte de las “Operaciones de Liberación del Pueblo” en los llamados “territorios de paz”, cuando dieron de baja al líder de la megabanda que operaba en El Valle, alias ‘Loco Leo’.
“Para nada la muerte de ‘El Koki’ significa una mejoría de esa circunstancia. Aquí podría ocurrir lo mismo que pasó cuando mataron a ‘El Picure’ hace unos cinco o seis años. Era el delincuente más emblemático de esa época y su muerte no afectó para nada el tema de la inseguridad en Venezuela”, señaló Izquiel .
Dijo que en ese caso lo que ocurrió fue que hubo una sucesión del mando, algún lugarteniente ocupó el lugar que tenía ‘El Picure’, “cosa que es muy probable que pueda ocurrir con la banda de ‘El Koki’, porque sabemos que ‘El Vampi’ y ‘El Galvis’, que eran sus lugartenientes, siguen en libertad y mientras estas circunstancias se mantengan, existe la posibilidad de que reorganicen la pandilla”.
Un ecosistema de unas 50 megabandas
El criminólogo aseguró que tener en Venezuela un ecosistema de al menos 50 megabandas dedicadas al crimen organizado a lo largo y ancho del territorio nacional ocurre cuando se presentan problemas de fondo en el desarrollo de una sociedad como la venezolana.
“Mientras existan problemas estructurales como la pobreza, el hambre, la deserción escolar, la adicción a las drogas y el alcohol entre los jóvenes y otros problemas sociales, unidos a temas de corrupción en las policías, la falta de operatividad, la impunidad en el sistema de justicia y cárceles que son sinónimos de delincuentes; mientras sigan abandonados por el Estado amplios territorios del país y mientras siga un descontrol en las armas, sobre todo en las armas de guerra, está todo listo para el caldo de cultivo, para que sigan surgiendo megabandas en Venezuela”, aseveró.
Detalló parte de la conformación de estas bandas que azotan al país: “Las otras megabandas están diseminadas por otras partes de Caracas y del país porque no solo existen estas megabandas criminales, sino que además hay otras expresiones del crimen organizado actuando. Por ejemplo, se sabe que están el ELN y las FARC controlando territorios y afectando comunidades en el país, se sabe que hay colectivos armados haciendo lo mismo. Se sabe que hay sindicatos mineros en el estado Bolívar, se sabe que en Venezuela actúan carteles de la droga nacionales y que también hay agentes de carteles internacionales”.
Izquiel insistió en que la caída de uno, no significa el desmoronamiento de todo un ecosistema. “Las personas que están siendo sometidas por Carlos Capa, que es el jefe de una megabanda en Valles del Tuy, no se ven liberadas de ese yugo criminal por la muerte de ‘El Koki’, porque él funcionaba en la Cota 905 y afectaba al oeste de la ciudad capital”.
Aseguró que lo mismo pasa con “los sindicatos mineros en el estado Bolívar, con la megabanda de alias ‘El Cagón’ o ‘El Patrón’ entre Trujillo y Zulia y los que están afectados por las bandas de extorsionadores del Zulia: ‘Yeico Masacre’, ‘Los Melián’, ‘Los Leal’, ‘Adriancito’, ‘El Gigi’, entre otros. La vida real de estas personas y su relación con las megabandas no se ve de ninguna manera mejorada por la muerte de ‘El Koki’”.
¿Un logro para el Estado?
Recién se hizo conocida la noticia del presunto de que ‘El Koki’ había sido abatido, las organizaciones que velan por los derechos humanos en Venezuela se hicieron eco de la necesidad de oficializar investigaciones que determinen las verdaderas circunstancias en las que pudo haber caído Carlos Luis Revete. incluso se llegó a mencionar la posibilidad de que su caso fuera considerado una ejecución extrajudicial. No obstante, ante la ausencia de registros oficiales, para el profesor de Criminología en la UCV, aún podría ser apresurado sacar estas conclusiones.
“No está comprobado que haya sido una ejecución extrajudicial porque no hay denuncia de ello y tampoco se sabe qué fue lo que pasó por el oscurantismo que hay en ese tipo de operativos. Hasta ahora no se podría hablar de una ejecución extrajudicial porque no hay denuncias, no hay prueba de ello, lo que queda es una versión oficial de un supuesto enfrentamiento. Ahí es donde está el problema de que el país no conozca pruebas de la muerte, en qué circunstancias reales ocurrió. La autopsia que se le hizo debe decir cuántos disparos se le hicieron, cuál fue la trayectoria balística, si fue a quemarropa o no”, dijo.
Izquiel apuntó que mientras haya dudas, la población desconfiará de los resultados del operativo: “La gente ve con beneplácito la muerte de ‘El Koki’ y, en ese sentido, es un punto a favor de los cuerpos de seguridad. Pero si no se no se llega a mostrar una evidencia contundente, va quedar la duda sembrada en amplios sectores de Venezuela”.
Advirtió que extraña el silencio de los familiares. “Esto a veces ocurre cuando cae un delincuente renombrado en el país, porque los familiares están a sabiendas de que esa persona en cualquier momento puede caer en un enfrentamiento con rivales o con los cuerpos de seguridad. Extraña, además, que yo no he visto ni fotos o documentación de que la familia haya retirado ese cadáver de la morgue de Bello Monte o que haya retirado las cenizas si fue que lo cremaron. Es una serie de circunstancias que todavía no han sido suficientemente aclaradas y que lucen un poco oscuras”.
El criminólogo recordó que desde la administración de Maduro ya fue descartada la versión que aseguraba que en el enfrentamiento también había caído Carlos Enrique Gómez Rodríguez, alias ‘El Conejo’, líder de banda criminal que opera en la ciudad de Las Tejerías, estado Aragua, donde presuntamente fue abatido ‘El Koki’. Ante ellp, insistió en que mientras estos delincuentes sigan libres y actuando impunemente es probable que las megabandas se reorganicen y sigan operando bajo la tutela de un nuevo líder.
“De confirmarse oficialmente la muerte de ‘El Koki’ lo que ejemplifica es que el Estado tiene toda la capacidad actual a pesar de todas las debilidades que existen, de combatir a las megabandas criminales. Es decir, cuando hay una decisión de los cuerpos policiales y una autorización política pareciera que sí hay la capacidad de desarticular bandas de este tipo, pero hay otras que gozan de total impunidad. Entonces, hay como una doble medida: se decide actuar contra unas, pero se deja que otras ejerzan su actividad criminal libremente. El mismo ‘El Koki’ tuvo mucho tiempo de impunidad en la Cota 905, hacía todo tipo de desastre y gozó de completa impunidad por al menos unos cinco o seis años”, concluyó el especialista.
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