Las áreas comunes y los servicios se deterioran en los edificios de Caracas por los problemas económicos de los propietarios e inquilinos que priorizan sus ingresos en adquirir alimentos.
Esto deja en segundo plano el pago del condominio y los gastos extraordinarios de reparaciones en los conjuntos residenciales, aseguraron fuentes del sector que solicitaron guardar sus nombres en reserva.
Esta situación ha puesto a prueba el ingenio de los residentes para paliar la paralizacion de los ascensores a través del mecanismo alternativo de usar cuerdas para subir la compra a través de poleas en las ventanas y balcones.
«El ascensor se dañó por el apagón nacional de hace dos años. No tenemos dinero y recolectar la plata para repararlo es prácticamente imposible», contó un residente en un edificio en San Bernardino.
Un vecino narró que alguien de la familia del apartamento lanza la soga y recoge la compra una vez que quien hizo el mercado ata las bolsa al extremo.
Otro contó que amarra una cesta en la punta del mecate. «Así es más fácil y seguro subir las cosas», dijo.
Esta solución se observa en los edificios de máximo ocho pisos de altura y en los apartamentos de los niveles más bajos de altas torres residenciales.
El artilugio también es utilizado en edificaciones de la Misión Vivienda, donde algunos habitantes refirieron que el ascensor se había dañado apenas recién mudados.
Representantes de juntas de condominio explicaron que muchos de los residentes son adultos mayores y dependen de la pensión, lo cual hace cuesta arriba pagar incluso el mes de condominio.
«La reparación de los ascensores es muy costosa. El repuesto más barato puede costar entre 200 y 300 dólares, pues los técnicos cobran en la divisa de Estados Unidos», señaló un directivo de la junta de propietarios de unas residencias en Candelaria.
Un representante vecinal de una torre de San José destacó: «Tenemos dos de los tres ascensores parados porque la gente no tiene dinero para pagar esas reparaciones y reza para que no se eche a perder el que funciona».
Otros gastos extraordinarios que representan altas erogaciones por mantenimiento y reparación son las bombas de agua, el destape por desbordamiento del sistema de aguas negras y la ruptura de un tubo principal.
En los edificios recorridos, los vecinos decidieron reducir los gastos comunes en el condominio por lo que no tienen conserje -la gente limpia su piso y las áreas comunes- ni servicio privado de vigilancia.
«El edificio se deteriora afectando la calidad de vida de los residentes, además de devaluar la propiedad, pero para mucha gente es un gran sacrificio solo pagar el recibo mensual del condominio», indicó un consultado.
Un propietario de un edificio pequeño en la avenida Panteón destacó que para una reparación grande las alícuotas por apartamento son mucho más elevadas que en las torres donde hay más viviendas.