A través de un comunicado público, la Conferencia Venezolana de Religiosos y Religiosas, invitaron a todos los venezolanos a votar este domingo 28 de julio en las elecciones presidenciales y además enviaron un mensaje de aliento y de esperanza para esta jornada electoral.
A continuación el comunicado completo:
Nosotros (as), vida religiosa y consagrada peregrina en Venezuela, seguidora de Jesucristo y anunciadora de su reino de justicia, paz y reconciliación, ante las elecciones del próximo 28 de julio, ofrecemos, desde la diversidad de carismas y servicios apostólicos a lo largo y ancho del territorio nacional, un mensaje de aliento y
esperanza, dirigido a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que oran y trabajan para que nuestro pueblo goce de una vida justa, digna y fraterna.
En nuestro corazón late la promesa del Señor: «He venido para que tengan vida y vida en abundancia» (Jn10, 10) y, su envío nos impulsa a leer los signos de los tiempos (cfr. Lc. 12, 56) para ser continuadores de su misión: «como el Padre me envió, así los
envío yo» (Jn. 20, 21).
Hoy, compartiendo el análisis de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), y en unión de ánimo con nuestros Pastores, los Obispos, y todo el pueblo fiel, animamos y acompañamos a la ciudadanía a:
1) Asumir y defender nuestro derecho constitucional a elegir con libertad de conciencia y decidir con responsabilidad los destinos de nuestro país. En consecuencia, invitamos a participar, libre y activamente, en el acontecimiento electoral presidencial del 28 de julio, lo que implica para la ciudadanía velar y defender el voto con civismo y apegado al marco constitucional. Recordemos
que «la fe sin obras, es una fe muerta» (Sant. 2, 26).
2) Caminando con fe junto a nuestro pueblo, animamos a toda la ciudadanía a apostar por una jornada electoral en paz y concordia, que ratifique el legítimo derecho a vivir en democracia, de modo que se garantice la plena participación ciudadana, sin vulnerar los derechos humanos de quienes quieren expresarse a través del voto, para elegir la máxima autoridad que regirá los destinos de nuestra Nación. Como ciudadanos y cristianos, nos marca el deseo
de vivir la fraternidad universal de los hijos e hijas de Dios anunciada por Jesucristo. Este anhelo se concreta históricamente en la búsqueda del bien común y la construcción de modelos de convivencia que garanticen el disfrute de los derechos humanos y la paz social. La democracia -siempre perfectible- es un sistema político que garantiza la construcción del Estado de Derecho en
sintonía con nuestros anhelos más profundos de justicia y fraternidad: «Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados» (Mt 5, 6).
3) Con nuestra oración y acción, nos sumamos a la impostergable tarea de ser constructores de paz y, para ello, exhortamos a no distraernos y caer en el juego de quienes quieren sembrar miedo y confusión para desmovilizar a la ciudadanía. Cultivar la paz interior, la cordura y la fortaleza es un signo visible de nuestra fe, que no admite el camino de la violencia.
Exhortamos a vivir estos días, que preceden a las elecciones presidenciales, en clave de discernimiento, para que, “escuchando al Maestro interior”, nos encontremos con su «Palabra de vida», y con la certeza de que va con nosotros en esta hora decisiva para el
pueblo venezolano. «Dichosos los que construyen la paz porque serán llamados hijos de Dios» (Mt 6, 9).
Esta jornada democrática se inspira en esta bienaventuranza de Jesús. Mediante el voto, queremos construir el sueño de una Nación de hermanos, que tienen por Padre a Dios. Una Nación donde nadie se sienta excluido, sino llamado a sumar esfuerzos en la construcción del bien común. Pedimos a todos acoger el
llamado de la Conferencia Episcopal Venezolana a permanecer en oración para que el Espíritu Santo ilumine nuestras conciencias y conduzca nuestras acciones por las sendas del bien. Que el fruto de esta fiesta electoral del próximo 28 de julio lo disfrute un pueblo que lleva en sus manos la esperanza: “Una esperanza que no defrauda” (Rom. 5, 5).
A los pies de nuestra Señora de Coromoto, permanecemos en vela, meditando en nuestro corazón las palabras de su hijo, nuestro Señor: «Ustedes son la Sal de la tierra» (Mt 5,13).
En fraternidad ciudadana y cristiana.
Conferencia Venezolana de Religiosas y Religiosos
(CONVER)