EEUU quiere alejar a Venezuela del “eje ruso” pero debería reevaluar las sanciones

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Estados Unidos aseguró el pasado lunes que, “por ahora”, no está manteniendo contactos ni poniendo en marcha ningún plan para importar petróleo de Venezuela. No obstante, para los expertos, la reunión que sostuvieron en Caracas, el 5 de marzo, funcionarios del gobierno de Joe Biden y de la administración de Nicolás Maduro tiene un doble propósito: alejar a Venezuela del “eje ruso” y retomar el tema de proveedor de petróleo. Solo que es necesario, según exponen, que la nación norteamericana revalúe las sanciones contra el país.

El economista y director de la firma Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, considera que el encuentro entre los tres altos funcionarios estadounidenses -Juan González, asesor para América Latina; James Story, embajador para Venezuela, pero desde Colombia; y Roger Carstens, un veterano en asuntos relacionados con rehenes- con Maduro, su esposa Cilia Flores y el presidente de la Asamblea Nacional electa en 2020, “tiene dos objetivos principales”.

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“Para mí, el más importante es probablemente comenzar un proceso donde se aspire a lograr que Venezuela salga de la influencia de Rusia y luego está, obviamente, intentar retomar el tema de proveedor de petróleo por parte de Venezuela, que tiene unas reservas importantes”, indicó.

Para Oliveros, otro elemento detrás del contacto entre el gobierno de Estados Unidos y Venezuela es que se retome el diálogo en México y que tanto la oposición como el régimen de Maduro cedan. “Y por el lado de Estados Unidos está acceder al desmontaje de sanciones, pero que eso dé pie a que en Venezuela se den a algunas concesiones políticas importantes en temas institucionales, en temas de garantía, de presos políticos y otros aspectos que se tienen que considerar”. 

En cuanto a que Venezuela retome su condición de proveedor de petróleo a Estados Unidos, considera que es un “proceso complejo, porque tiene que darse en el marco de una negociación política. No es solamente proveer petróleo y ya, sino que tiene que sincronizarse la negociación política con la apertura en términos de sanciones para la industria petrolera”.

Por su parte, el experto petrolero Antero Alvarado afirmó que la administración de Biden encontró un momento para acercarse a Venezuela con bajo costo político. Y coincide con Oliveros en que lo que también busca Estados Unidos es que “Venezuela salga del eje ruso y acercarla nuevamente a Occidente”. 

También ve “bastante factible” que Venezuela dirija parte de su producción de petróleo a Estados Unidos, “ya que el petrolero venezolano ahora está siendo comprado con grandes descuentos en China. Esto debido a que China también está comprando mucho crudo ruso sancionado. Si Estados Unidos ofrece comprar y pagar el crudo a Pdvsa como antes, yo sí creo que hay muchas opciones”. 

Sobre ese punto, Oliveros ya había adelantado en su cuenta de Twitter que un tema clave respecto a una eventual flexibilización de sanciones es que esto “no significa que Maduro vaya a empezar a exportar petróleo de nuevo. Nunca ha dejado de hacerlo, algunos por interés lo olvidan. La única diferencia es que no irá a Asia con un descuento masivo”.

En entrevista con HispanoPost, el economista manifestó que es viable que buena parte de la producción de Venezuela sea enviada a Estados Unidos, debido a que el país produce en este momento cerca de 800.000 barriles de petróleo. “Puede estar exportando cerca de unos 600.000 y buena parte de ese crudo se está colocando en Asia. Yo creo que en el marco de que se den acuerdos, Venezuela puede colocar ese crudo en Estados Unidos”, indicó.

Agregó que, de avanzar la negociación, las empresas socias de Pdvsa podrían incidir en la producción. “Los niveles de producción petrolera pueden superar el millón de barriles y pueden llegar en el corto plazo a 1 millón 200 mil o 1 mil 300 mil barriles, pero, reitero, tiene que darse en el marco de la negociación política”.

Por otro lado, advirtió que Venezuela “ahora tiene un problema” y es que Rusia está sancionado y, por ende, va a empezar a buscar el mercado que Pdvsa estaba supliendo, es decir, el mercado asiático. “Rusia tiene crudo de mayor cantidad, de mayor calidad y eso le pone un problema importante a Venezuela, por lo que le convendría volver a venderle a Estados Unidos. Además, se disminuiría el descuento con el que hoy Venezuela vende crudo. Pero vuelvo a recalcar, esto tiene mucho que ver con una negociación política”.

De levantarse las sanciones…

En un hilo de tuits que hizo el pasado 9 de marzo, días después de la visita a Caracas de la delegación estadounidense, Oliveros aseguró que “hoy existe una rendija para que un proceso gradual de levantamiento de sanciones petroleras pueda sincronizarse con un proceso de negociación política (México) que permita que Venezuela pueda comenzar a resolver su crisis política”. 

Señaló que, debido a las sanciones, las empresas estadounidenses y europeas socias de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) se vieron obligadas a disminuir su operación, y el control de esa producción pasó a manos de la estatal venezolana, “en una estructura bien opaca y manejada con total discrecionalidad y cero transparencias”. 

Olivero añadió que las exportaciones de petróleo ruso a Estados Unidos se duplicaron con creces a partir de 2019, después de que esa nación prohibiera las importaciones venezolanas. “La política de EE. UU. sobre Venezuela le dio a Rusia una ventaja adicional”, escribió.

No obstante, Antero destacó que si Venezuela quiere exportar crudo a Estados Unidos, “se necesita que se den licencias especiales a las empresas que vengan a comprarlo, mayoritariamente refinados en la costa del golfo de México”. 

También considera que el retorno de empresas serias y de prestigio a Venezuela ayudaría a mejorar los estándares de seguridad y de operaciones. “Estas empresas internacionales pueden ejercer presión en Pdvsa para mejorar estándares de seguridad y transparencia en, por lo menos, operaciones de carga de crudo en el puerto Jose”, comentó el experto. 

Oliveros insistió en que, si se llegase a dar un eventual levantamiento de sanciones, la estructura de Pdvsa pudiese cambiar y ser más transparente. “Obviamente será una venta más transparente y, a lo mejor, Estados Unidos intente poner condiciones de a dónde debería dirigirse ese dinero que se va a pagar a Venezuela, probablemente para compras de insumos básicos. Además, es muy factible que algunas empresas socias puedan volver a iniciar operaciones en Venezuela e incluso puede dar pie a que otras, a las que se les dé la garantía adecuada, puedan entrar”. 

Sin embargo, sostuvo que el gobierno también necesita poder mejorar su flujo de ingreso, necesita atraer inversiones para el sector petrolero. “Hay que lograr acuerdos comunes, acuerdos sincronizados, donde se va destrabando toda la dinámica de sanciones del petróleo, en la medida en que el gobierno de Maduro entregue concesiones en la dinámica política, que den pie a una institucionalización  y a elecciones con la mayor garantía posible, el mayor grado de participación, liberación de presos políticos, entre otros aspectos”, puntualizó.  

Lo que dice la Cámara Petrolera de Venezuela

La Cámara Petrolera de Venezuela también ha fijado su posición con respecto a la reunión entre funcionarios estadounidenses y venezolanos y la posibilidad de que Pdvsa retome su papel de proveedor hacia Estados Unidos. De manera, que para Reinaldo Quintero, presidente del gremio, Venezuela puede suministrar al mercado norteamericano de 400.000 a 500.000 barriles y también podría cumplir los compromisos con otros socios comerciales. 

“Ahora, recuperar la producción de esa cantidad de barriles puede demandar un costo aproximado de 5 a 8 millardos de dólares”, resaltó el presidente del gremio, indicó. 

Dijo que para generar una rápida respuesta en el incremento de la producción de petróleo en Venezuela y garantizar la demanda proponen la“flexibilización puntual de las sanciones económicas a través de la habilitación de licencias de operación, exportación y abastecimiento a cada una de las empresas extranjeras afectadas por estas medidas y así acceder también a financiamiento, lo cual mejoraría la inversión extranjera directa en la industria petrolera venezolana, aumentaría el flujo de caja y la generación de empleo para trabajadores capacitados”. 

Ante el primer contacto que tuvo el gobierno de Estados Unidos con la administración de Maduro, Quintero expresó que desde la Cámara Petrolera no tienen “una injerencia directa sobre el tema de los diálogos, pero sí hemos aportado muchas alternativas y hemos siempre trabajado por el diálogo”.

Quintero afirmó que Venezuela siempre ha sido una “fuente segura de energía para la región y el mundo, y lo ha sido en los diferentes conflictos bélicos a lo largo de la historia y lo podrá ser en este momento. Queremos colaborar y aportar el valor agregado de nuestras empresas afiliadas para recuperar nuestro espacio regional y reforzar nuestro posicionamiento geopolítico como suplidor seguro y estabilizador de la demanda en la matriz energética mundial. El petróleo venezolano debe volver al mercado internacional abierto y los agremiados de la Cámara Petrolera de Venezuela siguen estando aquí para apoyar en esta tarea”. 

Perjudican los intereses de EE UU y del pueblo venezolano

Pero no es solo la Cámara Petrolera de Venezuela y otros actores los que piden que se reevalúen las sanciones contra el país. En el artículo “Las sanciones de Estados Unidos perjudican nuestros intereses y al pueblo venezolano”, de los expertos Brian Fonseca y Eduardo A. Gamarra, se señala que ante el anuncio del presidente Biden de prohibir las importaciones de petróleo ruso a Estados Unidos, el gobierno estadounidense “debería reevaluar las sanciones contra Venezuela, duplicar las sanciones específicas contra individuos y revertir las sanciones más amplias que perjudican nuestros intereses nacionales y los intereses del pueblo venezolano”. 

El artículo, que fue publicado en el Miami Herald el 9 de marzo, también destaca que un posible “levantamiento de las amplias sanciones contra el sector petrolero de Venezuela podría crear espacio para que Estados Unidos aplique sanciones más directas contra las exportaciones rusas de petróleo y gas. Tal medida podría ayudar a los venezolanos que sufren la actual crisis humanitaria”. 

Fonseca y Gamarra advierten que las sanciones de Estados Unidos, las cuales han estado vigentes desde 2006 y que han sido intensificada contra el gobierno de Maduro hasta la fecha, “no han cambiado el régimen ni han modificado el comportamiento de Maduro. Además de la corrupción extrema, continúan las violaciones de derechos humanos bien documentadas y generalizadas”.

Ambos expertos indican que las sanciones sectoriales de Estados Unidos hacia Venezuela e Irán eliminaron un importante suministro de crudo pesado del mercado energético mundial y permitieron que las compañías rusas de petróleo y gas intervinieran para atender la demanda, haciendo que dicho país creciera en este sector. 

Ante ello, sostienen en Rusia están celebrando con las sanciones de Estados Unidos, “porque mantiene el petróleo venezolano en el suelo, reduce el suministro global y, lo más importante, mantiene a las empresas estadounidenses marginadas. Esto da como resultado que Rusia obtenga un precio más alto para su propio crudo pesado en el mercado global”. 

Fonseca y Gamarra aseguran que en 2022 las exportaciones de petróleo de Rusia a Estados Unidos alcanzaron un máximo de 16 años; mientras que exporta más de 40% de su petróleo y casi el 70% de su gas a Europa. Además, ese país exporta aproximadamente de 3 a 4 millones de barriles de petróleo crudo pesado al día, por lo que un aumento de cinco dólares en el precio por barril genera entre 15 y 20 millones de dólares adicionales al día a los exportadores rusos. Y esto, de acuerdo con ellos, evidencia que las ventas de energía también son vitales para que Moscú logre sus objetivos estratégicos. 

En el artículo los expertos indican que Venezuela puede tener hasta decenas de millones de barriles almacenados que podrían llegar rápidamente al mercado global. Sin embargo, el sector energético venezolano tiene un largo camino por recorrer para que su capacidad de producción vuelva a su máximo de alrededor de 3 millones de barriles por día, pues hoy se sitúa en poco menos de 1 millón. 

También señalan que es más barato levantar petróleo venezolano que petróleo estadounidense, y es ahí donde entra en juego el sector privado de Estados Unidos. Es por ello que destacaron que grandes empresas de petróleo y gas están presionando a Washington para que elimine las sanciones para que puedan participar en el sector petrolero de Venezuela.

Y aunque Estados Unidos podría pedir a los Estados del Golfo que aumenten la producción y aprovechen sus repuestos, “eso nos hace volver a la dependencia del Medio Oriente”, puntualizan Fonseca y Gamarra.

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