En Miami, la noticia de la muerte de Fidel Castro era esperada desde hace años. Desde que el dictador cubano, que accedió al poder en 1959, cedió las riendas del país a su hermano Raúl por una enfermedad, los rumores sobre el estado de su salud eran recurrentes. De hecho, en más de una ocasión, medios locales habían especulado sobre que su final estaba próximo.
Esta vez no fue un rumor y miles de cubanos exiliados salieron a la calle, a celebrar la desaparición de Fidel Castro, cuyo régimen ha provocado en casi 60 años, la fractura de tantas y tantas familias. Entre botellas de champán, gritos y expresiones de alegría, los cubanos de Miami expresaron su esperanza de que la democracia pueda llegar a la isla próximamente.
