Un docente venezolano, con más de 21 años de experiencia, recibe un ingreso mensual de 4 dólares, monto que equivale a menos de 2 millones de bolívares, y un profesor con cero, uno, dos o tres años de servicio obtiene una cifra ínfima de 98 centavos de dólar. Por ese motivo, los maestros permanecen en protesta desde antes del inicio del actual año escolar en septiembre. Sin embargo, no se han producido avances por parte de las autoridades.
Gricelda Sánchez, secretaria de contratación colectiva y reclamos del Sindicato Venezolano de Maestros del Distrito Capital, indica a HispanoPost que los docentes y las instituciones que representan al gremio mantienen su exigencia de aumento salarial. Pero los irresponsables siguen duros, afirma.
En Venezuela el salario de los maestros se fija por el escalafón de experiencia y preparación que tienen. Sánchez explica que los ingresos de los docentes del país, sin diferencia de etapa de educación que dicten, se rigen por la siguiente tabla, en donde el menor sueldo se fija en menos de un dólar y el mayor en cuatro dólares:
Este miércoles 28 de octubre de 2020 el dólar oficial se cotiza en 471.188,80 bolívares, según la tasa oficial del Banco Central de Venezuela (BCV), mientras que el paralelo está por encima de esa cifra. Si cumplo con mi deber, entonces tengo derecho a que se me respete con un salario que cubra mis necesidades, señala la subdirectora de Pedagogía del Instituto Radiofónico Fe y Alegría, Iris Mirabal, a través de un tuit que forma parte de la protesta digital que encabeza Fe y Alegría, la institución más grande de escuelas gratuitas del país.
El ingreso mensual de los docentes quedó pulverizado con la hiperinflación que atraviesa nuestro país y mucho más en este contexto por la pandemia, explica la institución en su Twitter oficial.
Luisa Pernalete, coordinadora de Educación para la Paz en Fe y Alegría, afirma que un docente 1 gana menos de dos dólares, y un director docente 5, con postgrado y todas las primas, obtiene el equivalente a 5 dólares mensuales. Motivo por el cual este miércoles 28 de octubre realizan el tuitazo.
En la cuenta oficial de la institución expresan: Desde hace 65 años no hemos dejado de trabajar por los menos favorecidos: niños, niñas, jóvenes y adultos, pero hoy nuestro personal docente también requiere atención una vez más- por una justa y oportuna remuneración. Somos más de 15.000 trabajadores de Fe y Alegría quienes hemos asumido el compromiso de educar para transformar realidades, desde los valores cristianos de justicia y participación. Pero también requerimos una digna remuneración.
A Nicolás Maduro le piden que escuche a los maestros,: Escuche a los formadores del presente y futuro. ¡Necesitan un ingreso que les permita cubrir sus necesidades!. En Fe y Alegría indican que el ingreso mensual de un maestro no supera los 722.016 bolívares y no estamos pidiendo limosnas, sino una justa remuneración.
La imagen forma parte del Tuitazo que realiza Fe y Alegría.
En rangos universitarios, los bajos ingresos también son una realidad. A inicios de octubre, el economista Leonardo Vera hizo pública la tabla salarial del personal docente y de investigación de la Universidad Central de Venezuela (UCV). En ella los ingresos mensuales iban de 2,74 dólares a 4,42 dólares, pero en ese momento el cambio de moneda oficial estaba en 437.770,22 bolívares. Este 28 de octubre, los montos son menores y van de 2,54 a 4,10 dólares.
La Asociación de Educadores Jubilados y Pensionados Unidos de la Región Capital. (Asocejuprc) señala: ¡Suben el dólar, y suben los precios y si no luchamos, nos matan de hambre!. Un doble reclamo a lo que recibe el gremio y a los 0,84 centavos de dólares que al día de hoy equivale la pensión.
Con la cuarentena, los maestros venezolanos de instituciones públicas se han enfrentado al reto de educar sin tener las condiciones de luz, Internet y equipos. Desde marzo expresan que en muchos casos no tienen un celular o una computadora que les permita educar a distancia, que el sueldo que ganan no es suficiente para comer y pagar el Internet para dar las clases. Y ahora, a finales de octubre, esta realidad sigue presente y sin resolverse.
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