La parroquia El Valle es una de las más grandes y conocidas del Distrito Capital. En los últimos meses del año pasado fue noticia debido a que durante varias semanas encabezó el listado con más casos de personas diagnosticadas con la COVID-19 en la ciudad de Caracas.
Esta situación dejó un aprendizaje entre los residentes de la zona, ya que se puede observar a una población más consciente con el uso adecuado del tapabocas, el distanciamiento físico en los negocios que venden alimentos y en las farmacias podemos ver a empleados que aplican a los clientes una solución con cloro y, en el mejor de los casos, gel antibacterial.
HispanoPost hizo un pequeño recorrido este miércoles de cuarentena radical por algunas zonas de El Valle, donde pudo constatar cómo se han diversificado los emprendimientos y también como algunos negocios desafían al sistema, al no cumplir con el esquema 7+7 establecida por el gobierno de Nicolás Maduro.
Uno de los lugares emblemáticos y más transitados de la parroquia es el centro comercial de El Valle. Para poder ingresar es necesario el uso obligatorio del tapabocas; sin embargo, los responsables de la seguridad no se percatan si los ciudadanos están haciendo un buen uso de este importante implemento de bioseguridad.
Por ser semana de cuarentena radical, tiendas no autorizadas se encuentran cerradas, pero el supermercado, las panaderías y las ventas de alimentos y artículos de higiene personal hacen su día a día con normalidad.
En diciembre esto fue un despelote, entraba y salía mucha gente, pero ya en enero la cosa bajó y nosotros ahora si podemos controlar cuantas personas entran para que no nos llamen la atención, comentó uno de los vigilantes del centro comercial, quien prefirió mantener su nombre en reserva para evitar ser amonestado por sus superiores.
Lamenta que algunas tiendas del centro comercial no lograron sobrevivir a la pandemia y ahora los locales se encuentran vacíos y sin intenciones de alquiler. Durante los meses de la pandemia muchos locales han cerrado, sobre todo las zapaterías y aquellos negocios que no son de primera necesidad, porque la gente que viene para acá es a comprar comida y a medicinas y también para los bancos que están en la parte de arriba, señaló.
Justo al frente del centro comercial se encuentra otro sitio emblemático de El Valle como lo es la calle Cajigal, un sector que tiene mucho más movimiento comercial y donde la mayoría de los negocios se encontraban abiertos sin contratiempos.
Gao Jian, de origen chino y dueño de una tienda de alimentos en la referida calle, explicó que en enero han bajado un poco las ventas. Sin embargo, comentó que muchas personas han visto oportunidades de negocio con la pandemia.
Antes se vendía mucho al detal, ahora las ventas al mayor han crecido porque muchas personas vienen a comprar para revender dentro de sus apartamentos o en las casas, dijo.
Economía residencial
La parroquia El Valle se caracteriza por tener un número importante de conjuntos residenciales. Entre los más conocidos están San Antonio, Savoy, Ceibo, Radio Caracas, Ayacucho, Los Samanes, Alberto Ravell, entre muchos otros.
Los edificios se han convertido en un mercado donde se pueden conseguir todo tipo de artículos, aunque abunda todo lo que tiene que ver con comida, bebidas alcohólicas y artículos de higiene personal.
Eliana González quien habita en uno de estos edificios, decidió vender pan en su casa para poder tener algunos ingresos extras. Conseguí una panadería en Baruta que me vende el pan al mayor. En un primer momento comencé comprando para vender una vez a la semana, pero ya tengo que hacer pedidos tres o cuatro veces porque para la gente es más cómodo buscarlo en el mismo edificio que ir hasta la panadería, además es mucho más seguro con el tema del coronavirus, señaló.
Los grupos de WhatsApp proliferan para vender desde artículos de primera necesidad, hasta divisas convertibles como dólares y euros. En el grupo compra y venta San Antonio, al cual tenemos acceso, pudimos observar ofertas que van desde pastelitos andinos, tortas, hamburguesas, perros calientes, comida china, diferentes bebidas alcohólicas, lentes de sol, televisores, microondas, bicicletas, entre muchos otros productos.
Tenemos que seguir adelante
Belkis González, quien tiene más de 40 años viviendo en El Valle, afirmó que no abandonaría su parroquia, porque es un lugar de muy fácil acceso. El Valle es una parroquia emblemática de Caracas, y desde aquí podemos comunicarnos con cualquier parte de la ciudad. Tenemos metro, hay transporte público para todas partes de Caracas, la verdad es una parroquia donde se vive tranquilo, señaló.
Al ser consultada sobre la inseguridad, la también docente indicó que en todas partes de Venezuela existe este flagelo, pero aseguró que hay sectores de Caracas que son mucho más peligrosos.
Catia, Petare, La Vega son zonas mucho más peligrosas que El Valle, por eso yo no me mudo de aquí. Durante los días de cuarentena las cosas incluso han estado mucho más tranquila. De vez en cuando tenemos que aguantar una que otra fiesta que hacen en los barrios y en los edificios, pero eso no pasa de allí, dijo.
Los habitantes de la referida parroquia caraqueña están conscientes que la COVID-19 no es un juego. De hecho, hemos podido constatar el mejor uso de las medidas de seguridad.
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