En el verano de 2017, el París Saint-Germain revolucionó al mundo del fútbol, dejando boquiabiertos a propios y extraños, cayendo como un balde de agua helada sobre la afición –y sobre el propio equipo– del Fútbol Club Barcelona, al comunicar su decisión de pagar la millonaria cláusula de recisión del brasileño Neymar Jr., que también había dado el visto bueno a su salida.
Neymar llegó a las filas del Barcelona en el año 2013, luego de que estos pagaran la –por aquel entonces– mareante cifra de 88.2 millones de euros, al Santos de Brasil. Fue parte fundamental de la plantilla culé a lo largo de cuatro temporadas, en las que disputó 186 partidos, marcó 105 tantos y regaló 78 pases de gol.
Entre gambetas y regates, el brasileño tocó la gloria con sus manos, conformando uno de los tridentes más letales de toda Europa, junto a Lionel Messi y el uruguayo Luis Suárez. Allí ganó dos veces La Liga, sumó tres Copas del Rey y una Supercopa de España. Además, en 2015 ganó la Liga de Campeones, la Supercopa de Europa y el Mundialito de Clubes.
Esa misma temporada, terminó tercero en las votaciones al premio Balón de Oro, por detrás de su compañero Lionel Messi y del portugués Cristiano Ronaldo; Neymar fue reconocido como el Balón de Bronce de aquel año.
Muy a pesar de los éxitos, Ney siempre estuvo a la sombra del astro argentino mientras fue jugador del Barça, y era evidente que aspiraba a más; él quería liderar su propio proyecto, ambición que lo llevó a tomar la decisión de hacer maletas con destino a la capital francesa, a una liga menos competitiva, a un equipo que soñaba –y sigue soñando– con ser uno de los grandes de Europa.
Cuando llegó al PSG, Neymar se proyectaba para ser quien desbancara a Messi y Ronaldo de la cima del fútbol mundial, o al menos para que fuera el que tomara el testigo como su heredero natural. Se convirtió en el futbolista más caro de la historia, ya que se pagaron 222 millones de euros por él; para enero de 2018, aun reciente su fichaje, alcanzó su pico más alto en el valor de mercado, con 180 millones de euros, según Transfermarkt.
Desde entonces, el brasileño ha visto acción en 144 encuentros con el club parisino, ha marcado 100 goles y ha dado 60 asistencias; pero las lesiones también han marcado su desempeño, ausentándose de 122 compromisos, muchos de ellos clave para las aspiraciones de la entidad.
Si bien es cierto, que con él se han conquistado una docena de títulos para las vitrinas del Parque de los Príncipes, también es cierto que todos han sido en los torneos locales, donde el PSG ya llevaba años dominando la escena. El motivo principal de su fichaje, es la obsesión que tienen los mandatarios del club por conquistar Europa, donde siguen quedando a deber.
La mejor actuación del PSG en Liga de Campeones, con Neymar como miembro del equipo, fue en la edición 2019-2020, cuando cayeron (1-0) en la final ante el Bayern de Múnich que conquistaba su sexta orejona.
El protagonismo del ‘10’ en la capital francesa se fue diluyendo con el paso del tiempo, sobre todo a partir del crecimiento y desarrollo de Kylian Mbappé, que además de ser parisino de nacimiento y crianza, es el jugador que ha dado la cara por el equipo en los momentos más cruciales.
Después de todos los esfuerzos que hizo la directiva del club, por retener en sus filas a Mbappé, es evidente que cuentan con él como la principal figura del proyecto. Eso sin contar con el impacto mediático que supuso el fichaje de Messi la temporada pasada, relegando al brasileño ni siquiera a un rol secundario, sino a un tercer o cuarto lugar.
Según el propio portal Transfermarkt, el valor de mercado del jugador ha descendido considerablemente en los últimos años, al punto que hoy en día se ubica en los 75 millones de euros. Con esto, se ubicaría muy por detrás de Mbappé (160 millones) o Haaland (150 millones).
Otros jugadores con mejor cartel, según Transfermarkt, son: el braseliño Vinicius Jr., del Real Madrid, cuyo precio se revalorizó hasta los 100 millones; Mohamed Salah (Liverpool – 90 m); Dusan Vlahovic (delantero de la Juventus de Turín) y Kevin De Bruyne (extremo del Manchester City), ambos valorados en 85 ‘kilos’.
Asimismo, según informó el diario El País, el PSG habría comunicado al brasileño que no cuentan con él y que estarían interesados en que este abandone cuanto antes la disciplina parisina, pese a tener contrato vigente hasta 2025.
El mismo Mbappé –que, siempre según El País, ahora tendría más peso dentro del vestuario– habría señalado a su compañero, por indisciplina en los entrenamientos y los pospartidos. Esto último es inaceptable para las reformas que planea el equipo, que tendrá más mano dura.
“Más allá de los rumores sobre Neymar, todo el mundo tiene que dar lo mejor de sí o tendrá que irse. Queremos un equipo nuevo, feroz, que vaya a la guerra en cada partido. Es el fin de los lujos”, puntualizó el presidente Nasser Al-Khelaïfi.
La entidad parisina estaría interesada en conseguir una sesión, dispuestos a hacerse cargo de la mayor parte del salario del jugador (sobre los 40 millones de euros al año), o de pagar todo lo que se le adeuda, en caso de una salida definitiva.
Por otro lado, el futbolista todavía tiene un buen cartel en el fútbol inglés, por lo que sus representantes podrían haberlo ofrecido a equipos de la Premier League. Entre ellos, suena el Chelsea como una alternativa, ya que buscarán cubrir la baja de Romelu Lukaku; además, su compatriota y ex compañero en el PSG, Thiago Silva habría hablado bien de él con el club ‘blue’.
Asimismo, se llegó a especular en el pasado reciente, sobre un posible interés del Newcastle United –el club más rico de la actualidad– en que sea el brasileño el que lidere el primer gran proyecto de las cacatúas, desde que este cambió de dueño; en una intención clara de llevar al equipo a la élite mundial.