A raíz de los conflictos entre el Gobierno de Rusia y Ucrania, el magnate Román Abramóvich –propietario del Chelsea Football Club de Inglaterra– se ha visto salpicado por supuestos vínculos con el Kremlin, y más concretamente con el presidente Vladimir Putin.
Abramóvich es conocido como un importante empresario del mundo petrolero. Cuando en 2005, Gazprom (la principal empresa gasística de Rusia) compró la mitad de la petrolera Sibneft, que pertenecía a Abramóvich, el nombre de Vladimir Putin apareció involucrado en la negociación.
De hecho, se ha llegado a especular que fue el mandatario el que ordenó o persuadió al empresario para que comprara el club británico. Esto ha sido desmentido en diferentes oportunidades por el propio magnate.
El ruso ya llevaba tiempo en el radar de los británicos, por presunta corrupción y colaboración con el Gobierno de su país. Por supuesto que, con todo lo que está ocurriendo, la persecución ha ido ‘in crescendo’, al punto de que Abramóvich se ha visto acorralado y se ha hablado de que estaría obligado a vender sus principales propiedades.
Además del Chelsea, el empresario posee una prominente mansión valorada en más de 100 millones de euros, así como un yate cuyo valor asciende a los 540 millones. Asimismo, la importante empresa minera y acerera Evraz, que cotiza en la bosa británica, también es de su propiedad.
Desde hace días, diversos medios aseguran que la mansión está en venta; mientras que el billonario suizo, Hansjorg Wyss asegura haber recibido una propuesta por parte del ruso, para traspasarle la propiedad del club londinense.
“Como todos los demás oligarcas, Abramovich está en pánico. Está tratando de vender todas sus villas en Inglaterra y también quiere deshacerse rápidamente del Chelsea”, explicó Wyss. De momento, el suizo asegura que están pidiendo mucho dinero, unos 2000 millones de libras esterlinas (2.676 millones de dólares).
En junio de 2003, Román Abramóvich compró el club ‘blues’, cancelando la deuda que lo agobiaba e invirtiendo grandes cantidades de dinero en el equipo. Por aquel entonces el valor del equipo era de 165 millones de euros y ha gastado más de 2000 millones en jugadores e inversiones, a lo largo de los últimos 18 años.
La semana pasada, el propio Abramóvich comunicó la decisión de dejar la administración del club, asegurando que lo hacía buscando lo mejor para la entidad de los leones azules.
“Siempre he tomado decisiones pensando en el mejor interés del club. Sigo comprometido con estos valores. Es por eso que hoy doy a los fideicomisarios de la fundación benéfica del Chelsea la administración y el cuidado del Chelsea FC”, puntualizó.