La grave escasez de diésel automotor en Venezuela se complica cada vez más, afectando el agro y la distribución de alimentos, aseguraron fuentes del sector que solicitaron guardar sus nombres en reserva.
«El contrabando de combustible desde lugares como Colombia y la baja producción en las refinerías de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) se ha agudizado en un negocio que fundamentalmente controlan los militares venezolanos, quienes venden el combustible a 50 centavos de dólar el litro o más según el grado de urgencia del público por proveerse del combustible», sostuvo un consultado.
Precisó que la falta de gasolina en 2020 ocasionó la migración hacia el uso del diésel porque se conseguía y era una buena alternativa, lo cual elevó el consumo interno de ese combustible a 70.000 barriles diarios. Mientras tanto, las refinerías de Pdvsa apenas están produciendo 25.000 barriles al día, lo que ocasiona un gran déficit de suministro.
«El diésel tradicionalmente se ha consumido en Venezuela con el precio 100% subsidiado, cosa que los productores del agro y de la industria, así como el sector transporte de carga y pasajeros, han aprovechado», explicó un consultado.
Un experto indicó que más de 40% de los tractores del agro en el país actualmente no cuentan con diésel y tienen que ingeniárselas para conseguir el combustible. «Los precios de los productos del agro y de los alimentos y otros productos que se trasladan en unidades a diésel continuarán en alza en todos los eslabones de la cadena mientras la crisis se resuelve», dijo un consultado.
Las fuentes destacaron que la administración de Nicolás Maduro busca fórmulas demasiado complicadas, engorrosas y costosas para traer el diésel de puntos muy lejanos, como el cargamento de 1,2 millones de barriles del combustible repartido en 13 pequeñas embarcaciones y que se espera llegue al país en un mes.
Agregaron que la administración Maduro mueve los hilos con sus aliados para lograr el levantamiento de las sanciones de Estados Unidos contra el diésel humanitario.