La Academia de Ciencias Agrícola de Venezuela (ACAV) desarrolló el banco de germoplasma de musáceas, con el objetivo conservar ejemplares de semillas y preservar el material genético, en principio, del plátano.
Esto en función de «dinamizar» la producción agrícola nacional y avanzar a la «independencia tecnológica» de la soberanía agroalimentaria del país, explicó María Bencomo, presidenta de la ACAV y magister en producción animal.
«Nuestro banco de semilla se inicia con plátano (Musa AAB cv. Hartón). Igualmente estamos en proceso de conformación de otros bancos e incluso se hará un ensayo integrado con café y cacao», sostuvo Bencomo.
Recalcó que el banco de germoplasma inició con la siembra de más de 300 plantas de plátano, bajo el protocolo de la ACAV y recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura nacional, «con base en las normas internacionales para la conservación ex situ en bancos de semillas y bancos de germoplasma de campo».
«Apenas iniciamos el camino que tiene entre sus características la equidad de género, la agroecología, la revalorización de los saberes tradicionales y ancestrales en comunión con los conocimientos científicos de vanguardia, el reconocimiento de la interculturalidad existente en la semilla, la promoción de la salud agrícola integral», comentó la ingeniera en producción animal.
Agregó que actualmente se desarrolla la primera fase del proyecto que se establece a través de colecciones de campo. «Realizamos conservación de material vegetal que se encuentra en parcelas exteriores en los alrededores de la ACAV, organizadas ya sea por los usos de las plantas, por grupos taxonómicos, por formas de vida, o por representar a un ecosistema».
Bencomo explicó que prospectivamente se extenderá a través de parcelas y huertos familiares. Tenemos colaboraciones con productores agrícolas que mantienen, en sus parcelas o huertos, algunas semillas y plantas de uso agroproductivo tradicional».
Asimismo, este banco de germoplasma de musáceas o semillas permitirá recolectar datos del desarrollo, crecimiento y producción, así como también abre la posibilidad de recibir material vegetal fresco cada año.
Destacó que la ingeniera Luisa Rivero, es la investigadora responsable de la ACAV en este proyecto, junto a un grupo de investigadores de la academia.
Precisó que el germoplasma es cualquier parte de la planta que puede ser usada para hacer crecer una nueva planta, «por tanto, un banco de germoplasma es una reserva utilizable de material genético mantenido mediante colecciones de una misma especie o especies distintas de plantas o de sus elementos de reproducción, bajo condiciones de conservación».
Para Bencomo, el desarrollo de bancos de germoplasmas o de semillas viene mejorando considerablemente la producción agroalimentaria del país.
«En Venezuela se vienen incrementando las experiencias de desarrollo de bancos de semillas, unas más exitosas que otras, pero todas sumando esfuerzos para que el sistema agrícola venezolano tenga sólidos cimientos como parte del acceso a recursos genéticos que, en síntesis, es la utilización y la conservación dentro o fuera de su hábitat natural de sus productos derivados o de sus componentes intangibles que permiten indudablemente la consolidación de sistemas agroalimentarios sustentables», advirtió el presidenta de la ACAV.
Un avance para el desarrollo agroecológico
Con este proyecto la Academia de Ciencias Agrícolas busca incentivar propuestas innovadoras en el área de educación, investigación y desarrollo territorial agrícola, privilegiando el enfoque agroecológico como base para alcanzar la sustentabilidad.
«La agricultura posee tres elementos claves: suelo, agua y semilla. Es nuestro deber generar procesos bioéticos que permitan crear alternativas técnicas y tecnológicas apropiadas, en función del aprovechamiento racional y la preservación de los recursos naturales en el proceso de producción agrícola y ocupación de los territorios», enfatizó Bencomo.
Advirtió que actualmente dos de cada cinco plantas están amenazadas o en peligro de extinción. «La biodiversidad sufre y muchos alimentos pueden desaparecer de nuestro menú del futuro», por lo que «una de las estrategias que nos demanda en los últimos años son los bancos de semillas que, además de almacenar semillas de diferentes especies por si llegan momentos peores, sirven para desarrollar variedades más resistentes».
La vocera de la ACAV destacó que los investigadores indagan sobre especies que se adapten mejor a los cambios climático.
«Es una obligación generacional garantizar ese proceso sustentable. Evidentemente que nuestro país como ecosistema agrobiodiverso tiene mayores capacidades y posibilidades, aunado a nuestra amplia base de recursos naturales», apuntó.
En ese sentido, afirmó que los bancos de germoplasma o de semillas, en sus diferentes tipos, serán una «garantía» para la preservación, resguardo y propagación de semillas nativas, locales, campesinas, indígenas y afrodescendientes.
Además, garantizará la conservación y multiplicación de semillas básicas o de fundación, «certificada, de fiscalización, genética, prebásica, registrada, es decir, toda estructura botánica destinada a la reproducción sexual o asexual de una especie».