Para el 13 de noviembre de 1991 se decía que Disney estaba a punto de perder su fama de fábrica de sueños. Aunque tenían éxito con sus producciones, las cosas no estaban funcionando como se esperaba. Sin embargo, el estreno de La Bella y la Bestia dio un golpe de timón.
Diez minutos duraron los aplausos en la premiere de la cinta animada. Algo que no es usual. Ni siquiera más de un minuto. La apuesta estaba precedida por la buena acogida que había tenido una semanas antes en el festival de cine de Nueva York.
En el siglo XVII vio la luz La Belle et la Béte, de Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve. La historia de la joven atrapada en un castillo con un carcelero nada convencional atrapó el interés de Disney. Le correspondió a la guionista Linda Woolverton hacer la adaptación para la que sería la trigésima película animada para el gigante del entretenimiento.
La Bella y la Bestia fue todo un suceso. Se convirtió, con sus más de 100 millones de dólares en la taquilla, en la tercera cinta de ese año. Detrás de Terminator 2: el juicio final, de Arnold Schwarzenegger; y Robin Hood: príncipe de los ladrones, con Kevin Costner y Morgan Freeman. Su excelente cifra marcó un récord, ya que fue la primera cinta animada en facturar más de 100 millones de dólares.
Pero quizás el hito más importante fue que se convirtió en la primera cinta animada en lograr una nominación al Oscar en la categoría de Mejor Película. Algo inédito hasta ese momento, en la historia del cine. Además, se convirtió también en el primer filme animado en obtener el mayor número de postulaciones, seis. Pero como suele suceder, los reconocimientos fueron en las categorías técnicas Mejor Banda Sonora y Mejor Canción Original.
La Bella y la Bestia pasó, así, a ser hasta ese momento la película animada más importante de Disney. Incluso por encima de Fantasía, que fue la gran creación, sobre todo musicalmente hablando, de Walt Disney.
En ocasión de cumplirse 25 años de su estreno, el estudio hizo lo propio con la versión liveaction de La Bella y la Bestia. Emma Watson (Bella), Dan Stevens (Bestia) y Luke Evans (Gastón) fueron los protagonistas de esta historia que no tuvo la magia ni la trascendencia de la original. Y eso que en la banda sonora solo hubo estrellas: Celine Dion, Ariana Grande, John Legend y Josh Groban.