Este miércoles, en la acostumbrada conferencia de prensa de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la directora a la institución internacional, Carissa Etienne, informó que las muertes por COVID-19 aumentaron esta semana 13%. “Si bien el número de infecciones y hospitalizaciones siguen siendo altas, los números están descendiendo en algunos países de nuestra región. Los casos disminuyeron 31% en comparación a la semana pasada. Las muertes, por otra parte, aumentaron 13% en general, con aumentos más altos en algunas partes de América Central y Suramérica”.
Dijo que Venezuela también ha reportado un aumento en el número de fallecimientos asociados a la COVID-19: “La semana pasada vimos más de 4.500.000 de casos nuevos y más de 33.000 fallecimientos nuevos en nuestra región. Las infecciones también están bajando el ritmo en partes de América del Sur, los casos fueron reducidos 50% en Perú y Argentina, pero las muertes siguen creciendo en toda la región, entre un alza de 9,4% en Bolivia a un aumento de 42% en Venezuela. Las hospitalizaciones están aumentando en la mayoría de los países del cono sur con un aumento de 50% en Chile”.
Etienne insistió en que aumentar el acceso a vacunas anticovid son una oportunidad para salvar vidas. “Una tendencia se destaca y es que los países con una cobertura vacunal más alta tienen un número de ingresos más bajos a terapia intensiva y muertes. Esto destaca la importancia de ampliar el acceso a las vacunas y los refuerzos cuando se encuentren disponibles para salvar vidas”.
Ómicron no es para confiarse
El subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jarbas Barbosa, invitó a los ciudadanos a no confiarse con las sintomatologías “leves” de ómicron. “Los datos iniciales muestran que ómicron produce menos casos graves, aparentemente, que otras variantes; sin embargo, como se transmite de forma muy rápida y de forma muy fuerte puede y está sobrecargando servicios de salud y por eso es necesario tener mucha atención. Poner los planes de emergencia y monitorearlo muy bien para ver cómo está la situación”.
Barbosa aseveró que “ómicron también produce muertes. No podemos pensar que la COVID producida por ómicron es solamente una gripe, porque precisamente afecta a las personas más vulnerables, quienes pueden también desarrollar formas graves y fallecer”.
Asimismo, el director adjunto del departamento de Emergencias Sanitarias OPS, Sylvain Alighieri, conversó sobre las complicaciones del síndrome de postcovid o COVID prolongado: “Hemos observado en las Américas patrones clínicos diferentes de COVID prolongado en comparación con otras regiones, incluyendo Europa, donde tienen una muy fuerte base de datos. También quisiera incluir el hecho de que los pacientes que se están recuperando de ómicron tienen exactamente la misma probabilidad de desarrollar el síndrome post COVID que las personas que han sido infectadas con otras variantes”.
Alighieri añadió que la carga exacta del síndrome de COVID prolongado es algo que requiere de más estudios, “porque tenemos muchas personas asintomáticas que han tenido una sintomatología muy leve que, sin embargo, pueden desarrollar la COVID prolongada”.
Dijo que necesitan más datos sólidos y más información que no se reflejan en los esquemas de vigilancia. “Se recomienda tener un abordaje multidisciplinario que incluya la participación de psicólogos clínicos y personas encargadas en rehabilitación de pacientes, fisioterapias, entre otros, para poder atender a estos pacientes de la manera amplia y compleja que requieren”.
Preocupados por la salud mental
La directora de la OPS dijo que la institución ha estado realizando un seguimiento estrecho del efecto de la pandemia en los trabajadores sanitarios de la región. “La pandemia dejó al descubierto el déficit en la disponibilidad de profesionales sanitarios, incluso una distribución dispareja de los trabajadores sanitarios en los países y capacitación inadecuada”.
Detalló que muchos han visto afectada su salud mental a causa de los efectos de los primeros en la línea de combate de la COVID-19. “Muchos de nuestros trabajadores estaban en riesgo de agotamiento, de acuerdo con el estudio colaborativo ‘Héroes’. En 11 países de América Latina, los trabajadores profesionales sanitarios mostraron índices elevados de síntomas depresivos, pensamientos suicidas y perturbaciones psicológicas”.
Etienne enumeró algunas de las afectaciones psicológicas que se reportaron en la región: “En Chile más de un tercio de los trabajadores sanitarios tuvieron al menos un episodio de depresión y casi un tercio de la fuerza laboral médica tuvo ideas suicidas en Brasil, Guatemala y Colombia. Más de 1 de cada 10 médicos, enfermeros y profesionales sanitarios de la comunidad presentaron síntomas de depresión grave. Si bien estas cifras cambian según el país, nos dan una idea de cuán terrible era la situación en la región”.
Para finalizar, recordó que “los trabajadores sanitarios son nuestra primera línea de lucha contra la COVID y contra cualquier otro riesgo sanitario al que nos enfrentemos en nuestra vida. Ellos tienen la llave para proteger a nuestra comunidad hoy y también a medida que enfrentamos nuevas crisis sanitarias. Siempre debemos proteger y cuidar a nuestros profesionales sanitarios, porque invertir en la fuerza laboral sanitaria es una inversión en todos nosotros”.