A pocos días para realizarse las elecciones presidenciales en Venezuela, en las que los contendientes principales son Nicolás Maduro, quien busca su reelección con el apoyo del Partido socialista Unido de Venezuela (PSUV), y Edmundo González Urrutia, abanderado por la Plataforma Unitaria Democrática, Pablo Quintero, politólogo y experto en comunicaciones estratégicas, asegura que se trata de un proceso político «hostil».
-¿Cuál es su opinión sobre el contexto electoral y social de cara al 28 de julio?
-Esto es un proceso, desde el punto de vista descriptivo, hostil. Un proceso político bastante complejo, marcado por la incertidumbre, pero también por las posibilidades de que la oposición pueda ganar la elección. Además, hay que considerar que el oficialismo no quiere abandonar el poder y cuenta con un respaldo de todos los sectores económicos del país, de la Fuerza Armada y con una población electoral dispuesta a votar y a movilizarse para darle la victoria a Nicolás Maduro.
También la oposición tiene unas cartas importantes para este proceso y es el descontento de la población electoral que aspira a un cambio político. Creo que también es un proceso político de supervivencia, donde el oficialismo no está dispuesto a entregar el poder y, aparentemente, la oposición está dispuesta a avanzar en otras acciones para llegar al poder.
Lo han demostrado en sus últimos discursos y parece existir algún tipo de iniciativa post electoral que el gobierno está detectando al día de hoy y está dándose cuenta de que no solamente la oposición se va a quedar con los resultados dados, sino también van a existir otros escenarios para reclamar los resultados en caso de pérdida.
Pero, insisto, descriptivamente es un proceso hostil, un proceso marcado por un lenguaje altisonante, un proceso de interés geopolítico para Estados Unidos, para China, para la Unión Europea, para los principales socios y aliados comerciales de Venezuela y, por supuesto, es un proceso que genera preocupación en países vecinos como Colombia y Brasil”.
-¿Cuáles considera son los escenarios posibles para ese 28 de julio en Venezuela?
-Los escenarios son diversos, pero hay un punto en común entre todos y es que las tensiones van a crecer, es decir, no vamos a vivir un proceso de distensión. Todo lo contrario, Venezuela va a estar marcada por la incertidumbre, el protagonismo de la oposición, el ruido, la desinformación. También los escenarios postelectorales van a estar condicionados por la participación de muchos más actores, muchos más partidos políticos, muchas más voces que se van a manifestar a favor o en contra del proceso.
Siempre hay un ganador y un perdedor, en este caso el escenario más previsible es que ambos se declaren ganador y nadie quiere reconocer la derrota. También lo han dicho operadores mediáticos, propagandísticos, miembros del comando de campaña, que no hay manera de que la oposición pierda la elección. Esto, evidentemente, genera mucha presión porque ya se estaría cuestionando un resultado distinto.
Podemos observar impugnaciones, denuncias de fraude, desconocimiento, pero también hay un aspecto interesante dentro de todo esto y es que si la oposición gana la elección, es probable que el chavismo no la reconozca, puesto que el candidato Edmundo González Urrutia no firmó el documento suscrito ante el CNE. Eso es un escenario.
Otro escenario es que ante la dificultad de contar o de verificar la veracidad de todos los datos electorales o todos los votos, la oposición cante fraude del proceso, no reconozca y pida a la comunidad internacional no reconocer el proceso. Eso es parte de los dos escenarios que podemos ver de lado y lado.
Siguen siendo escenarios que tensan la cuerda, que generan un gran compromiso y responsabilidad en la comunidad internacional; y que, además, tienen un alto costo político para el gobierno y también para la oposición porque el desconocimiento de los resultados electorales puede generar algún tipo de reacción dentro del gobierno, que no va a permitir que se estimulen acciones de calle.
Hay que entender, y lo dicen la mayoría de las encuestas investigaciones, que ‘al día de hoy más del 50% de los venezolanos no está dispuesto a marchar, a participar en actividades políticas después de las elecciones’. El venezolano ha quedado golpeado emocionalmente después de la vivencia del gobierno interino, por lo que sería difícil para la oposición llevar a cabo acciones de calle para movilizar a la gente.
Hay otro punto a analizar: quién de la oposición cantaría o acompañaría un canto de fraude y quién de la oposición reconocería el proceso electoral teniendo en cuenta que eso le permitiría seguir en el juego político de cara a las próximas elecciones, que van a ser de gobernadores, alcaldes y parlamentarias.
A mi juicio, después del 28 de julio se prevé un quiebre dentro de la oposición muy fuerte entre sectores que apoyan a María Corina Machado y sectores que apoyan la figura de Edmundo González Urrutia, sectores que también tienen mucha influencia con Manuel Rosales, que de alguna manera apuntan a una política electoral de convivencia, coexistencia, cohabitación, teniendo en cuenta que la ruta sigue siendo electoral, así la oposición pierde la elección.
El día después
-¿Cómo manejar el escenario político postelectoral y las tensiones que se generarán?
-En primer lugar, la ciudadanía aspira a que se reconozcan los resultados y el país siga su curso. En un contexto socioeconómico, el interés principal de la gente es lo económico. Según una encuesta de Psicodata de la Universidad Católica Andrés Bello, solo entre el 10% y 13% de personas tienen interés, dentro de sus conversaciones, en lo político.
Diríamos que lo que está en la cabeza de la gente es lo económico y temas de salud, por lo que es muy complicado un escenario postelectoral de forma espontánea, de acompañamiento a la dirigencia política a reclamar unos resultados o simplemente a manifestar.
Por supuesto, la realidad de Caracas no es la misma que la del interior del país. En el interior del país vemos que hay una mayor disposición quizás a la protesta, pero sin una conducción estratégica esto no se va a poder materializar. También el gobierno está preparado, dentro de los escenarios postelectorales, a inhibir las emociones de protesta y a controlar situaciones de manifestación. Es una situación bastante delicada.
El escenario postelectoral sigue siendo incierto, marcado por la incertidumbre y por las acusaciones de lado y lado. La falta de reconocimiento, acusaciones y culpabilidad. Aunque este conflicto por el poder está bastante alejado de lo que espera la gente de la política, que es la solución a sus problemas. Considero que las emociones políticas pueden cambiar después del 28 de julio.
El gobierno va a estimular un poco la desmovilización a través de ciertas narrativas que fomenten el miedo, que fomenten la idea de seguir adelante y de avanzar por una recuperación económica. Se aspira a que el gobierno gane la elección y después de ganar llame a un gran diálogo nacional con muchísimos sectores empresariales, políticos, estudiantiles y grandes sectores de la sociedad civil.
Y si la oposición en efecto gana la elección, se prevé que el gobierno de alguna manera discuta el reconocimiento de esos resultados. Estaríamos hablando de un proceso profundo de diálogo y de negociación política, pero son escenarios inciertos.
La política no es un oráculo. La política en Venezuela es muy volátil y no hay predicción que aguante lo que vaya a pasar el 28 de julio. Hay solamente un dibujo de escenarios hipotéticos y, por supuesto, una lectura de comportamiento de los actores políticos.
Preocupación de los vecinos
El contexto geopolítico también es de valor y gran importancia en estas elecciones presidenciales,. No solo se trata de los más de siete millones de venezolanos que han cruzado las fronteras buscando estabilidad en otros países, sino todo lo que eso significa para las políticas internas de las naciones de acogida; por lo que distintos jefes de Estado han comenzado a expresarse ante los posibles resultados del 28 de julio.
El primero en hacerlo fue el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien después de que había señalado que para él era irrelevante el resultado final, opinó sobre el video filtrado de Maduro, donde asegura que si resulta derrotado el próximo domingo Venezuela enfretaría una guerra civil. Ante ello, su homólogo le envió un mensaje: “Maduro necesita aprender que cuando ganas, te quedas; cuando pierdes te vas”.
Sobre estas declaraciones, Quintero señaló que ”tienen múltiples lecturas, pero en primer lugar hay que destacar que Lula es el principal líder de la región, un líder de izquierda y miembro fundador del foro de Sao Paulo, por lo que su mensaje en este proceso electoral es un punto a considerar para sectores dentro del gobierno. No estamos hablando de un interlocutor de la derecha, de un interlocutor asociado a la OEA, estamos hablando más que todo de un aliado político del gobierno».
Quintero agregaa que las declaraciones de Lula también «buscan bajar los humos de la campaña, es evitar las tensiones acumuladas, pero sobre todo es llegar a un balance, a un punto de moderación en el que se reconozcan los resultados. Hace la advertencia sobre el baño de sangre, dicho por el presidente Maduro, para enfriar las cosas un poco, pero también es un llamado a que la oposición reconozca los resultados, no solamente el gobierno».
Advierte que a veces «tendemos a pensar que las declaraciones son única y exclusivamente un mensaje para el gobierno, pero también lo es para la oposición. En caso de que se den las elecciones y Nicolás Maduro gane, este resultado debe ser respetado e incluso reconocido por la comunidad internacional».
«El presidente Lula va a enviar a Celso Morín, un diplomático con larga trayectoria, lo que va a permitir que los canales de comunicación entre Brasil y Venezuela estén abiertos permanentemente. Esto es algo positivo. Otro aspecto a destacar es que el mensaje de Lula tiene un respaldo de Estados Unidos. Considero que es valioso que existan otras voces que apoyen la realización de unas elecciones en paz, transparentes, tranquilas en Venezuela, con reconocimiento de sus resultados», indica Quintero.
Asimismo, este martes, el expresidente de Argentina, Alberto Fernández, se unió a la advertencia de Lula da Silva sobre las declaraciones cargadas de confrontación de Nicolás Maduro y aseveró que “si (Maduro) es derrotado o que tiene que hacer es aceptar, como dijo Lula, el que gana, gana, y el que pierde, pierde y punto”.
Esto lo dijo poco antes de viajar a Venezuela, donde participará como veedor del proceso electoral y sobre lo cual aseguró que no lo hace para “legalizar a nadie, sino que voy a hacer lo que me pidieron, ser un veedor de las elecciones para que todo funcione bien”.