El tránsito de camionetas y carros último modelo ha aumentado los dos últimos años en Venezuela, especialmente en la Gran Caracas, aseguraron fuentes del sector y del mercado interno de derivados de hidrocarburos que solicitaron guardar sus nombres en reserva.
Sin embargo, indicaron que el bajo poder adquisitivo hace difícil para muchos conductores comprar esos vehículos porque son costosos.
«Cada año sale de circulación entre 5% y 10% del parque automotor existente, debido a que sus propietarios no pueden repararlos por falta de recursos económicos o simplemente el estado de esas unidades es inservible e irrecuperable», explicó un consultado.
En este contexto, señaló que empresarios privados plantean agilizar la importación de vehículos de segunda mano con data de fabricación de máximo siete u ocho años atrás, «pues no se trata de traer carcachas, ya que hay bastantes circulando por las carreteras y vías del país».
Cifras del sector automotriz revelan que en 2021 el ensamblaje de vehículos en el país fue de apenas ocho unidades frente a 240 y 14.714 en 2017 y 2011, respectivamente. En este sentido, los sindicatos han advertido que por la falta de actividad el sector automotriz registra un elevado desempleo cercano a 80%.
«Es conveniente renovar la flota nacional de vehículos y no solo con los de último modelo, cuyos elevados precios hacen cuesta arriba su adquisición por parte de muchos venezolanos”, expresó un consultado.
Para 2021, el parque automotor venezolano se situaba en 4,1 millones de vehículos con una antigüedad promedio de 22 años.
El Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera (Seniat) autorizó en junio de 2021 la importación de vehículos nuevos y usados, pero -según las fuentes- el ingreso de unidades del segundo grupo es más lento que el del primero.
Esto explica la solicitud de un trato igualitario que permita traer sin obstáculos vehículos de segunda mano.
«Tanto los modelos nuevos como los usados fabricados máximo desde hace ocho años son vehículos con alta eficiencia de consumo de combustible, lo cual favorece una racionalización de la demanda de gasolina en el mercado interno», sostuvo un consultado.
Agregó que los empresarios de los lubricantes adoptan acciones para adecuarse tecnológicamente a los requerimientos técnicos y de calidad exigidos por los fabricantes de los vehículos nuevos y de segunda mano manufacturados hace siete u ocho años máximo.
En las páginas web el precio de las camionetas nuevas importadas ronda los 200.000 dólares; mientras que los carros y las motocicletas se consiguen entre 33.000 y 39.900 y de 2.000 a 14.500 dólares, respectivamente.
«Un vehículo de segunda mano se puede conseguir a un tercio o la mitad de precio», reveló una fuente.
En Caracas, varios conductores manifestaron su disposición a adquirir vehículos de segunda mano de origen importado.
«No puedo pagar un carro recién salido de la fábrica, pero sí uno usado en buenas condiciones para que me dure de tres a cinco años funcionando con mantenimiento», expresó un chofer en la cola de una estación de servicio subsidiada en el oeste caraqueño.
Otro conductor dijo: «Me parece interesante la opción del carro importado de segunda mano. No puedo adquirir un carro nuevo, ni siquiera los iraníes prometidos por Maduro a 12.000 y 16.000 dólares».