Desde el martes 6 de julio el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) empezó a entregar comida en Venezuela luego de que en abril de este año obtuviese un acuerdo para iniciar dichas operaciones. En dos semanas ha llegado a más de 3.000 personas en el país, siendo los niños menores de 6 años de edad y que viven en las zonas más vulnerables de alimentación infantil los principales beneficiados.
“Hasta el 16 de julio, en apenas dos semanas, hemos distribuido comida a 3.100 personas en el estado Falcón”, dijo a HispanoPost la representante interina de WFP en Venezuela, Susana Rico, quien destacó que, si bien el programa de comidas escolares prioriza a los niños menores de 6 años matriculados en centros de educación preescolar, también asiste al personal docente y administrativo.
La razón por la que esta iniciativa comenzó en Falcón se debe al trabajo previo que hace el WFP para identificar los sectores del país más vulnerables ante este problema. Rico enfatizó que Falcón “es uno de los estados del país afectados por la inseguridad alimentaria severa”. Sin embargo, en esta lista no es el único, recalcó que también están Amazonas, Anzoátegui, Bolívar, Delta Amacuro, Miranda, Monagas, Táchira y Zulia.
Recientemente, la coordinadora de investigación de la Fundación Bengoa, Maritza Landaeta, afirmó que durante la pandemia la desnutrición en el país se ha vuelto cada vez más compleja. “Es más intensa en las localidades del interior alejadas de la ciudad, en las rurales y en las indígenas, donde las familias en inseguridad alimentaria superan el 80% y existe una imposibilidad de disponer de ingreso para adquirir la cesta básica”, dijo Landaeta.
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Rico explicó que la razón por la que este programa de las Naciones Unidas llegó a Venezuela a atender a los niños en sus primeros años es porque están “en una fase crítica de su crecimiento cuando sus cerebros y cuerpos necesitan alimentos nutritivos para desarrollar todo su potencial”.
La ración mensual entregada por el WFP a cada niño contiene 6 kilos de arroz, 4 kilos de lentejas, 454 gramos de sal yodada y 1 litro de aceite vegetal. Sin embargo, la representante interina en Venezuela señaló que en una próxima fase incluirán el supercereal, mezcla enriquecida con vitaminas y minerales, a las comidas escolares para mejorar el valor nutricional.
Susana Rico describe que para hacer posible esta labor se estableció una relación de trabajo con el personal de las escuelas y la cataloga como “excelente”. “Hemos conocido a personas muy comprometidas, y muchos de los padres o tutores que vienen para recoger las raciones de los niños y llevarlas a casa nos han dicho que están agradecidos porque la asistencia mejorará la cantidad de alimentos disponibles en los hogares y garantizará una buena alimentación a los niños”, afirma la representante del WFP en Venezuela.
Hasta la fecha, se han atendido a 22 escuelas, todas ubicadas en Falcón. “En este primer mes alcanzaremos a niños menores de 6 años y al personal de un total de 277 unidades educativas”, expresó Rico.
Si bien el Programa Mundial de Alimentos en Venezuela permanece trabajando únicamente en Falcón hasta los momentos, la expansión a otros estados está en fase de planificación para ampliarse progresivamente y cumplir con el objetivo de atender a 185.000 personas para finales de 2021.
Además, “una vez que las autoridades educativas reabran las escuelas, apoyaremos en la mejora de las cocinas y brindaremos capacitaciones técnicas en el manejo de alimentos al personal de las cocinas para que comiencen a servir comidas calientes en los comedores escolares”, acotó Rico como uno de los propósitos que mantiene el WFP en el país.