Sí bien es cierto que el Black Friday atrajo un contingente de personas a los establecimientos y centros comerciales de la capital, una buena parte de los caraqueños acude a las ventas de garaje en busca de ropa y calzado «casi nuevos».
Dichos artículos están destinados al los estrenos de Navidad y Año Nuevo, aseguraron vendedores y consumidores que solicitaron guardar sus nombres en reserva.
«Por 5 dólares le compré un vestido finísimo a mi niña de 3 años y que se pondrá el 24», contó un ama de casa en el mercado de los corotos que cada dos sábados se instala en el estacionamiento de la iglesia de San Bernardino de Siena.
La vendedora explicó que las prendas -vestidos infantiles de gala tipo europeo y blusas de dama, entre otras- las compró hace un tiempo a la dueña de una tienda en Sabana Grande y que cerró porque se fue a España.
Otros puestos ofrecen zapatos de fiesta para damas y de piel para caballeros con muy poco uso a 3 y 7 dólares el par.
«La mercancía está casi nueva, pero el problema es que no consigues todos los números, pues se trata de artículos que alguien dejó debido a que no pudo llevárselos al exterior», narró un vendedor en un bazar navideño en un edificio de la zona.
Los organizadores de mercados de los corotos recordaron que la iniciativa comercial data de fines de 2018, sin embargo, con la crisis económica hay cada vez más gente que solicita un puesto para vender.
La oferta incluye ropa, calzado, artículos del hogar, tortas, postres, bollitos, tequeños, bisutería, juguetes, adornos navideños y nacimientos, entre otros.
«En la medida que se acerca la Navidad vienen más personas», narró una vendedora en el estacionamiento de la iglesia.
«Vengo de Prado de María. Vender aquí es mucho más seguro, ordenado y el riesgo de contagio por COVID-19 es mucho menor porque se cumplen las normas de bioseguridad», destacó una comerciante.
Una educadora expresó: “Justo había unos zapatos de raso con ribetes dorados y de mi número. Me los voy a estrenar el 31″.
Asistentes a las ferias navideñas admitieron que compraron en la jornada de viernes negro juguetes, zapatos y ropa sin estrenar, sobre todo, prendas de ropa interior de adultos, adolescentes y niños.
«Por muy limpias que estén las prendas da cosa ponerse una panty, interior o sostén usados», manifestó una cliente.