El gas licuado de petróleo (GLP) es el combustible doméstico más utilizado en Venezuela: 87% de la población lo usa principalmente para cocinar.
Sin embargo, en los últimos tres años los venezolanos han experimentado la escasez del producto, a lo que se suma más recientemente la desaparición de los cilindros, en especial los de 10 kilos de capacidad, aseguraron usuarios y fuentes del mercado interno de derivados de hidrocarburos que solicitaron guardar sus nombres en reserva.
Tal desaparición ha ocasionado múltiples quejas de los habitantes de varias parroquias en Caracas y el interior del país. Vecinos de la capital indicaron que los consejos comunales y los conductores de los camiones no les dan explicaciones satisfactorias sobre la situación.
«Nos recomiendan comprar una bombona nueva o identificar con marcador las que tenemos, pero eso no evita que se sigan perdiendo», contó un residente en San José.
Llama la atención la venta de bombonas usadas por Internet, donde la de 10 kilos cuesta entre 20 y 60 dólares y la de 43 kilos 100 dólares.
Las fuentes cuestionaron la poca diligencia de las autoridades energéticas en lo referente a realizar las inspecciones y pruebas técnicas periódicas a los cilindros.
«De hecho, el Ministerio de Petróleo prácticamente no efectúa las pruebas hidrográficas a las bombonas desde 2014, cuando ya se sabía que más de la mitad de 15 millones de bombonas en circulación presentaban deterioro y daños poniendo en peligro a los usuarios», reveló un consultado.
Una fuente manifestó: «Ahora anuncian la sustitución de las unidades dañadas por nuevas medida que es conveniente, pero Pdvsa (Petróleos de Venezuela) no tiene la capacidad financiera para importar los cilindros, cuyo precio en el mercado internacional es elevado».
Agregó que en este caso no aplica la excusa de las sanciones económicas de Estados Unidos, pues la importación de bombonas no está dentro de la medida que la administración de Nicolás Maduro denomina «bloqueo económico» contra Venezuela.
Las fuentes señalaron que por la casi paralización de sus actividades, la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) no está fabricando bombonas de acero.
«Los recipientes de plástico tampoco se consiguen. Aquí cabe preguntarse qué pasa con la empresa Gavenplast creada en 2017 para la producción de un millón de bombonas al año», dijo un consultado.
Las denuncias de las comunidades sobre la desaparición de los cilindros de GLP se han hecho más recurrentes desde 2021.
Por ejemplo, en Cumana, Sucre, alertaron sobre la pérdida de 20.000 cilindros mientras que en Papelón, Portuguesa, reclamaron la devolución de 1.500 envases.