La cercanía de las elecciones primarias del 22 de octubre en Venezuela nos plantea una necesidad crucial: la participación activa de todos los ciudadanos en la selección de un candidato unitario que represente no sólo madurez política, sino también un compromiso genuino con la realidad nacional y las aspiraciones de reconstrucción que deseamos. En momentos como este, la participación ciudadana es la columna vertebral de un sistema democrático. Escoger un candidato es nuestro derecho y una responsabilidad que debemos abrazar con pertenencia y compromiso. Enfrentamos desafíos monumentales que exigen un liderazgo enfocado en la realidad nacional, capaz de trascender las divisiones partidistas.
Nos urge alcanzar una unidad más grande. La magnitud de los desafíos que enfrentamos como sociedad exige un frente común que reúna a todas las voces y fuerzas dispuestas a trabajar en una misma ruta. El logro de objetivos políticos y sociales sólo puede ser alcanzado mediante una coalición robusta que integre diversas perspectivas y experiencias.
Desde nuestro partido Un Nuevo Tiempo, entendemos que estamos en un momento crucial para el país, para la democracia, y para alcanzar ese objetivo que tanto necesitamos. Creemos que una alianza debe apuntar a una política en común, un proyecto bien pensado con objetivos claros, y por eso apostamos a Henrique Capriles Radonski, el candidato que se perfila como la opción más adecuada para conducir al país hacia una nueva etapa de progreso y bienestar. Capriles, sin duda, representa el resultado de una colaboración que ha comprendido la importancia de compartir una visión y estrategia coherente. Esta unión de fuerzas políticas es la manifestación palpable de una política que busca trascender los intereses individuales y partidistas, en beneficio de un proyecto conjunto que responda a las necesidades de los ciudadanos. De eso trata la política, de sumar fuerzas para trabajar en beneficio de toda la población.
El anhelo de cambio entre los venezolanos es mayor que cualquier partido u organización. Tenemos la obligación de unificar ese sentimiento para alcanzar la reinstitucionalización de Venezuela y juntos avanzar hacia el progreso. Trabajar por y para los principios de justicia, igualdad y respeto, es lo que hará efectivo este ejercicio, donde el centro y el protagonismo lo debe tener la gente. No se trata de ideologías políticas, en este proceso tenemos que sumar a todos los que quieren dejar atrás estos malos tiempos que nos han hecho vivir, requerimos a todos los venezolanos para reconstruir a nuestra amada nación.
Venezuela no necesita más discursos vacíos ni promesas incumplidas, sino una ruta electoral con garantías, y una sólida reconstrucción del Estado que asegure que cada institución trabaje en beneficio de los ciudadanos. Henrique Capriles, con su experiencia, visión integral y capacidad de unir voluntades, resalta como la respuesta a esta exigencia. La cita de octubre no es solo una elección de candidato, sino un llamado a labrar juntos un futuro en el cual la esperanza y el progreso sean los verdaderos protagonistas. Con una unidad cada vez más grande lograremos el cambio que queremos.