La pérdida del poder adquisitivo del salario y el ticket alimentación obliga al trabajador venezolano a laborar más de 12 horas diarias, a través de 2 o más ocupaciones, para aumentar el ingreso del grupo familiar, aseguraron fuentes laborales.
«En Venezuela los trabajadores enfrentan una rápida y constante caída del poder de compra básicamente para adquirir alimentos», sostuvo Dick Guanique, coordinador del Frente Autónomo de Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato.
El dirigente refirió que, según estudios y cálculos de Fadess, con el ingreso mensual de un salario mínimo y un ticket alimentación no se compra un cartón de huevos ni un kilo de carne. Ese monto (65.000 bolivares al mes) da para 3 panes o un pote de margarina.
«La situación es muy difícil, por lo cual el trabajador debe dedicar más horas al trabajo combinando un empleo formal con otro de igual categoría o dedicarse a la economía informal vendiendo vegetales o alimentos no perecederos», dijo.
Guanique destacó que los precios de los productos suben progresivamente tanto en dólares como en bolívares, lo cual hace que prácticamente ningún ingreso cubra los gastos básicos de una familia con cinco miembros y un ingreso promedio conformado por dos salarios mínimos y dos bonos de alimentación.
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Marcos Morales, profesor de macroeconomía de la Universidad Metropolitana y asesor laboral, indicó que el costo de la canasta alimentaria en Venezuela de 300 dólares supera los 200 dólares de la cesta de alimentos de Colombia.
«Sin embargo, el salario mínimo en el vecino país es de 350 dólares al mes y el de Venezuela un poco más de 2 dólares. Esa es una fuerte razón que explica porque los venezolanos emigran al exterior, pues las condiciones laborales en el país no garantizan un buen nivel de vida para la mayoría de los trabajadores», señaló.
Indicó que mientras un profesor universitario devenga en Venezuela un salario integral de 100 dólares en Colombia son 1.200 dólares.
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El experto resaltó que las empresas tratan de retener el personal clave (muy calificado, con mayor destreza y difícil de reponer) pagando salarios más elevados en dólares, pero la hiperinflación los deprecia y por eso continúa el éxodo laboral.
«Los trabajadores que se quedan en el país hacen grandes sacrificios para mantener a sus familias y no pierden la esperanza de que las cosas mejoren», dijo.
La jornada laboral en Venezuela es de 8 horas diarias durante 5 días a la semana en el horario diurno y de 5 horas en el nocturno de acuerdo con la Ley Organica del Trabajo.
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