El apagón nacional del 7 de marzo de 2019 es considerado por varios analistas como la fecha que marcó un antes y después en la política económica del presidente Nicolás Maduro con un grupo de medidas, comenzando por la más visible como es la de no criminalizar las transacciones en divisas y promover lo que llaman una dolariación transaccional.
Ya son tres años del referido corte eléctrico y también del inicio de un conjunto de medidas que con el tiempo han permitido que Venezuela avance en poner fin a la hiperinflación y que empresarios nacionales -y también extranjeros- hayan decidido volver a invertir o al menos evaluar la rentabilidad de un negocio.
“Desde 2008 no se veía inversión extranjera en el sector no petrolero y la razón es porque están cambiando las dos variables que afectan el valor de un activo como el de esperar mayores flujos de caja a futuro y que la tasa de descuento de una inversión disminuya porque se espera que Venezuela salga del default o incumplimiento en el pago de su deuda”, sostiene Rodrigo Naranjo Escovar, egresado en administración de Babson College con maestraía en la Universidad de Georgetowm.
Acumula una experiencia mayor a 20 años como banquero de inversión en JP Morgan y ABN Amro, donde trabajó en transacciones de fusiones y adquisiciones, levantamiento de capitales y emisiones o reestructuraciones de deuda en América Latina.
Esa experticia en la región le hace percibir que la administración de Maduro debía rectificar, pero no deja de advertir que la reactivación es limitada si no se concreta el levantamiento de sanciones del gobierno de Estados Unidos, sobre todo contra el sector de los hidrocarburos.
“En los últimos años se ha llevado a cabo un proceso de reformas económicas del cual se habla muy poco”, afirma Naranjo Escovar. “En la economía venezolana hay un antes y después del apagón y hay que verlo como un paquete o combo de medidas que va más allá de la dolarización porque incluye la liberación del control cambiario y de precios”, añade.
Es del criterio que las medidas son irreversibles, aunque admite que puede pecar de optimismo, pero ese punto de inflexión en la conducción de la economía por parte de Maduro es la razón por la que no solo está impulsado la firma financiera VIPCapital como socio director, sino que participa activamente en la directiva del Consejo Nacional de Promoción de Inversiones (Conapri) y es fundador y director de la Asociación Venezolana de Capital Privado Venecapital.
Al contabilizar las inversiones extranjeras que se han registrado en Venezuela durante los últimos tres años, asegura que no solamente son las cuatro que han tenido visibilidad como han sido las adquisiciones de Seguros Caracas, DirectTV, Cargill y Corimon, sino que existen otras que prefieren eludir la notoriedad.
