“¡Quien controla la moneda, controla un país!”, dijo la vicepresidenta Delcy Rodríguez, en su rol temporal de ministra de Economía y Finanzas, durante su intervención en la Asamblea Anual de Fedecámaras, al expresar su rechazo de que Venezuela deje de tener al boĺivar como su signo monetario.
Lo cierto es que la realidad está llevando a que en las zonas fronterizas con Colombia el dominio lo tengo justamente el peso, al punto de que hasta los salarios y el transporte público se pagan con la divisa de ese país porque ofrece más estabilidad.
“Estamos frente a una unión monetaria”, comenta Aldo Contreras, economista egresado de la Universidad de Los Andes y presidente de ese gremio en el estado Táchira. “Lo que está ocurriendo es inédito para Colombia porque es la primera vez que internacionaliza su moneda fuera de su territorio”, agrega.
Las cifras indican que, en promedio, en esa región de Los Andes venezolanos 94% de las transacciones se realizan con peso colombiano y en los poblados que están justo en límite se llega a 100%, sin que el bolívar tenga alguna utilización o referencia en las actividades empresariales o laborales.
A criterio de Contreras, la dolarización de la economía venezolana es irreversible, sobre todo si la administración de Nicolás Maduro no emprende un programa de ajustes que genere credibilidad porque apunta a la estabilidad en materia cambiaria, fiscal y monetaria.
Contreras, desde su rol como asesor financiero, docente en la ULA y la Universidad Católica del Táchira y en el Colegio de Economistas de su región, viene promoviendo la alternativa de un signo monetario que precedió al bolívar como fue el peso venezolano.
