El abogado venezolano José Manuel Simons es un activista en defensa de los derechos humanos que reside en Chile y está al frente de la organización Migración Diversa, la cual no solo atiende a sus connacionales, sino también emigrantes que forman parte de la población LGBTQI+. Comunidad que es discriminada por su orientación sexual por parte de ciertas organizaciones no gubernamentales con vínculos religiosos.
“Se habla del discurso del emigrante, pero no se hace visible la problemática que existe en la persona LGBTQI+ que es migrante”, dijo Simons, quien señala como en el caso chileno predominan asociaciones vinculadas a las distintas modalidades del cristianismo que se abstienen de apoyar a personas que públicamente se declaran gay, lesbiana, trans o queer.
Simons cuestiona la actuación del gobierno de Sebastián Piñera por la forma de actuar con la migración venezolana, al punto que denuncia como desde el Departamento de Extranjería se cobra por visas y multas para financiar el presupuesto público. “A los venezolanos nos han estado utilizando como una especie de caja chica para financiar las arcas fiscales”, sostiene.
Explica que en Chile predomina más la aporofobia que la xenofobia, es decir más la fobia a los pobres que a los extranjeros; sobre todo, por parte de estratos socio económicos de altos ingresos en ese país. “A la gente le molesta más que sean pobres a que sean venezolanos”, indicó.
