El chef venezolano Iván García invito a su colega boliviana Marsia Taha a Caracas para que en la cocina de El Bosque Bistró se preparen varios de los platos que conforma el menú del restaurante Gustu en La Paz, que no solamente se ubica entre los 50 mejores de América Latina, sino que es referencia como un proyecto gastronómico que se inserta en planes de sostenibilidad, apoyo a productores locales, inclusión social y reducción de la pobreza.
“Nosotros comenzamos hace 10 años con la escuela de gastronomía social, que esta enfocada hacia la población de los sectores mas vulnerables de las ciudades de La Paz y El Alto. Y ahora tenemos diez escuelas más, dos en el extranjero en las que la filosofía es la misma, concentrándose en trabajar con el producto de origen o productos locales. Los jóvenes venden lo que cocinan y eso les da sustentabilidad a las escuelas”, comenta Taha.
“Al principio no se racionalizaba bien por qué hay que comprarle directamente a un productor y por qué es importante conocer toda la cadena de valor que está detrás de un plato que preparamos y servimos”, agrega.
Las guías de turismo resaltan a Gustu como uno de los lugares de obligatoria visita cuando se está en Bolivia, al igual que ir al salar de Uyuni o al lago Titicaca. Y, en buena medida, ha contribuido a impulsar lo que se conoce como turismo gastronómico, que en buena medida tiene a Perú como principal referente de América del Sur.
“Estamos convencidos que podemos cambiar el mundo a través de la comida” es el lema de Gustu, impulsado por el empresario danés Claus Meyer, quien desde los años 90 tuvo la idea de impulsar un movimiento dedicado a la mejora de la calidad de vida del ciudadano a través de su alimentación
