Oricia Domínguez nació en Venezuela. Desde pequeña quiso ser modelo, pero no para dedicarse profesionalmente a las pasarelas, sino como un hobby. Sin embargo, tuvo la oportunidad, casi sin querer, de adentrarse en el Miss Venezuela.
A partir de ahí se dio cuenta de que, realmente, tanto las pasarelas como los medios de comunicación le gustaban más de lo que ella misma quería admitir. Gracias el origen español de su padre y portugués de su madre, Domínguez pudo estudiar un máster en España y también le ofrecieron representar a ese país.
Como el Miss Venezuela, tampoco se dio, “mi mamá es de Madeira y gracias a eso tuvo la oportunidad de estar en el Miss Portuguesa, gané y ahora tengo la oportunidad de representar a Portugal en el Miss Universo”.
A pesar de toda esa mezcla de nacionalidades y oportunidades, tiene su corazón en Venezuela, país al que espera regresar. Y, tal vez por eso, no se siente rara de que dos venezolanas estén en diciembre en Israel disputando la misma corona. “Espero conocer a Luiseth (Materán) y siento mucho orgullo porque sea ella quien lleve la banda de Venezuela. La veo como una compañera”, dijo.
Domínguez quiere hacer carrera en la moda y en los medios. Y en eso está enfocada durante su permanencia en Europa. Ya sabe no solo como es el proceso de los concursos de belleza y de la moda. “Jacqueline Aguilera me mandó varias cositas para el concurso. Me mandaron también de Colombia y Perú. Lo importante es que cuando eres así con un pedacito de varios países, todos te quieren ayudar”, agregó.
