La naturaleza humana es una sola. Al parecer sin importar en que lugar te encuentres es fácil identificar y entender conductas universales que se repiten a lo largo y ancho del planeta. Cambia el color de piel y el idioma, las ideologías y los gustos, pero más allá de eso el ser humano comparte pecados y virtudes. Esto es claro en Parásitos (2019) de Bong Joon Ho donde desde la primera escena puedes entender que aunque la película es surcoreana recrea formas de ser y situaciones que conoces.
Esta es una de las características más resaltantes del largometraje que cuesta mucho definir porque reúne varios géneros. Podría decirse que Parásitos es una comedia de humor negro, pero también que es un thriller o un drama sobre el modo de comportarse de dos grupos sociales que aunque podrían parecer ajenos, conforman dos caras de una moneda. Dos grupos que se complementan.
Los ricos inútiles incapaces de hacer algo por sí solos y los pobres muy listos para aprovechar las oportunidades, embaucar y engañar, pero sin la inteligencia que hace falta para saltar el muro repleto de obstáculos que los separan de una vida digna y tranquila.
Bong Joon Ho no toma partido por ninguno de sus personajes. En la película no hay defensas ni acusaciones, el director se centra en los hechos para que podamos juzgar nosotros del modo en que mejor nos parezca a los protagonistas. Aunque sería muy fácil hacerlas, evita las consideraciones simplonas. La realidad es compleja y quizás ni él se siente con la potestad para explicar su historia del todo. Además no hace falta. El cine muchas veces gana más por lo que insinúa y lo que deja al libre ejercicio de nuestra imaginación.
Como en Do the Right Thing (1989) de Spike Lee en Parásitos no existe la intención de endulzar la mirada sobre ningún grupo social. El director trata de ser justo y dejar ver los rasgos de cada uno sin demonizarlos.
Parásitos escandaliza sin gritos, emociona sin lágrimas, hace reír sin contarte ni un chiste evidente. Captura imágenes y momentos que hablan por sí solos. Es capaz de generar estrés y pánico debido a su carga dramática y sin embargo, jamás pierde la naturalidad de su ritmo. Transcurre sin hacernos sentir premura por conocer el fin, dura lo justo y reta nuestro entendimiento. La experiencia que tengas con la película te aseguro que será personal e intransferible. Da la impresión de estar hecha más que para proponer respuestas para bofetearte. Para herirte y obligarte a mirar la basura que muchas veces escondemos.
Todos tenemos rasgos manchados con los vicios que la sociedad (a la que diario estamos alimentando) impulsa en nosotros. Coreanos, chinos, americanos, latinos, pobres y ricos, muchas veces preferimos no ver más allá de nuestras narices y quedarnos en obviedades. Todos somos parásitos o podemos serlo. La flojera mental es nuestro principal pecado.
Retadora, atrevida, valiente y desconcertante así es la película de Bong Joon Ho que se atreve a dudar de sí misma y de sus planteamientos, no da respuestas definitivas. Su banda sonora ayuda a entender que lo mejor que podemos hacer al verla es quedarnos con la emoción que genera aunque tal vez no hayamos entendido del todo.
Parásitos hizo historia en el Óscar como el primer filme de habla no inglesa que gana en la categoría de mejor película.
Luisa Ugueto Liendo
@luisauguetol ?