Estados Unidos y Alemania intentaron el jueves resolver un enfrentamiento que hasta ahora ha impedido que Occidente envíe tanques pesados a Ucrania, mientras Kyiv pedía que las armas ayuden a cambiar el rumbo contra las fuerzas rusas.
El secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, y el nuevo ministro de Defensa de Alemania, Boris Pistorius, hablaron en Berlín pocas horas después de que Pistorius asumiera el cargo.
Pero no se supo si habían resuelto las diferencias que podrían hacer que Berlín bloquee los planes occidentales de enviar tanques pesados a Kyiv cuando decenas de aliados se reúnan el viernes en Ramstein, la principal base aérea europea de Washington.
Se espera que se comprometan miles de millones de dólares en ayuda militar en la reunión de Ramstein, anunciada como una oportunidad para que Occidente le de a Ucrania lo que necesita para derrotar a Rusia en 2023.
Países como Canadá, los Países Bajos y Suecia ya han anunciado vehículos blindados y defensas aéreas.
Pero la gran pregunta será si la reunión traerá tanques pesados, que Kyiv dice que necesita para defenderse de los ataques rusos y recuperar las tierras ocupadas.
“No tenemos tiempo, el mundo no tiene este tiempo”, escribió el jueves Andriy Yermak, jefe de la administración presidencial de Ucrania, en la aplicación de mensajería Telegram.
«La cuestión de los tanques para Ucrania debe cerrarse lo antes posible», dijo. «Estamos pagando la lentitud con la vida de nuestro pueblo ucraniano. No debería ser así».
Hasta ahora, Berlín ha impedido que los aliados envíen sus tanques Leopard 2, caballo de batalla de los ejércitos en toda Europa. Washington y muchos aliados occidentales dicen que los leopardos, que Alemania fabricó por miles durante la Guerra Fría y exportó a sus aliados, son la única opción adecuada disponible en cantidades suficientemente grandes.
Una fuente del gobierno alemán dijo que Berlín levantaría sus objeciones si Washington envía sus propios tanques Abrams. Pero los funcionarios estadounidenses dicen que aún no tienen planes de enviar el Abrams, que funciona con potentes motores de turbina que se considera que consume demasiado combustible para el sistema logístico de Kyiv para suministrar en el frente.
Poco tiempo de maniobra
Pistorius y Austin hablaron sobre la importancia de apoyar a Ucrania antes de su reunión, pero ninguno abordó el tema de los tanques directamente.
En una ceremonia después de prestar juramento, Pistorius dijo: «Estos no son tiempos normales, tenemos una guerra en Europa. Rusia está librando una guerra brutal de aniquilación de un país soberano, Ucrania».
Austin describió a Alemania como uno de los aliados más cercanos de Washington y le agradeció su apoyo a Ucrania hasta el momento.
Polonia y Finlandia ya han dicho que enviarían leopardos si Alemania levanta su veto. En una señal de creciente frustración, Polonia sugirió que podría hacerlo incluso si Alemania intenta bloquearlo.
«El consentimiento es de importancia secundaria aquí. Obtendremos este consentimiento rápidamente o haremos lo que sea necesario nosotros mismos», dijo el primer ministro Mateusz Morawiecki a la emisora privada Polsat News el miércoles por la noche.
Rusia ha respondido a la perspectiva de más armas para Kyiv con amenazas de escalada. Dmitry Medvedev, un aliado de Vladimir Putin que ocupó el cargo de presidente de 2008 a 2012 cuando Putin hizo una pausa para actuar como primer ministro, hizo una de las amenazas más claras de Moscú de usar armas nucleares si pierde en Ucrania.
«La derrota de una potencia nuclear en una guerra convencional puede desencadenar una guerra nuclear», dijo Medvedev. «Las potencias nucleares nunca han perdido grandes conflictos de los que dependa su destino».
El canciller alemán Olaf Scholz, un socialdemócrata, se ha mostrado reacio a enviar armas consideradas como provocadoras de Moscú. Muchos de los aliados occidentales de Berlín dicen que esa preocupación está fuera de lugar, ya que Rusia ya está totalmente comprometida con la guerra.
Ha habido señales de fricciones dentro de la coalición gobernante de Alemania. El diputado de Scholz, Robert Habeck, de sus socios de coalición Los Verdes, dijo la semana pasada que Alemania no se interpondría en el camino de otros países que envían leopardos a Ucrania.
Marie-Agnes Strack-Zimmermann, del tercer partido de la coalición, los Demócratas Libres de centro, dijo que Scholz debe tener cuidado para evitar dividir Europa.
«Esto se puede hacer con un mensaje claro a Vladimir Putin. Cualquiera que quiera destruir nuestro sistema tendrá que lidiar con todos nosotros los demócratas», dijo.
Vincular los Leopards a los tanques Abrams de EE. UU. podría trasladar la responsabilidad a Washington. Colin Kahl, el principal asesor de políticas del Pentágono, dijo el miércoles que no es probable que los tanques Abrams se incluyan en el próximo paquete masivo de ayuda militar de Washington de $ 2 mil millones, encabezado por vehículos blindados Stryker y Bradley.
«El tanque Abrams es un equipo muy complicado. Es caro. Es difícil entrenarlo. Tiene un motor a reacción».
Ucrania y Rusia se han basado principalmente en los tanques T-72 de la era soviética, que han sido destruidos por cientos en 11 meses de combate. Kyiv dice que tanques occidentales mejor armados y protegidos darían a sus tropas la potencia de fuego móvil para expulsar a las tropas rusas en batallas decisivas.
Después de las grandes ganancias de Ucrania en la segunda mitad de 2022, las líneas del frente se han congelado en gran medida durante los últimos dos meses, sin que ninguna de las partes haya logrado grandes ganancias a pesar de las numerosas bajas en la intensa guerra de trincheras.
Yevgeny Prigozhin, líder de la fuerza mercenaria privada rusa Wagner, que ha asumido un papel destacado en los combates cerca de la ciudad oriental de Bakhmut, afirmó el jueves que sus fuerzas habían tomado la aldea de Klishchiivka en las afueras de Bakhmut. Kyiv ha negado previamente que el asentamiento haya caído. Reuters no pudo confirmar la situación allí.
Fuente: Reuters