‘Alexa, la galana’ cuenta cómo es la vida de una mujer trans en Venezuela

“Mi nombre es ‘Alexa, la galana’, artista foromímico del ambiente, de la comunidad LGBTIQ y también activista de algunos derechos que no se cumplen en Venezuela, pero, sin embargo, en la lucha. En esta oportunidad estoy aquí para contar un poquito sobre lo que es mi vida, como lo he hecho anteriormente en muchas entrevistas, tanto como televisivas como periodísticas”, asegura esta mujer trans que supera los 30 años de edad, pero que ha vivido más de la mitad de su vida bajo las luces de un escenario y tras las sombras de las agresiones verbales por su identidad de género. Hoy nos cuenta su historia.

Venezuela es un país donde los derechos de la comunidad LGBTIQ+ están tan debilitados, como el resto de los derechos humanos de cada uno de sus ciudadanos, y así lo explica ‘Alexa, la galana’. “Mi proceso empezó hace muchos años, desde que tenía uso de razón. Desde que tenía, como dicen, ‘la semillita’, desde que era una niña. Yo creo que nací así, en cuanto a mi condición, hoy en día”, señala.

Las personas que no forman parte de la comunidad sexo diversa suelen confundir términos como “orientación sexual” e “identidad de género”. La orientación sexual tiene que ver con quién se siente atracción romántica, emocional y sexual. De ahí se derivan términos como: homosexual, bisexual y lesbiana.

Mientras que identidad de género se refiere a la percepción que tiene una persona consigo misma, tiene que ver con quién es y no tiene que ver con quién le atrae, es decir, hombre, mujer, genderqueer. Se aplica el término de transgénero, pero no debe ser confundido con el término “trasvesti”, que no es más que una persona que se pone ropa del género contrario, según lo socialmente construido, por lo que eso ni cambia ni redefine su orientación sexual o identidad de género.

Alexa, a pesar de nacer con órganos reproductivos masculinos, su identidad de género siempre fue afín con el sexo femenino: “A través de los años fui teniendo una tendencia un poco femenina, para hacerles el cuento corto. A través del año 2008, empecé lo que fue el proceso hormonal, el proceso de cambio que realiza una persona de hombre a chica. Es lo que llamamos, actualmente, persona transexual”.

El camino de la transformación

No siempre andar por un nuevo camino es fácil. Muchas personas transgénero transitan espacios minados de desinformación, críticas, odio, repudio y distanciamiento. Alexa confesó que al principio no se le hizo fácil, en especial en la zona donde viven, porque era objeto de burlas de quienes no comprendía su trasformación, aunque aseguró que esa no fue la realidad dentro del seno de su hogar. “Afortunadamente, no soy una más de la típica historia de familiares que no te entienden”, dijo tras cámaras.

Pese a que desde pequeña se sintió niña, fue hace menos de una década que inició formalmente su transformación. “Ya hace como alrededor de cinco años, hice algunos cambios, para perfeccionar. Digamos perfeccionar, cuestiones físicas, como operaciones de busto, nariz (…), levantamiento de cejas. Algo para profundizar más lo que es el estereotipo femenino”.

Y es gracias a eso que, Alexa, se gana la vida. “Actualmente me dedico más a los escenarios. A los shows woman, también soy modelo. Resido en Venezuela. Es mi lugar de nacimiento. Mi lugar de trabajo, mi lugar de estadía familiar, de compartir”.

Venezuela también debe “transicionar”

Pese al temor y a la ausencia de reglamentos que velen por su seguridad integral, Alexa confiesa que ha decidido quedarse en Venezuela. “La pregunta del millón de dólares, como quién dice: ¿por qué no he emigrado? Bueno, yo siempre he sido partidaria de crecer, de vivir y trabajar aquí en mi país, porque así lo decidí hace muchos años y a pesar de la situación país, sigo trabajando y es lo que me ha dado de comer, lo que me ha hecho crecer como persona o es lo que me ha dado el nombre como ‘Alexa, la galana’”.

Asegura que para nadie es un secreto que “es totalmente difícil” la vida trans en Venezuela. “Somos personas doblegadas, somos personas discriminadas. Existe la homofobia, la transfobia y hasta asesinatos. Fíjense que este año, empezando el año 2022. Aproximadamente ya llevamos seis asesinatos y cuidado no más. Números que no han sido contabilizados y números que no han sido registrados, por personas que deberían estar atentos de estos asesinatos”.

Disimular para sobrevivir

Alexa es una mujer de prominentes senos, figura delgada y algunos rasgos fuertes. Voz gruesa y un poco más alta que el resto de las venezolanas, pero ante la vista apresurada de las personas puede pasar desapercibido el hecho de que aún mantenga sus genitales masculinos y aunque tras cámaras también confesó que suele producir material explícito para adultos en la plataforma OnlyFans, asegura que “no llamar la atención” le ha permitido luchar contra el flagelo de la transfobia.

“Hacer vida en Venezuela una persona transexual es fuerte. Ya lo dije, existe también las agresiones físicas, agresiones verbales. Yo como persona del género vivo con eso, a pesar de que ya lo he canalizado. No se meten tanto conmig, quizás por alguna apariencia. Porque no llamo la atención o digamos porque ando desapercibida, pero algunas compañeras y amigas, que son notorias, porque quieren ser hombres y se quieren vestir de mujer o quieren ser mujer y se quieren vestir de hombre, cada vez que salen a las calles son ridiculizadas, son marginadas. Eso es el día a día, no contamos con leyes ni con derechos en los cuales nos podamos afincar para tener una seguridad, tanto física y de vida”.

Eso también le ha ayudado a entender que, pese a las críticas de “quienes se han ido del país porque te señalan por estar en Only y resulta que apenas cruzan Maiquetía se les olvida todo”, esta nueva modalidad le permite mantenerse en el ojo de la opinión pública y recibir una mejor remuneración económica que sobre los escenarios. Aunque se siente bien con quien es hoy en día, sigue soñando con la oportunidad de ser formal y legalmente “Alexa” delante y fuera de las cámaras.

“Yo quiero hacer mi cambio de identidad. Ese es uno de los sueños más deseados para todas las personas del gremio. Por ejemplo, si yo me llamo José Rafael Pérez y me quiero llamar María Luisana, lamentablemente, no contamos con ese derecho de identidad como en otros países latinoamericanos que ya han hecho físico y ya están super adelantados en ese proceso”, concluyó.