América Latina olvidó la ventaja de la integración para afrontar la pandemia

Venezuela cumplió en abril de 2021 diez años de su salida formal de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), decisión que había anunciado cinco años antes, en 2006, el presidente Hugo Chávez como consecuencia de los desacuerdos que surgieron principalmente con su homólogo colombiano para ese momento, Álvaro Úribe, por las negociaciones comerciales que gestionaba para firmar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.

Por si fuera poco, también está suspendida del Mercosur desde hace cuatro años, bajo el argumento de salirse del orden democrática. Por tanto, en la actualidad Venezuela está fuera de los dos principales mecanismos de integración que existen en América del Sur sin que pueda hacer mucho por otras iniciativas con más orientación política, como el caso del Alba, pero carente de un andamiaje legal supranacional y de cooperación entre los países miembros.

“Cuanto nos hubiéramos ahorrado en Venezuela si no nos hubiéramos retirado de la CAN no solo con la pandemia, sino con todo lo previo”, sentencia Jorge Luis Suárez, abogado experto en temas de integración y director general en Centro para la Integración y el Derecho Público (Cidep) en Bogotá. Además, laboró en ese organismo de integración con sede en Lima.

Suárez explica que la estructura de la CAN –al igual que la de Mercosur- hubiera favorecido la atención de los problemas sanitarios que generó la COVID-19 y que en el caso de Venezuela la membresía andina hubiera permitido afrontar el desabastecimiento de alimentos y medicinas que fueron graves entre los años de 2015 y 2018.

También cuestiona que los presidentes de la región –por sus posturas ideológicas opuestas con el debate entre derechas e izquierdas- hayan omitido u olvidado las ventajas que hubiera ofrecido mecanismos de integración como el que tiene la CAN o el Mercosur para atender la pandemia del coronavirus y acelerar la vacunación.

“La Unión Europea se ha fortalecido en la integración, pero América Latina tiene la tendencia cuando afronta problemas a que cada país haga las cosas por su lado”, señala el abogado. “Se vieron fisuras y se observaron situaciones dispares entre los presidentes cuando más bien ha debido ser todo lo contrario y, por ejemplo, en el tema de las vacunas hubiera sido mejor manejarlo coordinadamente porque se cuenta con la infraestructura y la normativa”, añade.
Suárez alerta que los estados de excepción o emergencia declarados como consecuencia de la pandemia llevó a los presidentes de la región a gobernar como si fueran dictadores.