En vista de que las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela no han dado los resultados esperados, como era lograr la salida del poder de Nicolás Maduro, que era el objetivo principal, representantes del sector privado y expertos consideran que llegó el momento de que sean revisadas. Por lo tanto, no solo ven positivo que Estados Unidos esté considerando reevaluarlas, sino que también lo respaldan.
Tampoco han dado sus frutos las sanciones contra la industria petrolera venezolana, impuestas por la administración de Donald Trump a partir de 2019, como han reiterado especialistas. Petróleos de Venezuela, a través de aliados como China, Irán y Rusia, así como con empresas desconocidas, ha continuado produciendo y colocando su crudo en el mercado, sobre todo, chino. Y, más bien, lo que se ha logrado es que se profundice la crisis humanitaria en el país, han señalado.
“Es absolutamente natural que después de un periodo tan largo, en donde no se ha logrado el objetivo central de las sanciones, que es provocar un cambio de gobierno o una negociación en ese mismo gobierno, se revise esa estrategia porque evidentemente no funciona”, sostuvo Luis Vicente León, economista y presidente de la firma Datanálisis.
Agregó que las condiciones actuales del mundo, de Estados Unidos, de los aliados de Venezuela son “ahora un elemento completamente distinto que cambia la realidad sobre la cual fue basada esa sanción y, sin duda, hay que revisarla”.
Al respecto, el presidente de Fedecámaras, Carlos Fernández, sostuvo que las sanciones deben ser revisadas constantemente para verificar si se están logrando los objetivos planteados y se constate que se acercan a la realidad. “Nos parece positivo una revisión tal como está planteado, es decir, de buscar una flexibilización en el tema petrolero”, dijo.
Explicó que alargar una sanción sin tener resultados políticos es “amplificar la crisis en materia económica y afectar, fundamentalmente, a la población, a la empresa privada y a la infraestructura del país, complicando incluso un gobierno democrático en el futuro si se provocara ese cambio”.
A juicio de León, lo que no se puede hacer es “castigar a la población permanentemente porque Maduro es malo. No es aceptable que tenga que sufrir problemas de electricidad, problemas de agua, de combustible, de alimentación, vacunación y salud, en general, sin que se le ofrezca realmente una posibilidad de cambio de gobierno”.
Señaló que lo que está claro es que perjudicar a la población con las sanciones “es un sacrificio claramente inútil, un sacrificio que no va a ningún lado, porque la probabilidad de que Maduro salga del poder o la amenaza creíble que representan esas sanciones sobre el Ejecutivo las hemos visto. Han pasado años y no solo sale del poder. En estos momentos no está en peligro y lo más probable es que desde el punto de vista del control político sea incluso más fuerte que en el pasado”.
No obstante, considera que hay una posibilidad de negociar elementos de flexibilización humanitaria, que puedan resolver los problemas de la gente independientemente de que Estados Unidos continúe su lucha política contra la administración de Maduro. “Al flexibilizar una sanción no significa que se reconozca la legitimidad de ningún gobierno, ni siquiera que se establezcan relaciones diplomáticas, simplemente estarían tomando acciones que favorecen al pueblo”, aseguró.
Más transparencia en las operaciones
El presidente de la Cámara Petrolera de Venezuela, Reinaldo Quintero, el pasado 11 de marzo, en una rueda de prensa, propuso para poder incrementar rápidamente la producción petrolera y garantizar la demanda “que se dé una flexibilización puntual de las sanciones económicas a través de la habilitación de licencias de operación, exportación y abastecimiento a cada una de las empresas extranjeras afectadas por estas medidas”.
Aseguró que esto permitiría recuperar un 1 millón de barriles. “Todo con una flexibilización porque yo no veo a Estados Unidos levantando todas las sanciones, pero sí otorgando licencias específicas, para que ese millón fluya. Ahora, ¿en cuánto tiempo? Va a depender de la cantidad de recursos y de la efectividad de insertar el factor confianza de los diálogos. Esas son variables muy complejas; sin embargo, Venezuela tiene la capacidad y el potencial de alcanzarlo”, afirmó.
También consideró que la flexibilización de las sanciones permitiría acceder a financiamiento, “lo cual mejoraría la inversión extranjera directa en la industria petrolera venezolana, aumentaría el flujo de caja y la generación de empleo para trabajadores capacitados”.
De acuerdo con León, una negociación petrolera y la flexibilización de las sanciones no van a recuperar a la industria petrolera en su totalidad, porque el deterioro es grande y las inversiones que se requieren serían de muy largo plazo “para que se pudiera regresar al nivel de esplendor e incluso aprovechar su ventaja y potencialidades que estaban planificadas en el pasado”.
No obstante, destacó que hay posibilidades de crecimiento en la industria, pero nunca a los niveles perdidos de 3 a 3,5 millones y de barriles diarios, sino a 1,2 a 1,5 millones de barriles en un plazo de un año.
Además, es de la opinión que lo que tiene en mente el aparato productivo es que haya una recuperación de las empresas privadas “capaces de producir petróleo, que puedan administrar los proyectos, que puedan de alguna manera ser quienes ejecuten los pagos de los contratistas, que son los focos de corrupción más importantes en esos procesos y que puedan exportar y cobrar, porque ahora todo ese proceso lo hace el gobierno”.
Para Fernández, una posible flexibilización de las sanciones beneficiaría de varias maneras. “Traería mucha más transparencia al negocio petrolero, al permitirnos conocer el precio de venta, el volumen vendido, los compradores, los países destino de la producción y el volumen de producción, ya que se aplican descuentos importantes para poder colocar la producción petrolera bajo el esquema actual de sanciones”.
Aseveró que la revisión de las sanciones también les permitiría a los privados un mayor control de las operaciones, recuperación financiera y reinversión para mantener e incluso aumentar el nivel de producción. “Todo esto traería mayores ingresos fiscales que se deberían destinar al gasto en educación, salud, mejorando la calidad de vida de los venezolanos”, agregó.
Fernández expresó que la mayor transparencia permitiría un mejor control social y seguimiento de los ingresos lo cual hará más difícil los esquemas de corrupción. “La mejora de la actividad petrolera es un activador de los sectores vinculados a la actividad y de especial importancia en las regiones del país con producción petrolera”, dijo.
Advirtió que la flexibilización de las sanciones petroleras traería transparencia al negocio petrolero y menos obstáculos para la verificación del origen de fondos. “Es muy importante esperar para ver si con la flexibilidad se normaliza el tema de las corresponsalías bancarias internacionales y la normalidad para el sistema financiero de pagos global”, comentó.
En cuanto al mejoramiento de la empresa privada -actualmente la manufactura opera a 27% de la capacidad instalada- esta va a depender de lo que se logre con las sanciones. “El sector privado no está sancionado, lo que afecta es el sobrecumplimiento de las sanciones sobre los agentes económicos internacionales”, agregó Fernández.
Flexibilización, no levantamiento
Luis Vicente León detalló que la reactivación del aparato productivo petrolero tampoco es una “panacea”, porque en Venezuela todas las condiciones negativas y de riesgo siguen ahí. “Puedes tener una licencia de operación, pero eso no cambia al gobierno, ni reinstitucionaliza el país, ni hace que la política económica sea estable. Se van a seguir teniendo problemas que seguirán afectando las condiciones de crédito y, sobre todo, los costos, estos costos por riesgos de las empresas en Venezuela”.
Sin embargo, reconoció que sí puede haber una mejora y más actividad económica, “pero siguen faltando muchas más cosas que una flexibilización en la industria petrolera para imaginarse que va a haber una reducción en las condiciones de riesgo y una mejora en las características de trabajo y de financiamiento de las empresas en Venezuela”.
Y no cree que va haber un levantamiento de sanciones, porque tampoco es lo que ha estado señalando la mayoría de los analistas, empresas, grupos e instituciones que han hecho propuestas sobre el tema de la flexibilización. “No creemos que Estados Unidos vaya a levantar las sanciones sin un cambio político severo en Venezuela y una negociación que conduzca a una cosa mucho más profunda de la que estamos esperando”.
Además, considera que en el marco de sanciones existen mecanismos en donde se pueden flexibilizar algunos procesos y permitir que las operaciones de las empresas privadas.