El presidente de la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea), Álvaro Burgos, aseguró que el consumo de alimentos en Venezuela ha aumentado y ese crecimiento se ubicó en 38% al cierre del primer semestre de 2022. Esta cifra la determinó el ente gremial con data que le facilitan las 110 empresas afiliadas, en función de la capacidad instalada que están usando cada una.
Explicó que desde Cavidea les solicitan a los agremiados datos en cuanto al comportamiento del rubro que producen, para medir el consumo en el sector. “La harina de trigo, la avena, sardina, pasta, lácteos son productos de alto consumo y la mayoría pertenece a la canasta básica. Por supuesto, también forman parte de la alimentación tradicional del venezolano por razones culturales y por la accesibilidad, porque normalmente uno no come lo que quiere, sino lo que puede”, expresó.
En este sentido, destacó que en el consumo del sector alimentos ha habido un comportamiento positivo. “Vamos a decir que los valores negativos se revirtieron más o menos. A partir de 2021 se logra tener números que demuestran que la tendencia siempre va en positivo. No es una curva muy empinada, sin embargo, para el cierre del primer semestre de este año hemos crecido 38% en cuanto a consumo, que se mide a su vez con la capacidad instalada que se está usando”, aclaró.
Burgos sostuvo que los industriales del sector han tratado siempre de trabajar para dar el mejor precio y valor de los productos que se hacen en Venezuela.
“La data que nos facilitan las empresas para saber cómo se ha comportado su sector la hemos venido graficando y si bien tomamos como año cero el 2019, en donde contábamos con mucha capacidad instalada ociosa, porque el consumo estaba disminuyendo y después el año pandemia que fue muy duro, nos damos cuenta que los números se han recuperado”, agregó.
Recordó que en 2019 había plantas que operaban a 20% de su capacidad instalada. En cambio, actualmente hay sectores que han logrado alcanzar hasta 70% de su capacidad instalada. “Y es muy interesante, porque no hay que olvidar que lo producido en Venezuela genera transversalmente movimiento de mano de obra, empleo y empleos indirectos a través de materiales de empaques y de distribución, es decir, toda la cadena de suministros que hace que un producto le llegue al consumidor final”, resaltó.
Por otro lado, afirmó que los rubros que han tenido más demanda en lo que va de año son harina, aceite y margarina y mayonesa. “Son sectores que han venido creciendo consistentemente. Sin embargo, en este momento el sector de la pasta, que siempre ha sido de alto consumo, puede verse afectado porque la tonelada de trigo, siendo este un commodity internacional, prácticamente se duplicó porque hay dos grandes actores productores de trigo mundial como Ucrania y Rusia que no están jugando su papel de suministro. Por lo tanto, hay menos oferta en el mercado y de alguna manera eso va a repercutir en los próximos meses en el rubro de la pasta”, comentó.
Sector alimentos: uno de los que recibe el “toque” de cualquier mejora en la economía
Álvaro Burgos señaló que el sector alimentos es de los primeros sectores que reciben el “toque” de cualquier mejora en la economía, al igual que el sector farmacéutico. “El primero es el sector alimenticio porque el ser humano tiene como necesidad alimentarse, por lo que cualquier toque positivo en la economía inmediatamente repercute en el consumo de alimento”, dijo.
Agregó que Venezuela no está en hiperinflación y ya eso es un “beneficio”, y en la medida en que la inflación no se coma los ingresos de los venezolanos tendrán más posibilidades de consumir.
“En comparación con el año 2020, la inflación está controlada y eso hace que cualquier ingreso sea mejor en este momento que en el pasado, y en función de eso siempre trabajamos en la cámara, en ver cómo llevar el mejor valor y la mejor relación precio-valor de nuestros productos al anaquel”, enfatizó.
Sostuvo que los industriales de alimentos viven del consumo. “Nosotros somos los primeros interesados en que el consumidor tenga mejor poder de compra, porque se ha demostrado históricamente que el venezolano es uno de los que más consume de todos los países latinoamericanos. Quizás no hemos recuperado valores, por ejemplo, como los del 2008, pero sí tenemos unos valores que ya se pudieran estar pareciendo a los de antes de la bonanza petrolera”, aseveró.
A su juicio, es posible que los venezolanos vuelvan a consumir como en años atrás. “Lo deseo porque soy un industrial que cree en los productos hechos en Venezuela y siempre digo con mucho orgullo que lo que es hecho en el país está bien hecho”.
“Las cadenas de suministros de producción venezolana son realmente robustas y grandes para mercado de alto consumo. La capacidad instalada está, es solo cuestión de ir adaptándose a las nuevas realidades y esperemos que ese sea el camino. Somos optimistas y pensamos que de cara al futuro lo peor ya pasó y que esa tendencia en positivo va a continuar, puntualizó.
El crecimiento de la economía se debe al consumo
Por su parte, el economista e integrante de la firma Ecoanalítica, Diego Santana, explicó que la economía se ha ido recuperando levemente, pero no está cerca ni llegará en el corto ni mediano plazo a los niveles que alcanzó en 2013. “Pero sí se han visto leves mejoras desde 2021 y para este año esperamos que las mejoras sigan”, dijo.
“Esas mejoras también se ven en el consumo, ya que desde Ecoanalítica hemos observado un crecimiento y en especial en el consumo privado. Y ese consumo privado se ha facilitado por varias vías. Una de ellas es que se ha hecho muy fácil importar, gracias a la apreciación real del tipo de cambio; ha aumentado el ingreso de los venezolanos, ya sea por leves aumentos de los salarios, pero también por una dependencia y crecimiento de las remesas que permiten aumentar el consumo, al igual que facilidades transaccionales que hacen menos costoso generar operaciones”, señaló.
Santana indicó que desde Ecoanalítica consideran que uno de los principales motores del crecimiento económico visto recientemente ha sido y será el consumo. “Sin embargo, el impacto que pueda traer el consumo sobre la estructura productiva venezolana es muy poco, porque cuando el crecimiento se fundamenta mucho en consumo y no por mejoras del producto o productividad eso hace que el crecimiento que se tenga sea un crecimiento muy frágil y fácil de desacelerar”, enfatizó el experto.
En este sentido, mencionó que actualmente no se está viendo mejoras en las estructuras internas de las empresas. “Si bien se están dando mejoras, no es tan fuerte y lo que realmente sí se está viendo es que los venezolanos pueden consumir más y están aumentando sus compras tanto internas, pero principalmente financiadas del exterior”, destacó.
Por otro lado, el economista indicó que existen datos de cómo ha variado el consumo en Venezuela y aumentado tanto en 2021 como en 2022. “Sin embargo, el consumo del venezolano es una cifra muy difícil de estimar porque realmente es algo que realiza el Banco Central, pero ya tiene varios años sin publicar data reciente, por lo que tenemos algunos datos de Google que incluso me gusta en ocasiones utilizar”.
Añadió que “un elemento o dato es de movilidad que indica cuánto se mueve la gente a supermercado, farmacias, trabajos y otros, y la movilidad que muestra es que el nivel actual es mucho mayor al que nos encontrábamos en el nivel prepandemia entre enero y febrero de 2020”.
Sostuvo que este tipo de análisis se hacen en países en donde hay muy poca data y es el caso de Venezuela. “Nos guiamos de Google, porque nos sirve para medir y nos permite tener una mirada alternativa al oficial de cómo se está viendo el consumo y si se está viendo un crecimiento”, comentó.