A inicios de la cuarentena por la COVID-19 una de las situaciones que más afectada se vio con fue la convivencia tanto entre las parejas como en la familia. Y es que no estamos acostumbrados a compartir el día entero con una misma persona y estar sometidos a hacer las mismas actividades, compartir las rutinas y hábitos.
A pesar de que ya ha pasado cerca de año y medio en cuarentena y que en muchos países el confinamiento se ha flexibilizado enormemente, la convivencia sigue siendo un foco de atención. Por eso, te traemos una serie de recomendaciones para disfrutar de la convivencia en pareja.
Muchas veces compartir mayor cantidad de tiempo juntos puede ocasionar que aumenten las discusiones. También los lapsos vacacionales pueden suponer cambios en las dinámicas y rutinas, en las que seguramente cada miembro de la pareja opera siguiendo ciertas normas que, quizás para la otra persona, están implícitas y, por tanto, el otro miembro de la relación se adapta de manera natural, gradual y fluida.
Es importante que entre ambos miembros de la relación se tomen decisiones que convengan a los dos, llegando a acuerdos y respetando los requerimientos del otro. Se necesita establecer unas nuevas “normas” temporales que permitan organizar y coordinar las necesidades propias y las de la pareja.
Un consejo útil es recordar que la pareja es un equipo en cuanto a la toma de decisiones y que estas deben ser tomadas por el bien de ambos. No se trata de una lucha de rivales, en la que uno gana y el otro pierda, porque de ser así no se disfruta de lo que se ha decidido y esto puede crear malestares y reproches.
La negociación es muy importante cuando se quieren tomar decisiones en conjunto. Llegar a acuerdos no implica siempre una solución salomónica, por lo que es importante pensar más en las necesidades del otro que en los intereses de uno u otro. Pero cuidado, porque anteponer los deseos del otro suele ser la principal fuente de incompatibilidad de posturas que a la larga genera incomodidades.
También es muy importante delimitar los tiempos, los que estamos dispuestos a compartir con nuestras familias, amigos, nuestra pareja y, por supuesto, el tiempo individual.
El tiempo de intimidad en pareja es tan importante como los espacios propios y con el resto de las personas con las que nos toque convivir. También es necesario entender que esa otra persona necesita de sus propios tiempos y espacios.
Es necesario reconocer que venimos de un año de muchas restricciones, miedos e impedimentos; así que es importante ajustar las expectativas con la realidad y las posibilidades. Por último, pero no menos importante, es necesario preservar el valor de la comunicación entre la pareja, que se mantengan expresivos e informados de lo que sienten y cómo se sienten. De manera que si hay algún conflicto poderlo solventar a la brevedad.
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