Los economistas Leonardo Vera y Luis Zambrano plantean poner en práctica un plan de estabilización que contempla reformas institucionales tempranas de muy corto plazo, para sacar a la economía venezolana del foso. Durante el foro “Propuestas para la estabilización económica de Venezuela”, organizado por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), expusieron los principales lineamientos que debe contemplar ese programa de recuperación.
Vera, quien además es individuo de Número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, advirtió durante su intervención que en el país «estamos pisando el terreno de una crisis fiscal, de deuda, un bajo nivel de comercio internacional y crisis de credibilidad institucional”.
“No hay contacto con la ciudadanía para explicarle hacia dónde se dirigen las políticas. Hay hiperinflación, crisis en el sistema monetario y de pago por la inacción de las autoridades. Hay sectores trabajando por debajo de 25% de su capacidad instalada, hay pobreza, desempleo y exclusión. El sistema de seguridad social en Venezuela está pulverizado y existe una crisis migratoria», detalló.
Vera aseguró que las opciones que plantea la economía, “para bien o para mal”, en este momento son dos. “Una la hemos llamado la ´apertura a los trancazos´ y la otra es la dolarización sin reformas ni políticas macro, que es solo legalizar el proceso de dolarización que ya existe en Venezuela”, señaló. Esto, a su juicio, conduce a una «estabilización en el foso».
De manera que el programa de estabilización económica que requiere Venezuela, de acuerdo con Vera, es un conjunto de reformas institucionales que permitan recuperar la actividad económica. Aclaró que para ponerlo en práctica con éxito se necesita un gobierno de unidad nacional, acuerdos políticos que garanticen las reformas económicas a futuro, restablecer relaciones económicas con el resto del mundo y salir del aislamiento internacional.
«El país necesita donaciones, créditos, y tenemos que trabajar en la garantía de recursos para iniciar el programa de estabilización. Además de un equipo de trabajo, necesitamos la ayuda internacional», subrayó.
Respecto al gasto fiscal, dijo que se ha reducido mucho debido a la hiperinflación y la caída de la recaudación tributaria. Mencionó que para la gestión de los gastos fiscales se proponen dos canales: atender programas de transferencias monetarias como bonos, que realmente ayuden a recuperar el poder adquisitivo del venezolano, y gestionar un plan de emergencia para levantar la red de infraestructura de servicios públicos (gas, agua, electricidad, Internet), abriendo espacios también al sector privado.
Agregó que en una economía bimonetaria, como la que hay en Venezuela, se requiere introducir ciertas reformas tempranas que permitan establecer, por ejemplo, la recaudación fiscal ordinaria, aquella que está vinculada con gravar las operaciones en moneda extranjera. “La dolarización en Venezuela es sin ley, sin reglamentación y sin autoridad, deben contribuir a la recaudación fiscal, a esto hemos llamado ancla monetaria fiscal».
Señaló que para los pasivos internacionales se debe establecer un acuerdo político interno con apoyo de países aliados, para generar un programa de reestructuración para que Venezuela, en los primeros años, no tenga que pagar. Serían acuerdos amistosos que servirían para atraer inversiones en la nación, detalló.
Sobre la recuperación del sector petrolero, indicó que se necesita «apelar a licitaciones transparentes donde haya espacio para todos».
El economista manifestó que se impone la necesidad de reformar instituciones. «Modificar los estatutos del Banco Central de Venezuela es un asunto estratégico, de primer orden en la recuperación de la economía. También la regulación de la circulación del dólar, actualizar la escala de dígitos empleadas en las formas de pago, así como implementar piezas monetarias actualizadas que realmente les sirvan a los ciudadanos».
Vera señaló que se debe evaluar la posibilidad de tener un encaje en dólares para evitar la especulación en el mercado de divisas y crear las condiciones para apuntar a un tipo de cambio real. Dolarizar la economía no es un objetivo a corto plazo, el objetivo es ganar confianza en la moneda local, que no significa renunciar al uso del dólar, aseveró.
Por su parte, Luis Zambrano, profesor de Economía de la Universidad Católica Andrés Bello, sostuvo que «los recursos de los multilaterales se deben pagar, pero el proceso de reestructuración de deuda supone una quita y la reducción neta en el monto que Venezuela debe pagar a los acreedores, que depende del respaldo político de los países, lo que no significa que el nivel de deuda externa del país deba incrementarse».
«En un primer año o primera fase, la política fiscal debe tener un claro sesgo expansivo, es decir, las reformas tributarias deben esperar que haya una primera fase de estabilización económica», recalcó.
Coincidió con Vera en que a través de los dos canales propuestos para la gestión del gasto fiscal se complementarían desde el punto de vista fiscal los ingresos de la población. “El salario depende de la recuperación de la economía, se debe usar el gasto público para complementar los ingresos en sectores desfavorecidos», puntualizó.