La promesa de Nicolás Maduro de instaurar un fondo de protección social para los trabajadores a partir de la explotación de una macolla petrolera en la faja petrolífera del Orinoco representa un ingreso ínfimo de recursos económicos, aseguraron fuentes calificadas de la industria de los hidrocarburos que solicitaron guardar sus nombres en reserva.
«Además de la baja cantidad de crudo a producir, hay que tener en cuenta que se trata de un petróleo extrapesado con muy poco atractivo en el mercado internacional si se vendiera sin diluir o mejorar», precisó un consultado.
Agregó que el anuncio de Maduro el primero de mayo de ceder la explotación de una macolla en pro de los trabajadores presenta muchas dudas respecto al manejo del crudo producido y los recursos económicos generados.
Las fuentes explicaron que una macolla de la faja del Orinoco consiste en un grupo de pozos petroleros ubicados a corta distancia entre ellos y con poca profundidad (400 metros) en el subsuelo.
Entre las informaciones sobre la macolla se ha señalado que el crudo extrapesado sería mezclado con uno liviano para aumentar su gravedad API (American Petroleum Institute) y, por ende, su calidad a fin de que sea comercialmente atractivo en el mercado petrolero internacional.
Otra manera es que el crudo extrapesado sea procesado en un mejorador para obtener un crudo liviano sintético como el de las asociaciones de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) con empresas petroleras foráneas en la faja.
Pero ambos procedimientos, refirieron las fuentes, implican costos adicionales al de la producción en los pozos, el tratamiento y el transporte por oleoducto.
Todo lo anterior, destacaron los consultados, debe ser tomado en cuenta en la escala de la economía de la actividad para determinar los impactos sobre la utilidad neta.
La información que ha circulado en los medios es que la macolla tiene 40 pozos con una capacidad de producción de 2.000 barriles diarios.
De acuerdo con las fuentes, el volumen anterior es pequeño y no garantizaría un aporte económico significativo al fondo de los trabajadores.
Fondos que van y vienen
Las fuentes recordaron que acudir a la figura del fondo es una práctica recurrente del chavismo-madurismo, sobre todo, cuando enfrenta dificultades para satisfacer su enorme gasto.
«Se han creado muchos fondos sin que se sepa en qué fueron gastados esos recursos», sostuvo un consultado.
Como ejemplo citó el Fondo de Estabilización Macroeconómica (FEM), cuyo objetivo era ahorrar parte de los enormes ingresos por exportaciones petroleras para utilizarlos en época de «vacas flacas».
Creado en 2001 -cuando los precios del crudo eran muy altos- los depósitos en el FEM cayeron de 6.220 millones de dólares a 732 millones en 2010 y de ellos Chávez solicitó 500 millones de dólares para gastos del gobierno.
El petróleo (5.000 millones de barriles del Bloque Ayacucho de la faja del Orinoco) también fue utilizado por Maduro como respaldo al petro, venido a menos tras el escándalo de la trama de corrupción de Pdvsa destapada hace más de un mes.
Dirigentes sindicales, que también pidieron no mencionar sus nombres, alertaron que el fondo de los trabajadores a partir de la macolla petrolera de la faja del Orinoco es «una distracción» para contener el disgusto de los trabajadores contra la decisión de Maduro de congelar el salario mínimo.
«Otra medida cuestionada es la imposición oficialista de pagos paupérrimos y discriminatorios a los trabajadores con el ticket alimentación y el bono de guerra económica», sostuvo un dirigente.
Un sindicalista expresó que «el gobierno perdió la credibilidad entre los trabajadores y el pueblo. Gastó miles de millones de dólares de la renta petrolera, pero eso no llegó a los venezolanos y ahora tienen un ingreso que no alcanza para cubrir los gastos de la familia».
«Maduro pretende tapar la situación actual de pobreza extrema de los trabajadores con un fondo de macolla cuyo futuro es incierto», destacó una fuente.