La clase 2022, al Salón de la Fama de las Grandes Ligas, contará con un solo estudiante promovido. El dominicano David Ortiz fue el único electo para ser exaltado al templo de los inmortales de Cooperstown; la figura de los Medias Rojas de Boston lo consigue en su primer año en la papeleta.
Con su nombre en 77,9% de las boletas, Ortiz se convirtió en apenas el cuarto jugador en la historia, cuyo rol era principalmente el de bateador designado, en ingresar al Salón de la Fama. Se une a hombres como Edgar Martínez, Frank Thomas y Harold Baines.
Además, el ‘Big Papi’ también es ahora el cuarto pelotero de origen dominicano en ingresar al pabellón de los inmortales, al que ya pertenecían Juan Marichal, Pedro Martínez y Vladimir Guerrero.
Electo en diez oportunidades para el Juego de las Estrellas, con tres anillos de Serie Mundial en su haber y siete Bates de Plata; para nadie es un secreto que Ortiz se convirtió en leyenda con el uniforme de los patirrojos. Sin embargo, el quisqueyano comenzó su aventura de ligamayorista con el uniforme de los Mellizos de Minnesota, siendo más bien un pelotero promedio.
Debutó en las Grandes Ligas en 1997, pero no fue sino hasta el 2003, cuando se calzó por primera vez sus medias rojas, que despertaron a la bestia descomunal y el temible bateador que llegó a ser. En seis años con los Mellizos, apenas se combinó para 58 cuadrangulares, cifra que destrozó en tan solo sus dos primeros años en el Fenway Park, en las que sumó 72 estacazos.
«Estoy realmente honrado y bendecido por mi elección al Salón de la Fama, el mayor honor que un pelotero puede recibir en su vida. Estoy agradecido con los cronistas que consideraron toda mi carrera, no sólo las estadísticas, sino mi aporte al equipo, a la ciudad de Boston y toda la nación de los Medias Rojas. También estoy agradecido por mis compañeros, mánagers, coaches y propietarios, por tener fe en mí y ser parte de tres campeonatos mundiales», dijo Ortiz en un comunicado.
El ‘Big Papi’ terminó su carrera con promedio de .286, siendo un gran bateador de promedio, considerando la fuerza brutal y lo agresivo –pero siempre elegante– que solía ser su swing. Además, despachó 541 cuadrangulares y remolcó 1768 carreras; aunque se quedó a 28 indiscutibles de los 2500 de por vida, también conectó 632 dobles.
Quién sabe las cifras que podría tener, si los Mellizos hubieran tenido más fe en sus capacidades y no hubieran frenado su desempeño. A pesar de todo, y de haber perdido seis años de carrera en Minnesota, Ortiz llegó a donde merece y a donde pertenecen los jugadores como él; al templo de los inmortales de Cooperstown.
La trampa sale
Con el cierre de la clase 2022, salen de las papeletas para el próximo año algunos nombres que pasaron de famosos a infames. Algunos hombres con extraordinarias carreras, pero que ensuciaron más que solo su uniforme para lograr sus excepcionales números, cumplen sus diez años de elegibilidad sin poder ser exaltados.
Barry Bonds y Roger Clemens son los protagonistas de un capítulo oscuro en el que también figuran Curt Schilling y Sammy Sosa.
Dos de los bateadores más grandes que ha visto el beisbol alguna vez y dos de los lanzadores más exitosos de las Ligas Mayores, quedan definitivamente fuera del templo donde descansan para siempre las leyendas del beisbol.
Barry Bonds es el líder histórico entre los jonroneros de las Grandes Ligas, con 762 vuelacercas. Además, conectó 2935 imparables, asistió a 14 Juegos de Estrellas y fue siete veces elegido como el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional –nadie tiene más premios MVP que él–. Ocho Guantes de Oro, 12 Bates de Plata, dos campeonatos de bateo y el único pelotero en la historia en ser 500-500 (robos y jonrones).
Por si fuera poco, Bonds también ostenta el récord de más batazos de vuelta completa en una misma temporada, con los 73 que despachó en la temporada 2001, con los que superó los 70 de Mark McGwire en 1998.
Mientras tanto, Roger Clemens es el lanzador que más veces ha ganado el premio Cy Young, que lo distingue como el mejor pitcher de una temporada en cada liga; ‘El Cohete’ lo ganó siete veces en su carrera, una de ella en la Liga Nacional y el resto en el Joven Circuito. Dos veces triple coronado, un MVP y siete títulos de efectividad, así como dos anillos de Serie Mundial.
Clemens es tercero en el ranking histórico de ponches, con 4672; y el noveno lanzador con más victorias (354), logró seis temporadas con 20 o más juegos ganados y fue llamado para 11 Juegos de Estrellas.
En cuanto a Sammy Sosa, el dominicano está dentro del Top-10 de los mayores jonroneros del ‘Big Show’, con 609. Tres temporadas con 60 o más cuadrangulares, y el único con cuatro zafras consecutivas por encima de los 50 bambinazos –entre 1998 y 2001–; en 2002 se quedó en 49.
Estos tres jugadores se vieron inmersos en distintas polémicas, por el uso de esteroides y otras sustancias prohibidas, para mejorar el rendimiento. Es de conocimiento público que, desde hace años, se ha creado una campaña de castigo contra los jugadores que hicieron trampas en el uso de estas sustancias y es la principal razón por la que no lograron ser inmortalizados.
Sosa también fue descubierto, en algún punto de su carrera, utilizando un bate relleno de corcho. Este tipo de alteraciones están prohibidas en MLB, porque existe la creencia de que favorece al portador para llevar más lejos la pelota en sus conexiones.
Bonds terminó segundo entre los más votados, con 260 papeletas, para un 66%; mientras que Clemens fue tercero con 257 votos y un 65.2%; el dominicano solo reunió 73 votos y obtuvo el 18.5%. Para poder ingresar al Salón de la Fama es obligatorio reunir un mínimo del 75%.
Schilling no sabe callar
El caso de Curt Schilling es distinto, él se ha visto envuelto en otro tipo de polémicas. El ex lanzador es conocido por comentarios racistas y homofóbicos, así como vínculos con la política que ha terminado por pasarle factura.
Además, no ha dudado en expresar lo que piensa, llamando abiertamente tramposos a jugadores como Clemens, Bonds, Rafael Palmeiro y José Canseco, pidiendo que se les retire todos los reconocimientos que lograron en su carrera.
En 2021, Schilling estuvo a punto de ser el único exaltado al Salón de la Fama; sin embargo, se quedó a solo 16 votos de ser electo. Luego de esto, el ex estelar de los Dimaondbacks y los Medias Rojas, publicó una carta en la que pedía que se le retirara de la boleta para este año, criticando duramente a sus detractores entre los votantes y alegando que apelaría en un futuro al comité de veteranos.
“No participaré en la votación de mi año final. Pido que me saquen de la boleta. Esperaré por el Comité de Veteranos, de aquellos de los que realmente importa su opinión y quienes realmente pueden juzgar a un pelotero”, citaba Schilling en su carta.
“Ahora estoy, de alguna manera, en una conversación con dos hombres que hicieron trampa, y en lugar de ser responsables, eligieron destruir la vida de otros para proteger su mentira”, de esta forma se refería a Bonds y Clemens, y la carrera para ingresar al Salón de la Fama.
Esto último, causo una gran caída para el derecho, que pasó de tener 71.1% de los votos en 2021, a solo reunir un 58.6% en su último año.