De chiripas, caudillos, arañeros y trumpeteros

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Fanfarria para un hombre común

En dos semanas es posible cambiar la opinión de la mayoría, y una vez arrastrada al odio y a la exaltación, está dispuesta a vestirse de soldados para matar y dejarse matar, en defensa de los infames fines de cualquier ambicioso.

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El penúltimo acto del incidente vivido por el mundo el 16 de Diciembre en el Capitolio de Washington, antes de la toma de posesión de Joe Biden, me provoca estas reflexiones.

Se ha comentado ampliamente acerca de la “debilidad, fragilidad o endeblez” de la democracia norteamericana. En el artículo anterior (¿Frágil? HISPANOPOST del 08 de enero de 2021) creo haber asomado la idea contraria: O sea que la democracia norteamericana se comportó, para decirlo en criollo, como la palma llanera, que  aunque la tramolea el viento, la pica el gusano o la quema el verano, se mantiene firme; en término fashion, es resiliente y allí se queda, al menos de momento.

 A lo de la convergencia-chiripero: Como se recordará, este movimiento propinó una estocada mortal al partido COPEI, pues Rafael Caldera obró exactamente como Saturno, devorando a sus hijos para seguir reinando. Después de un gobierno bastante maloso ¿qué pasó con el chiripero?. Simplemente se perdió en la nada; quedó demostrado que fue una asociación oportunista para aprovechar el chance brindado por el discurso del líder después del fallido golpe del comandante-arañero. Después entró en la intrascendencia. El chiripero obedeció a ese liderazgo oportunista-carismático, que atribuía a Caldera cualidades extra-cuotidianas como caudillo (Max Weber dixit). Nada de ideas especiales, ni de proyectos, salvo en el caso de Caldera: rencor por los adecos. Así, desaparecieron ambos del panorama y el propio líder entró en el ocaso político y vivencial.

En las siguientes elecciones como se recordará, la tormenta perfecta: El partido COPEI ya herido a muerte, presentó como candidata presidencial a la flamboyante Miss Universe Irene Sáenz, quien había tenido cierto éxito en la pequeña alcaldía del Municipio Chacao, pero nada de proyectos ni de soporte intelectual o técnico la rodeaban. Con el tiempo, ella  también se volvió intrascendente habitante del estado de La Florida.

Acción Democrática tenía el as en la manga, pero lo vomitó: El as era el líder  Antonio Ledezma, quien había tenido éxito en sus funciones públicas como Alcalde de Caracas y una buena comunicación con las masas partidistas, pero … se atravesó el caudillo Luis Alfaro Ucero; hombre de pocas luces en todo el sentido, escasa instrucción, de discurso ininteligible, muy mayor, sin atractivo de índole alguna, sin ideas ni ideales, solamente el ansia de mando, apoyado en el que se creía poderoso buró sindical hoy anodino y extinto y otras pamplinas, que nadie creyó y menos confió. El infeliz, a mediados de septiembre de 1998, fue convencido, o, quizá en su incuria, se percató de que el asunto iba muy mal para Acción Democrática y se dio un comando para votar por un completo outsider, Henrique Salas Rommer que venía de la Gobernación del estado Carabobo, hombre culto, de clase social alta, con poco carisma en las clases populares, pero con ansias de poder que se le veían a través de las costuras de la chaqueta negra que utilizaba, lo cual forzó a muchos, como un mal menor, a votar por él; entre ellos quien esto escribe. El partido Acción Democrática quedó así también herido de muerte, por sus propios hechos; lo cual en nada ha cambiado.

En esta situación estúpida-tormentosa,[1] apareció el arañero, así se nombraba Hugo Chávez a sí mismo, porque vendía unas tortas de papelón y coco a orillas de las carreteras de Barinas. Hombre dotado de gran astucia –la dimensión menor de la inteligencia-, oportunista resentido, vicioso, maltratador de mujeres, bi-polar, enormemente inculto y sin temor a regoldar [2] a grito herido pendejadas de la más variada índole, desconectadas de la realidad y de la historia, pero sabrosonas para un importante sector de la población, que se las compró en retaliación a lo que creían era un mal sistema de gobierno.

Parafraseando a Thoreau: Este la historia de nuestras desgracias.[3]

Chávez fue procesado por sedición militar, pero el presidente chiripero inexplicablemente ¡lo sobreseyó!; o sea, declaró la extinción del procedimiento que se le seguía y en el cual gozaba de todos los privilegios pensables; parece que hasta leía; o más probablemente, le leían, no obstante, persistió en su legendaria y contagiosa incultura.

Sin embargo, tal proceder en Caldera es inexplicable, porque sin duda era un fino abogado e intelectual. ¿Qué lo llevó a hacerlo, un pacto satánico, ahora yo, después tu  … e après moi, le déluge?[4]  ¿Qué pasó por la mente saturnal de Caldera? La historia juzgará severamente tal proceder y constituye, precisamente, el foco de estas palabras. Lo pertinente habría sido esperar la sentencia definitiva, de manera que quedase inhabilitado para el ejercicio de la presidencia. (ex-art 1 de la Enmienda Nº 1 de la Constitución Nacional de 1961) e indultarlo (perdonarle la pena), lo que no era difícil, porque hubo una paladina confesión del delito, orbi et urbi por televisión y ante muchos testigos.

Lo de la historia post-chavista es bien conocido, la sufrimos, ¿la seguiremos sufriendo?. Han destruido lo destruible y parece que quieren seguir aferrados al poder como garrapatas alimañas que son, firmemente apoyados en las bayonetas; perderemos la controversia con Guyana, el oro del Banco Central, etc.etc.. Venezuela ha entrado en una decadencia impensable. Los robolucionarios bolivarianos son entrañables corruptos como nunca se había visto; sin embargo su mayor mancha es la ineptitud, la incompetencia, la incultura. ¡El país no los merece, ni los quiere!.

Ahora el asunto de los trumpeteros [5].

Sorprendentemente igual que el arañero-comandante, Donald Trump ha sido un líder carismático-oportunista, recogido inexplicablemente por el Partido Republicano (originado por Jefferson, con integrantes notables, como Lincoln¡!), con prácticamente los mismos defectos notados a nuestro personaje local, pero con la apariencia de catire empresario  millonario y vestido lujosamente. En virtud de las duplicidades de la historia, esos seres pudieron hasta haber sido padre e hijo o mellizos, quizá en otra existencia.

¿Cuáles son las formas que generales adopta la estupidez humana?:

«Estupidez general y parcial. Inteligencia defectuosa de los hombres de talento. Percepción inmadura. Escasa capacidad de juicio. Desatención, asociaciones torpes, mala memoria. Torpeza, simplicidad. Megalomanía, vanidad. Temeridad, sugestionabilidad. Egotismo [6]. Estupidez y edad; estupidez y sexo; estupidez y raza; estupidez y profesión; estupidez y ambiente. Estupidez en la vida económica y social; en arte y literatura; en ciencia y política”.[7]

Pues bien solamente es de recordar cómo se comportaron estos dos seres tan similares, para apreciar los grados de estupidez necesarios como para que todavía tengan seguidores.

En el caso de Venezuela y aunque 20 años no fuesen nada, ya el furor por el arañero ha llegado a límites irrisorios; ante el desencanto no soportaría jamás una elección limpia. En el norte pareciera que está todavía intenso el furor trumpista, pero tal como en el caso patrio, se trata de una situación meramente emocional-aprovechadora y muy seguramente temporal. El tiempo que es el olvido y las propias actitudes menguarán este sentimiento. Nótese que en una sola noche el panorama político de Trump giró 180 grados, simplemente al percatarse los congresistas republicanos de haber incurrido en torpeza, por no advertir la megalomanía, la ignorancia, el egotismo, la temeridad de tantas acciones rodeadas de vanidad y soberbia oceánicas; en fin, percatándose de la mucha estupidez política en la que incurrieron y además, habiendo sido cómplices ¡!.

Lo anterior es simplemente narrativo; importante es lo prospectivo: Nadie escarmienta en cabeza ajena. Se debe atender a las experiencias del pasado: el doloroso escarmiento venezolano, el nicaragüense y un poco el boliviano y el argentino, que imponen que a sujetos con las características de Chávez y Trump no se les permitiese en modo alguno,

 vida política posterior.[8]

Como el escorpión, siempre terminarán picando al sapo que los lleva por el río, aunque después también se ahogue;  porque se trata de casos de estupidez profundamente arraigada y genética, que convence a incautos-tontos con suprema facilidad. La vía del impeachment no es conveniente, primero, porque difícilmente se logrará el quorum en el senado y principalmente, porque se trata de un proceso público, que abrirá  sentimientos en aquellos incautos trumpeteros todavía embelesados. Lo conveniente parece ser, impulsar y permitir que los procesos judiciales abiertos sigan su curso y su tiempo; seguramente se abrirán otras vías, especialmente la de los delitos federales por evasión de impuestos, ofensas a instituciones como al USPS, el correo del Estado Norteamericano, al sistema electoral etc. y pronto será visto el uniforme anaranjado.

Sin embargo, no todo fue malo: Era necesario despertar el orgullo nacional, tirado por la borda por comerciantes inescrupulosos, codiciosos e irresponsables, que entregaron en manos extranjeras, y –estas sí- posiblemente enemigas del sistema, lo más valioso que produce el ser humano que son las ideas, representadas en las patentes de invención, arrojando a la calle a trabajadores norteamericanos, en favor de las esclavitudes chinas, vietnamitas etc., sin percatarse que esa despreciable actividad es la muestra palpable de la más feroz competencia desleal; la calificación más letal en el sistema comercial mundial.

Fanfarria para un hombre común

Es el título de una bellísima y corta pieza del compositor norteamericano Aaron Copland, comisionada para rendir homenaje a los soldados desconocidos, combatientes por los aliados en la Segunda Guerra Mundial, que  por cierto, que se escucha en la película de Spilberg,  Rescatando al soldado Ryan.

La utilizo como pretexto y con ocasión del discurso inaugural del Presidente Joe Biden, en el cual se mostró, antes que nada, como un hombre decente, que convoca el regreso de la decencia a la política interna y externa de  los Estados Unidos de Norteamérica, la cual fue mancillada en toda forma por su predecesor. Eso de por sí no garantiza eficacia en el mandato; pero es que Las sociedades se mantienen, no principalmente por el miedo de los más al poder coactivo de los menos, sino por una difundida fe en la decencia de los demás.[9].

Se ofreció Biden, además, como un agente para la unión de los ciudadanos y de los agentes políticos, pues de manera idéntica al arañero-comandante, Trump se presentó como enemigo de sus disidentes y opositores y lo demostró tanto en el escenario nacional norteamericano (recordar el primer debate), como en el internacional; comportándose, como  elefante en cristalería, según comúnmente se dice.

 Importante: saludó Biden también un mejor trato para los inmigrantes vecinos latinos; evidente fue la multiracialidad del acto, con la participación de Jennifer López y su proclama en español.

 Ojalá que estos ideales sean adoptados como políticas efectivas y útiles y se zanje el último evento del incidente en el Capitolio Federal, al propiciar Biden un espacio que  permita sindéreis, racionalidad y buen sentido, que alivie la condición de los trumpeterosSabemos ahora que la estupidez es un problema de carácter médico … Y por consiguiente, la estupidez es curable,  suponiendo, naturalmente, que alguien quiera ser curado.[10]

Va un  fantástico link de YOUTUBE de  la Fanfarria para un hombre común de  Aaron Copland, por la Sinfónica de Irlanda en el aeropuerto de Dublín. ¡Disfruten!.

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