La pandemia ha dejado un rastro de tristeza y desolación a su camino. Ciertamente han sido unos tiempos duros; sin embargo, no todo es tan malo, las complicaciones económicas han dejado al descubierto todas las falencias del sistema bancario tradicional y con ello ha permitido que los grandes intereses económicos volteen a ver con genuino interés el universo criptoeconómico, un fenómeno que viene cocinándose desde hace un tiempo y es hasta estos últimos años que tiene el auge que merece.
Valga afirmar que es toda una revolución basada en la infalibilidad del blockchain, que por cierto no es solamente cosa de criptomonedas, hay toda una gama de servicios que se ofertan basados precisamente en esta plataforma y que por alguna razón no han sido debidamente señalados como alternativas viables para establecer toda clase de negocios digitales, así como la solución perfecta para los mil trámites burocráticos que si bien existen en plataformas convencionales son tan engorrosos y costosos que, en vez de servir a los usuarios, parecieran ser parte de una suerte de esclavitud burocrática a la que este sistema digital puede ofrecer alternativas viables.
El mundo ha cambiado de formas que jamás pudimos imaginar, una de ellas es la explosión de opciones válidas que pueden plantearse desde el blockchain sin quebrantar ley alguna, pero permitiendo el libre flujo de información, bienes y servicios de modo autónomo, es decir, sin que ente oficial alguno deba reglamentar el sistema.
Para ello podríamos comenzar hablando de los llamados contratos inteligentes (Smart Contract), cuyas características los dotan de una cualidad inobjetable. Al ser programados para una función (o varias) especificas, sin posibilidad de modificarlos una vez colocados en línea, otorga una confianza difícil de lograr sin la implementación de mecanismos burocráticos en el mundo fiduciario. Con un contrato de este tipo podríamos hacer compras en línea, el sistema acepta el pago que solo podrá ser liberado una vez concluida la operación de forma satisfactoria para ambas partes, así se evitan los mil incidentes posibles que todos hemos sufrido alguna vez cuando hacemos operaciones de esta naturaleza.
Así mismo, estos pueden ser programados para recibir y confirmar una tarea específica, luego de ejecutada dividir y entregar los fondos del modo previsto. Así todos los involucrados reciben su cuota de modo automático sin la intervención humana. También estos podrían ser implementados dentro de cualquier entorno laboral para hacer las labores de nómina.
Estos son solo algunos ejemplos posibles porque su implementación, así como su ejecución, solo es limitada por la inventiva humana. En el instante que se masifique la información los procesos crecerán hasta hacerse tan común que pase desapercibido, sustituyendo en el camino toda una cadena administrativa con lo que los costos operativos bajaran sensiblemente, una solución interesante para afrontar distintos escenarios así como una mejora sustanciosa en todos el know-how comercial, legal y profesional en esta nueva era de la información.
Otra aplicación interesante del Blockchain es la posibilidad de tener en línea con validez legal todos nuestros documentos importantes, títulos universitarios, certificados de cursos, registro de publicaciones y vaya usted a saber cuántas formas de resguardar todos los respaldos relevantes que certifiquen nuestras habilidades, sin posibilidad de alteración y con el agregado de poder ser consultados desde cualquier parte. Solo necesitarías una conexión a Internet para que los interesados puedan validar esos documentos.
De hecho, hay instituciones académicas que ya están usando esos sistemas. El procedimiento es aparentemente simple: un contrato inteligente regula la inscripción de cada alumno, cada vez que los profesores ingresan al sistema las notas el bloque las registra y libera la materia que le sigue en el orden de prelaciones, una vez concluidas todas las materias es el mismo sistema quien emite el titulo correspondiente para luego introducirlo en una base de datos basada en Blockchain, por lo que la necesidad de todos los trámites administrativos necesarios para validar ese documento dejan de tener importancia.
El sistema mismo valida toda la documentación, así el egresado solo debe concentrarse en su carrera. La universidad se ahorra todos los costos derivados de mantener un departamento de control de estudios y ese título universitario adquiere una validez que solo puede ser lograda en el sistema tradicional luego de un importante gasto en registros, notarias y de vuelta al control de estudio. El Blockchain ha facilitado todo. De hecho , hay empresas que prestan el servicio a bajo costo y si a eso le sumamos la posibilidad de pagar todo con criptomonedas, tenemos un sistema no solo económico e infalible, también libre, pues el procedimiento cripto no requiere más complicaciones que las derivadas de tener fondos disponibles.
Ese mismo sistema blockchain permite además que escritores, artistas, académicos, ingenieros, arquitectos, investigadores, fotógrafos y todos aquellos cuya profesión u oficio estén basados en producción intelectual registrar su trabajo sin caer en las incomodas trampas con las que los distintos registros de derecho de autor someten a los creadores. Proteger la obra ante la amenaza siempre presente de ser víctima de un plagio es una acción necesaria en estos tiempos de globalización informática.
El Blockchain ha llegado para romper con 600 años de tradición burocrática, es solo cuestión de tiempo para que se cuele en todos los espacios del quehacer diario. Por el momento es una novedad que todos parecen ver con el natural recelo a lo desconocido. Sin embargo, la tarea de quienes estudiamos el fenómeno es hacerlo digerible para poder cambiar los paradigmas a los que estamos acostumbrados, por la intercesión de esta tecnología que dicho sea de paso está compuesta de software libre, totalmente accesible y seguramente capitalizada para ponerla al servicio de todos sin que tenga que existir en el proceso más conocimientos que el de utilizar las aplicaciones que estas compañías ofrecerán de manera accesible a todos los interesados en integrar a sus emprendimientos o empresas constituidas cualquiera de estas alternativas.
Solo nos resta hacer votos para que todos sepan que, aunque las criptomonedas son parte de un Blockchain, igualmente esta plataforma tiene aplicaciones que van mucho más allá del intercambio económico. Esta plataforma tecnológica llego para quedarse, solo resta acostumbrarse. La adaptación es el signo de la segunda década de este nuevo siglo que aún está en proceso de cambio.