Recientemente, con motivo a la conmemoración de los 210 años de la firma del Acta de la Independencia de Venezuela, celebrada el 5 de julio, Nicolás Maduro ascendió a nuevos oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Días después anunció cambios en el Alto Mando Militar; entre ellos la destitución del almirante Remigio Ceballos Ichaso como el jefe de Estado Mayor del Comando Operativo Estratégico de la FANB, cargo que desempeñaba desde 2017.
Para la periodista especializada en la cobertura de la fuente militar en Venezuela, Sebastiana Barráez, esta decisión seguramente tiene que ver con el conflicto armado que se originó en el estado Apure durante el mes de marzo y que se extendió hasta mayo, cuando militares venezolanos se enfrentaron a insurgentes colombianos.
En entrevista para HispanoPost la comunicadora señaló: «Ha venido ocurriendo un sostenido deterioro de la institución castrense, que se agrava con lo sucedido en el estado Apure. Cuando el ejército venezolano se enfrenta a un grupo pequeño disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y resulta derrotado, esto es muy significativo porque Venezuela tiene gran cantidad de armamento militar y, a pesar de ello, no fue capaz de derrotar a ese pequeño grupo guerrillero».
Aseguró que, como consecuencia de eso, ocurre el cambio del almirante en jefe Remigio Ceballos, quien fue dado de baja. “Aunque es cierto que él debió haber salido de baja hace unos años, porque ya su promoción había pasado a retiro, Maduro lo había conservado como el hombre al bate para ocupar el Ministerio de la Defensa, en caso de que ocurriese algún problema con el general Padrino López».
Insistió en que la destitución de Ceballos » es una respuesta al fracaso ocurrido en Apure, porque la responsabilidad operativa desde el punto de vista militar, es decir, el cargo militar más importante dentro de la institución castrense no es la del Ministro de la Defensa, es la del Comandante Estratégico Operacional y esa derrota, esa circunstancias nefastas, fue lo que termina de materializarse con la destitución o el pase a retiro de Remigio Ceballos».
Barráez, aseguró que los nuevos nombramientos en las Fuerzas Armadas Bolivariana no tienen profundas variaciones «más allá del ascenso que se debería dar en una condición normal de oficiales que vienen ascendiendo en los diferentes grados militares”. Es el caso del general Domingo Hernández Lares, quien pasa a ocupar el cargo clave del Comando Estratégico Operacional, en sustitución de Ceballos.
Divisiones internas
La periodista detalló que los cambios en el Alto Mando Militar pueden responder a las pugnas internas de la administración madurita. «Claro que hay divisiones en la Fuerza Armada, y hay divisiones que se arrastran desde las separaciones políticas internas del chavismo. Por una parte, la que controla Diosdado Cabello y, por otra, la que dirige Nicolás Maduro. Esa confrontación interna política también es trasladada a la Fuerza Armada, donde Maduro digamos que tiene el control a través de Padrino López».
Barráez agregó que Diosdado Cabello tiene nuevos hombres a su lado, que integran ahora el Alto Mando Militar, como es el caso del general Hernández Lares, con quien tiene gran cercanía. “Está el general Félix Osorio, que también es un hombre muy cercano a Diosdado. Hay que esperar cuáles van a ser los cambios en el Alto Mando Militar Ampliado, con los nombramientos de los nuevos jefes en las Regiones Estratégicas de Defensa Integral (REDI) y en las Zonas Operativas de Defensa Integral (ZODI)».
Dijo que el nombramiento más sorpresivo fue el del general Félix Osorio en el Ejército. «La verdad es un cargo que llama la atención porque Félix Osorio, hasta ahora, no venía cumpliendo cargos de comando. Era el que dirigía la universidad militar, no era un cargo realmente importante. Creo que ese es el más sorpresivo de los nombramientos, sobre todo en el componente más importante de la Fuerza Armada, que es el Ejército».
A su juicio, el nombramiento del general Winston Chourio puede ser una ficha a favor de Maduro: «La milicia da también una idea de cómo van emergiendo nuevas figuras que Nicolás Maduro ha venido arrastrando desde hace años para tratar de posicionarlas, en las que de alguna manera pueda confiar. Sentir que le son hombres leales a él, a Padrino o a la revolución».